En el Chaco hace poco falleció por la misma afección el periodista Julio Sosa.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica es una enfermedad degenerativa infrecuente y progresiva, que se caracteriza por la pérdida gradual de neuronas motoras en el cerebro y la médula espinal y que aún no tiene cura. Entre lágrimas, el recinto despidió al senador de Juntos por el Cambio, que confirmó en abril que la padece.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) con que fue diagnosticado el senador Esteban Bullrich y la cual motivó su renuncia a la banca que ocupa en la Cámara alta es la enfermedad neurodegenerativa que afectó durante 55 años al científico inglés Stephen Hawking y fue conocida gracias a que cientos de famosos de todo el mundo se arrojaron cubos de hielo para crear conciencia sobre sus efectos.
Se trata de una dolencia degenerativa infrecuente y progresiva, que se caracteriza por la pérdida gradual de neuronas motoras en el cerebro y la médula espinal y que aún no tiene cura.
El senador de Juntos por el Cambio Esteban Bullrich había confirmado en abril que padece la enfermedad, y este jueves formalizó su renuncia a la banca con una conmovedora declaración que provocó llantos en plena sesión del Senado.
Se estima que cada año aproximadamente 2 personas de cada 100.000 desarrollan esta dolencia
Según la Asociación ELA Argentina, afecta «a adultos de cualquier edad, pero la mayoría de los diagnosticados con la enfermedad tienen más de 40 años, con la mayor incidencia entre los 50 y los 70 años». También se enferman dos hombres por cada mujer, aunque a partir de los 70 años no hay diferencias por sexo.
Se estima que cada año aproximadamente 2 personas de cada 100.000 desarrollan esta dolencia.
Uno de los mayores problemas es que su diagnóstico es difícil, señala la Asociación ELA Argentina, donde agregan que «los síntomas tempranos pueden ser bastante leves, tales como torpeza, debilidad moderada o habla ligeramente desarticulada, los cuales pueden haber sido atribuidos a una variedad de causas diferentes. Pueden suceder antes de que la persona sienta necesario ir a ver a un médico».
El desafío del cubo de hielo
En el 2014, artistas y famosos de todo el mundo, desde Shakira y Cristiano Ronaldo hasta el actor Benedict Cumberbatch o Bill Gates, comenzaron a publicar en sus redes sociales fotos o videos arrojándose sobre sus cabezas baldes de agua con hielo para recrear alguno de los síntomas más frecuentes de la afección y crear conciencia sobre los efectos de la ELA.
La campaña, llamada #IceBucketChallenge, fue motorizada a partir del caso de Pete Frates, capitán de béisbol del equipo de la Universidad de Boston, y quien murió en 2019.
La historia de la enfermedad
La ELA fue descubierta en 1874 por el francés Jean-Martin Charcot, quien fue el primero en describir los síntomas como Enfermedad de la Neurona Motora (ENM).
También es conocida como la enfermedad de Lou Gehrig, un histórico jugador de los Yankees de Nueva York, quien fue diagnosticado con ELA en 1937.
Actualmente, se la define como un grupo de dolencias relacionadas que atacan las neuronas motoras que se encuentran en el cerebro y la médula espinal. Estas células son las que controlan el funcionamiento de los músculos y por eso los «principales síntomas son la pérdida de fuerza en los brazos y las piernas o la incapacidad para mantener el cuello erguido. En etapas más avanzadas, presenta problemas en la articulación de palabras, la deglución y la respiración», según explican en el Instituto Fleni.
Desde la la Asociación ELA Argentina señalan que «si bien no existe actualmente una cura para la ELA, los síntomas pueden ser manejados para mejorar la calidad de vida».
Sin embargo, uno de los mayores desafíos es la atención de los pacientes ya que requieren no sólo la asistencia de un neurólogo sino de especialistas que van desde la kinesiología y la nutrición hasta la foniatría o la terapia ocupacional.