La bajante extraordinaria del Paraná genera preocupación de expertos y autoridades, debido a la prolongación en el tiempo y las perspectivas de continuidad. En este sentido el gobierno nacional, decretó el estado de Emergencia Hídrica por 180 días, para la región de la cuenca del río Paraná, que afecta a Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, sobre los márgenes de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú.
Este instrumento instruye a diferentes áreas del Gobierno a adoptar medidas para «mitigar las consecuencias de la grave situación». Por otra parte, abrió el debate sobre las causas de este fenómeno entre quienes entienden que se trata de un comportamiento cíclico de este este cauce y quienes sostienen que es una consecuencia directa de los efectos del cambio climático.
Lo que no está en discusión es que se trata del período más prolongado en situación de estiaje de la serie histórica registrada para este río, según exponen desde la Unne. Asimismo, las perspectivas no son alentadoras para los próximos meses, lo cual podría agudizar problemas en navegación, tomas y calidad del agua.
El promedio histórico de altura del río Paraná para junio (serie 1966-2020) en la zona del puerto de Corrientes es de 3,85 metros y de 3,88 metros en el puerto de Barranqueras, de referencias en la zona. Sin embargo, actualmente se ubica en 0,35 metros en Corrientes y 0,46 metros en Barranqueras en un contexto de casi dos años de bajante extraordinaria.
Según alertas del Instituto Nacional del Agua, se trata de la peor bajante desde 1944, cuando se registró el año más bajo desde 1884 en que se relevan datos, y no se descarta superar ese registro histórico debido a pronósticos que indican la continuidad de una tendencia descendente en los próximos meses.
La altura más baja de 1944 fue de -0,82m en Corrientes y -0,80m en Barranqueras. A estos valores de niveles de agua ubicados entre los más bajos de la historia se le debe sumar otra cuestión: es el período de mayor duración que evidencia la actual bajante extraordinaria del río Paraná, resaltaron desde el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la Unne.
los niveles del rÍo
El ingeniero Carlos Depettris, investigador y profesor titular de Hidrología de la Facultad de Ingeniería (FI-Unne), en contacto con Radio Nacional Resistencia explicó que «si tomamos en cuenta la persistencia en el tiempo, estamos en una bajante que ya fue muy marcada en 2020, donde tuvimos valores extremos, que hacía muchos años que no se daban, y más allá de una pequeña crecida que se produjo en febrero de este año, dónde el río en la escala de Barranqueras llegó a repuntar en 4,70 metros, pero se sostuvo muy pocos días, llegó a un metraje donde hoy es más marcado que el año pasado, y en un período de 8 meses en el cual, se registraron valores negativos en la escala tanto de Corrientes como de Barranqueras, y hoy todavía no estamos en esos valores».
«El río Paraná registra hoy 40 cm en la escala de Barranqueras en bajante y 48 cm en la de Corrientes, pero de cualquier modo la situación en cuanto a permanencia en el tiempo es la más extrema que ha tenido el río Paraná, con perspectivas de que esto continúa porque recién estamos llegando a promediar el invierno que normalmente tenemos valores bajos y el inicio de la primavera también lo es», recordó.
«Por lo tanto, sumado eso a las perspectivas que nos da el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el pronóstico de precipitaciones en la región de los próximos tres meses, donde todavía hay una tendencia tener valores por debajo de lo normal o medios de aquí al mes de septiembre. La situación no solo es muy extrema hoy, sino que tiende a agravarse», aseguró.
Otra época, otro impacto
Otro aspecto que señaló el especialista es el contexto histórico en el que se da este fenómeno: «Si bien los valores numéricos, cuando uno compara con aquella sequía de 1944, todavía no llegan a ese extremo. Pero hay que pensar lo siguiente: el país en ese momento tenía 16 o 17 millones de habitantes, hoy somos 45 millones, entonces esa diferencia de la demanda que hay de agua potable, de calado para la navegación de transporte de combustible por el río y de generación de energía hidroeléctrica es absolutamente diferente de aquella época».
«Entonces allí reside lo dramático de la situación que estamos atravesando y lo que se avecina de acuerdo a lo que nos dicen los servicios meteorológicos de la Argentina y de Brasil para los próximos meses», sostuvo.
«Hay que tener en cuenta que el caudal del río Paraná, básicamente está formado por los aportes que se producen en los estados del Sur de Brasil. La cuenca formadora del caudal del Paraná que ingresa a la Argentina, depende de las lluvias que se dan en los estados del sur de Brasil, en tanto y en cuanto eso no marque un incremento una reversión de esa tendencia de precipitaciones vamos a seguir con valores bajos a muy bajos», anticipó.
«No solo no está lloviendo en relación al régimen normal de precipitaciones más allá de que estamos en invierno y normalmente llueve poco, sino que los embalses de Brasil que son un número importante y que ayudan inclusive a regular y atenuar las crecidas, y los estiajes particularmente que se producen en situaciones como estas, están hoy operando en un 30% de su volumen normal, con lo cual, cuando se empiecen a producir precipitaciones lo primero que va a ocurrir en todo el territorio de Brasil, formador del caudal del Paraná, va a ser para reponer la humedad del suelo, de las cuencas que aportan al río, por lo tanto el agua no va a llegar inmediatamente a los cauces, y luego las represas van a tratar de ir recuperando sus volúmenes de operación, ya que tienen que ver con la generación de la hidroelectricidad», anticipó.
«Ese es otro condicionante que está poniendo en este momento esta extrema sequía que todavía no se está vislumbrando como el principal problema, pero las centrales hidroeléctricas están trabajando muy por debajo de su capacidad normal de hidroelectricidad por no disponer del volumen de agua suficiente para poner turbinar los caudales de agua necesario para que todos los equipos que conforman la represa puedan estar trabajando», destacó.