A las puertas de uno de los debates que se avecina, el de un posible acuerdo comercial con la República Popular China para la instalación de unas 25 granjas porcinas en el país -algunas de ellas en el Chaco- distintos medios de prensa nacionales hicieron en los últimas días un repaso por la actualidad de ese sector en la Argentina, uno de los de mayor productividad y generación de ingresos genuinos.
Si bien desde la tribuna ambientalista se pretende imponer que la industria de la carne de cerdo es historia reciente, ya lleva más de 15 años de existencia y en ese lapso no presenta denuncias con contaminación o riesgo ecológico.
Por otra parte, se puso en la balanza la creación de nuevos empleos y de ingreso de divisas frescas que promovería el crecimiento de la producción de cerdos.
El periodista especializado Facundo Sonatti reveló en Twitter los aspectos salientes de la realidad porcina en el país. La información que brindó se viralizó y motivó diferentes reportes por parte de medios periodísticos.
Sonatti puso el foco en el posible desembarco de capitales chinos al país, un pre-acuerdo que incluye al Chaco y otras provincias del Norte.
«Esta es una industria que factura más de USD1.000 millones al año», explicó el periodista en su cuenta de Twitter, en la cual obtuvo hasta el momento casi 500 retuits a su hilo de datos.
«Solo en 2020, la Argentina produjo por sí sola 655 mil toneladas a partir de la faena de más de 7 millones de cabezas porcinas», explicó Sonatti al describir el último año del sector en términos de volúmenes e ingresos.
Esos números dan cuenta de que el país ya posee una afianzada industria del cerdo por lo que la llegada de las granjas para exportación a China no representarían una novedad y mucho menos la «inauguración» de un modelo productivo.
El periodista incluso comparó la actualidad argentina con Dinamarca -nación emblema mundial en materia de sustentabilidad ecológica-, país que «produjo 6 veces más en un territorio 62 veces más pequeño y no sufrió ningún desastre ambiental».
Sonatti dijo que sobre la industria parecieran pasar algunos «mitos», uno de ellos vinculado a una supuesta concentración de mercado. Sin embargo, detalló que en la Argentina hoy son más de 170 las plantas de procesamiento, pero que las diez más «grandes» explican el 50% de la faena, todas ellas reducidas a la zona núcleo de la geografía nacional.
El boletín de la Agencia Paco Urondo (APU) también evaluó la situación e incluyó datos relevantes sobre la actualidad del sector.
«El posible acuerdo con China podría incluir inversiones por USD3 mil millones para instalar 25 establecimientos en diferentes provincias», indicó un artículo publicado ayer en su portal de noticias.
El caso del Chaco
Actualmente en la provincia funcionan -desde hace al menos 10 años- varias granjas porcinas que producen carne de cerdo a distinta escala tanto para satisfacer al mercado interno como para -más recientemente- exportación.
El Gobierno mantiene estrechos vínculos con los empresarios y cooperativas que impulsan al sector y la cadena de valor es considerada estratégica por la gestión Capitanich.
La planta más grande es la ubicada a unos kilómetros de General Vedia y que comercializa carne de manera directa, pero también la procesa como embutidos. También hay otros establecimientos en la zona productiva núcleo (una en Napalpí) y en el área metropolitana.
Estas granjas funcionan bajo estándares ambientales de seguridad y no registran denuncias o cuestionamientos por contaminación. Tampoco han recibido objeciones sanitarias por el manejo de los animales ni por las fuentes de alimentación.
El gobierno provincial ha ingresado oficialmente en las conversaciones -Cancillería mediante- con China porque existe la posibilidad de instalar en territorio chaqueño al menos tres plantas de las 25 que formarían parte del proyecto bilateral.
La iniciativa ha sido rechazada por colectivos ambientalistas y por famosos e influencers vegetarianos o veganos. Sin embargo, hasta el momento, no hubo mayores avances respecto del proyecto.
Fuentes cercanas al Ejecutivo indicaron a este matutino que las tratativas podrían tomar otra velocidad en 2022 y que las definiciones se conocerían recién dentro de ocho a diez meses.