Los inventarios y estudios de cambio en las coberturas de la tierra son un elemento fundamental en cualquier tarea de ordenamiento o planificación del territorio.
La cobertura de la tierra incluye a los materiales físicos que caracterizan la superficie de la tierra, como ser árboles, pastos u otra vegetación, rocas, así como estructuras modificadas por el hombre, según lo establece la definición de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
En la Argentina, y en particular en el Chaco, no se dispone de un conocimiento sistemático de coberturas de la tierra que brinde información confiable y comparable.
Desde la Unne, investigadores del Departamento de Geografía, de la Facultad de Humanidades, vienen desarrollando hace más de diez años estudios en el área de análisis de cobertura y sus cambios, valiéndose de distintas fuentes de información y en muchos casos generando ellos mismos la información a través de la búsqueda de imágenes satelitales en servidores internacionales.
Pero recientemente, el grupo de investigación de la Unne empezó a trabajar con datos externos generados por el Copernicus Global Land Service (CGLS) del programa europeo Copernicus, destinado a la observación de la Tierra.
Copernicus Global Land Service produce sistemáticamente una serie de productos biogeofísicos calificados sobre el estado y la evolución de la superficie terrestre, a escala global y de media a baja resolución espacial, complementados con la constitución de series de tiempo a largo plazo.
Los productos se utilizan para controlar la vegetación, el ciclo del agua, el balance energético y la criosfera terrestre (componentes congelados del planeta).
En el caso de la Unne, los investigadores ya avanzaron con un primer proyecto en el que se valieron de los datos de Copernicus para estudiar las coberturas de la tierra en cinco departamentos ubicados al Este de la provincia del Chaco en el período 2015-2019.
«El acceso a los datos de Copernicus nos permitirán profundizar estudios sobre cambio de uso de la tierra» coincidieron los investigadores a cargo del estudio, Osvaldo Cardozo, docente-investigador del Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades y la ingeniera agrónoma Cecilia Molo, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Territorial y del Hábitat Humano (IIDTHH, Conicet-Unne).
Explican que mediante Copernicus se dispone de una gran cantidad de datos ya generados y en distintos periodos de tiempo, lo cual permite hacer análisis a escalas territoriales mayores así como comparaciones temporales que permitan vislumbrar cambios en el uso de la tierra.
La base de datos de la agencia espacial europea está disponible para el acceso libre desde 2015.
«Para analizar cambios en las coberturas y uso de la tierra, esa serie temporal de Copernicus puede resultar acotada, ya que para decir que hubo un cambio se requiere al menos una década, no obstante permite vislumbras ciertas dinámicas en el área de estudio», explicó el Cardozo.
Señaló que si bien el primer estudio que realizaron abarcó las coberturas de una zona del este chaqueño, el objetivo a futuro es ampliar el análisis al resto de la provincia, así como comparar los resultados con otros conjuntos de datos disponibles a nivel local y global.
ESTUDIO EN
el CHACO
Respecto al estudio, denominado «Cartografía de coberturas de la tierra en el este del Chaco. Análisis de su dinámica entre 2015 y 2019», la ingeniera agrónoma Cecilia Molo explicó que el área bajo estudio comprende cinco departamentos ubicados al Este de la provincia.
El procesamiento de la información geográfica referida a las coberturas en los años 2015 y 2019 se utilizó un software SIG de uso general, mientras que para analizar su dinámica espacio-temporal, se recurrió a un módulo específico orientado al modelado de cambios en cobertura llamado Land Change Modeler.
Se observó que las coberturas con mayor dinámica son «Humedal» con la variación positiva (ganancia) más importante, frente a las variaciones negativas (pérdida) que experimentaron las coberturas «Herbáceo» y «Bosque».
En contraposición se muestran prácticamente estables (sin cambio) las categorías «Construido», «Suelo Desnudo» y «Cultivo».
Reiteró que requieren de una serie temporal más amplia para hablar de cambios, pues cuanto más amplio es el tiempo de análisis, podrían ser cambios más reales los observados, pues un periodo corto de análisis puede estar mostrando algún cambio por estacionalidad o por algún factor específico.
«Con el paso de los años la serie de datos de Copernicus se irá ampliando y favorecerá la realización de análisis a más largo plazo», sostuvo Molo.
RELEVANCIA DE
LAS TÉCNICAS
Para los investigadores los datos proporcionados por Copernicus Global Land Service (CGLS), muestran transparencia y seriedad al momento de generar y procesar la información de coberturas, aunque siempre es posible mejorar el resultado de una clasificación digital a partir de mejores imágenes satelitales, algoritmos, o datos de campo para validar.
Al respecto, Cardozo aludió que estas técnicas de análisis permiten abstraerse de la subjetividad propia de los seres humanos cuando se habla de cambio. «Las personas tienen apreciaciones diferentes respecto al cambio, mientras que los algoritmos miran dato por dato, pixel por pixel, son datos certeros sin ningún tipo de subjetividad».
Sostuvo que el objetivo es ir generando experiencia en torno al aprovechamiento de los datos del programa Copernicus, y trabajando en la elaboración de cartografía específica en distintas escalas de tiempo y espacio que expongan los cambios en las coberturas.
Sobre la cobertura y uso de la tierra en el Chaco, explicaron que la provincia forma parte del Gran Chaco Americano que está sufriendo procesos de transformación, lo cual sustenta la necesidad de contar con datos rigurosos que permitan caracterizar los cambios que puedan darse.