LA VOZ DEL CHACO dialogó con la directora del Centro Judicial de Género del Superior Tribunal de Justicia que participó del encuentro de prevención de femicidios que presidió días atrás la ministra de Seguridad de la Nación, Sabrina Frederic, de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta y de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria.
Chaco participó días atrás del Segundo Encuentro del Consejo Federal para la prevención de femicidios, travesticidios y transfemicidios. Se analizaron estadísticas y casos que registra cada provincia de la región del Nordeste argentino. Chaco presentó sus avances como parte del Plan Provincial para prevenir y erradicar las violencias por motivos de géneros.
La vicegobernadora Analía Rach Quiroga y la secretaria de Derechos Humanos y Géneros, Silvana Pérez, participaron vía teleconferencia de este Consejo que fue constituido en marzo pasado, en el marco de la agenda del 8M, donde el presidente Alberto Fernández convocó a todas las provincias del país a suscribir un acta acuerdo para su conformación.
El encuentro contó con la participación de la ministra de Seguridad de la Nación, Sabrina Frederic, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria.
Por Chaco, participaron la ministra de Seguridad y Justicia, Gloria Zalazar, y la subsecretaria de Justicia, Lourdes Polo Budzovsky, además del presidente de la Legislatura, Hugo Sager, y la directora del Centro Judicial de Género del Superior Tribunal de Justicia, Luciana Sampietro, junto a referentes de las áreas de Géneros de diversos municipios que participan en la red víctimo-asistencial.
El Consejo está integrado por las máximas autoridades con competencia en las políticas de género de todas las provincias del país. Se trata del segundo encuentro de la institución, que trabaja por regiones. El primero se realizó con las provincias del Noroeste Argentino (NOA) en la provincia de Tucumán y en esta segunda ocasión, se trabajó con las regiones del NEA. La sede presencial iba a ser Chaco, pero debido a las medidas sanitarias, se concretó de forma virtual.
El presidente del STJ Rolando Toledo “no pudo estar presente por un problema de salud, pero viene manifestando su compromiso para fortalecer este tipo de políticas judiciales para colaborar con la lucha contra las violencias”, destacó Sampietro en diálogo con LA VOZ DEL CHACO.
Sobre el nombre que lleva el Consejo “prevención de femicidios” y si eso se logra fue consultada la directora del Centro Judicial de Género y en ese sentido indicó: “Aparentemente no lo estamos logrando porque las cifras indican números muy alarmantes. Los poderes legislativos y judiciales fueron invitados porque hay todo un combo de medidas que está desarrollando el Ministerio de Mujeres en conjunto con el Ministerio de Seguridad y Justicia y Derechos Humanos y en la provincia se está trabajando fuertemente desde Vicegobernación y la Secretaría de Derechos Humanos junto a la Justicia chaqueña”, destacó.
Números que alarman
La directora del Centro Judicial de Género mencionó que en el encuentro hicieron un exposición con estadísticas del Ministerio de Seguridad que toma datos de la actividad criminal del país “y mostraron muy gráficamente que los homicidios dolosos han venido en descenso en general desde 2014 a la fecha, hay como un descenso a la criminalidad de asesinatos, pero aquellos que son homicidios dolosos contra mujeres o identidades diversas (femicidios) se mantuvieron estables, y es un gráfico que impacta”.
A su vez, Sampietro mencionó que en números se puede leer que Chaco tiene menos femicidios que Buenos Aires por la densidad población, pero las cifras lo mismo son altas. En un año las cifras que tira la Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM) Oficina de la Mujer de la Corte Suprema -que se nutre de la Justicia de las provincias- Chaco tuvo 12 y Buenos Aires por arriba de 20 en 2020. “Pero, por cada 100 mil mujeres si se divide cuántos femicidios hay la tasa más alta se da en la región Nordeste (Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones en menor cantidad). Entonces ahí tenemos más violencia femicida en nuestra población y en términos de tasa estamos peor que otros distritos”, precisó Sampietro.
“Son números muy alarmantes, Chaco venía teniendo 6, 7 femicidios y ahora estamos en el rango de los 10 y 12 por año”, afirmó.

_¿Por qué no se denuncia?
_Las respuestas es como que se nos escapan, hay análisis y teorías desde todos los ámbitos del pensamiento, todas las personas que están involucradas en esta temáticas están pensando y analizando la problemática sistemáticamente, pero todo parecería indicar, a mi criterio personal, que esto no solo tiene que ver con los abordajes del Estado en un primer momento que sean efectivos y veloces, a la vez de que suprima los riesgos, sino que también hay escasez de denuncias.
«Hay muchos casos que llegan a femicidio y no fueron denunciados a los estamentos del Estado, ni a la Policía o la Justicia. O hay un descreimiento de la sociedad de la Justicia o las mujeres no saben que lo que están viviendo es violencia».
Luciana Sampietro
Hay muchos casos que llegan a femicidio y no fueron denunciados a los estamentos del Estado, ni a la Policía o la Justicia. O hay un descreimiento de la sociedad de la Justicia o las mujeres no saben que lo que están viviendo es violencia. Entonces cuando quieren pedir ayuda ya es demasiado tarde. Yo creo que la raigambre es mucho más sociocultural e histórica que estatal. La intervención estatal viene después, siempre llega un poquito tarde con la aplicación de políticas y dar los recursos, pero la violencia ya está.
Por supuesto que hay muchos de esos femicidios que se pudieron haber evitado con mejores intervenciones de los organismos estatales, pero también una buena cantidad de femicidios no tuvieron denuncias previas. Entonces tenemos un elemento sociocultural muy fuerte de naturalización de la violencia. Las mujeres en general no saben que están insertas en un ciclo de violencia hasta que ya es tarde porque está naturalizado. “Las familias siguen pensando que eso en la casa es normal, que son cuestiones domésticas, que nadie se tiene que meter, que los hombres son así, que ya van a mejorar, y así infinitos números de estereotipos que tenemos como sociedad que nos sitúan en un lugar no sólo de desigualdad sino de riesgo, de vida”.
“Las familias siguen pensando que eso en la casa es normal, que son cuestiones domésticas, que nadie se tiene que meter, que los hombres son así, que ya van a mejorar, y así infinitos números de estereotipos que tenemos como sociedad que nos sitúan en un lugar no sólo de desigualdad sino de riesgo, de vida”
_¿Está fallando la forma en que los medios, Estado, organismos están llegando con sus mensajes de prevención a las víctimas reales?
_El mensaje de los derechos de las mujeres claramente no está llegando, porque es más fuerte la forma en que vivimos, el patriarcado, o machismo, palabras resistidas, forma parte de eso. Esa resistencia forma parte de esa violencia. Si se pone el ojo en la forma en que tienen las mujeres de luchar y no en el flagelo más importante que es que están siendo asesinadas, quemadas, cortadas, violadas, se produce una resistencia sociocultural. A nosotros como sociedad nos cuesta reconocer que nos estamos masacrando, que hay una sociedad que masacra sistemáticamente a sus mujeres y entonces al no reconocer esa violencia se sostiene”.
_El encuentro ¿sirve, están encaminados?
_Personalmente, trabajando en este tema, yo vivo buscando equilibrios entre una profunda desazón y descreimiento de que algo puede mejorar porque veo la magnitud de las tragedias todo el día. Yo me alimento de esto entonces mi sugestión tiende a decir nunca vamos a salir de esto porque surgen situaciones que no paran, pero, por otro lado, trato de verlo como en perspectiva, trato de no olvidar que estamos en lugares hoy que no estábamos y en poco tiempo se lograron muchas cosas gracias a la lucha sostenida de las mujeres.
Se avanzó mucho en poco tiempo en temas de abordajes estatales, no es menor decir que los presupuestos se van incorporando cada vez más puntos porcentuales a lo que es políticas respecto a las violencias de género, que se ha avanzado mucho en las perspectivas de género en las prácticas judiciales, falta mucho, pero se avanza. No es una cuestión exclusiva de los y las operadoras, o jueces y juezas, somos parte de la misma sociedad que muchas veces tenemos naturalizadas ese tipo de cosas y cuesta romper o reconstruir modelos teóricos como es el dogmatismo penal clásico, es decir, todo lo que es se da porque estamos parados en una cultura machista, entonces hay que generar algo nuevo, cuesta mucho. No tiene que ver con la buena o mala voluntad de las personas sino que las estructuras son muy sólidas en tiempo, pero se avanza. Hay ejemplos muy valiosos y también otros que no entendieron nada, y se siguen cometiendo atrocidades en términos de decisiones jurídicas y de abordajes del Estado.
Para mí que institucionalmente un Poder Judicial tenga una Oficina de Género que se ocupe específicamente de este tema, es una novedad, más allá de que ya existen desde la iniciativa de la Corte Suprema desde 2009, en el Chaco desde 2016, pero es un respaldo institucional, una visibilización de la problemática específica para trabajarla. Y a nivel administrativo tenés una secretaría que tiene rango ministerial y en muchas provincias se han creado ministerios de la Mujer equivalente el Ministerio de la Mujer de Nación. Le han dado un rango de importancia, ahora falta mucho, sí, falta muchísimo, porque los números es lo que están señalando.
» Falta mucho comparado con otras provincias, a mí me falta recorrer mucho el interior, las oficinas, entré en pandemia, necesito esa legitimación para mí personalmente, ir y conocer en primera persona esas situaciones».
En esta reunión desplegaron un abanico de programas y políticas que se están desarrollando que esperamos puedan desplegarse según se vayan dando de la mano de los recursos. Falta mucho comparado con otras provincias, a mí me falta recorrer mucho el interior, las oficinas, entré en pandemia, necesito esa legitimación para mí personalmente, ir y conocer en primera persona esas situaciones. En contacto telefónico, videollamadas, estamos en contacto y volvemos al comienzo: mucho se puede prevenir si los recursos estuvieron disponibles, esto es falta de asistencia psicoterapéutica en algunos hospitales, no hay equipos interdisciplinarios en los municipios, acceso a la vivienda, alejar al agresor, entre otros tipos de opciones para solucionar la problemática.
También está la deuda en la Policía por la falta de recursos, que muchas veces traslada a la Fiscalía en un solo vehículo al agresor y la víctima. Necesitamos muchos más recursos, mucha más sensibilización, mucha más formación y capacitación, pero no deja de ser importante que el Estado y todos sus poderes está dando un respaldo institucional a este tema.
«Necesitamos muchos más recursos, mucha más sensibilización, mucha más formación y capacitación, pero no deja de ser importante que el Estado y todos sus poderes está dando un respaldo institucional a este tema»