Como cada 3 de junio, ayer se realizó la séptima marcha Ni Una Menos en todo el país, y la provincia no fue la excepción. Durante la mañana las diferentes organizaciones nucleadas en la Mesa Multisectorial Feminista, y por su parte Mumals marcharon hasta Casa de Gobierno, visibilizando el mismo reclamo que motivo esta primera movilización masiva y espontánea por el fin de la violencia machista y su máxima expresión: los femicidios.
En su itinerario la movilización pasó por la Municipalidad «porque entendemos que el municipio tiene una deuda con las mujeres con respecto a los refugios», explicó la referente Carolina Cámarano.
También la manifestación llegó al Superior Tribunal de Justicia (STJ), «ya que entendemos que tienen una responsabilidad por las causas pendientes que aún existen y que seguimos acompañando como Evelin Franco, Belén Gaona, si bien hay casos resueltos todavía restan algunos», precisó.
Además, hicieron otra parada en las fiscalías de la 9 de Julio porque tenemos un caso emblemático que es el de Rosalía Zásara. En cada punto además se realizó una intervención.
«Son 7 años de lucha de organización, tuvimos un nuevo caso en general Du Graty el fin de semana, entonces la sociedad tiene que entender que no es una moda, que seguimos exigiendo justicia y perspectiva de género en los juzgados y en las fiscalías y que se entienda que nosotros siempre le creemos a las víctimas», resaltó.
«No es una moda y lo demostramos con siete años de organización y de lucha y así podemos contar con los juicios como el de Yanina y el de Fabiola que demuestran que estamos organizadas porque, siguen matando mujeres cada día y si logramos estos pequeños avances fue por la lucha de todas las compañeras y vamos a seguir estando hasta que no perdamos a más mujeres», aseguró.
«Nuestras movilizaciones fueron creciendo año a año no solo en esta fecha, sino también en los masivos 8M y 25N. Este año tiene la particularidad que pudimos lograr justicia por Yanina Sequeira y Fabiola Ramírez que junto con sus familias hicimos un camino de unidad. Ahora vamos por Justicia para Sole Sotelo, Evelin Franco, Stella Maris Ramírez, Jorgelina Reinoso, Belén Gaúna y Dominga Arias», anticiparon.
Demandas
El comunicado difundido por las organizaciones recordó que «en nuestra provincia seguimos exigiendo justicia para Soledad Sotelo, para Jorgelina Reinoso; y tenemos que lamentar nuevamente otro femicidio más, el de Miriam Peloso, que sucedió el 28 de mayo en una zona boscosa del camino vecinal Valenzuela, a unos 10 kilómetros al norte de la mencionada ciudad del departamento Mayor Luis Jorge Fontana, en el sudoeste del Chaco. El femicida José Luis Niz se suicidó sin ser juzgado por la Justicia».
Este acto de femicidio seguido de suicidio, se está volviendo un patrón común en los femicidas. De los registros, aproximadamente, 28 de los femicidas se dieron a la fuga y 15 se suicidaron.
«Gracias a la lucha feminista pudimos avanzar en casos emblemáticos como: el femicidio de Yanina Sequeira que luego de 7 años de su asesinato, y de una gran campaña de lucha por parte de su madre y familia con el acompañamiento de organizaciones y movimientos de mujeres y diversidades, se logró que condenaran a prisión perpetua a Adrián Morel. Nos emociona decir que conseguimos Justicia para Yani y un poco de tranquilidad para su familia», recordaron.
«El caso de transfemicidio de Fabiola Ramírez, si bien no pudo ser considerado un ‘crimen por odio al género’, se logró que Hernán y Ramiro Rodríguez reciban una pena de 19 y 16 años de prisión. Y el caso Alvarado-Pacce de Abuso Sexual en la Infancia (ASI), se logró que Noemí Alvarado reciba una condena de 7 años de prisión por el delito de promoción de corrupción de menores agravada por los abusos sexuales cometidos entre 1979 y 1986″, expresaron.
«La deuda es con nosotras no con el FMI», fue una de las consignas de esta marcha: «Exigimos que se destine una partida presupuestaria extraordinaria para políticas de género de inmediato y precisamos una Ley de Emergencia Nacional contra la Violencia de Género. Para refugios en cada pueblo, casas de atención y contención a las víctimas, patrocinios letrados gratuitos, etcétera. Reconocer el estado de riesgo en el que nos encontramos las femineidades».
Entre las demandas dirigidas al Poder Judicial, desde la Mesa Multisectorial indicaron: «Seguimos pidiendo Reforma Judicial Feminista, que termine con los juicios de credibilidad sobre las víctimas y transforme los métodos de abordaje con perspectiva de género. Dando importancia al rol de las Promotoras de Género y Diversidad, como auxiliar de la justicia, a la hora de acompañar a personas en situación de violencia».
Además, entendieron que «es necesario conformar redes entre el Estado y las organizaciones sociales que trabajamos el territorio, reconociendo el trabajo, monetariamente y laboral. Sostenemos la importancia de la formación con perspectiva de género y derechos humanos dentro de las fuerzas de seguridad, funcionarios judiciales, que atienden las causas y las demandas de las personas en situación de vulnerabilidad».
Asimismo, pidieron la creación de «una Mesa Interpoderes, encargada de diseñar, implementar y evaluar un plan integral contra las violencias de género, con acompañamiento de las organizaciones de mujeres y disidencias. Y lograr articular las acciones que llevarían adelante los tres poderes en políticas públicas que intenten resolver la problemática».
«Insistimos nuevamente en la necesidad de unificar y actualizar los registros de denuncias de los casos de violencia de género, que llegan a las diferentes instituciones que se encargan de tomarlas. Exigimos un Registro Único de Denuncias de Casos de Violencia de Género», aportaron a la larga lista de medidas que se necesitan para atender la problemática.
Además, exigieron que « los funcionarios públicos denunciados por violencia de género, sobre todo los delitos contra la integridad sexual de las mujeres, sean suspendidos de sus funciones y se investigue con celeridad, por tratarse de personas de responsabilidad política institucional».
Aquel primer Ni Una Menos
Para analizar el primer Ni Una Menos, es necesario retomar el contexto en el cual surgió esta consigna, que se constituyó como movimiento y fenómeno social y político: Chiara Páez tenía 14 años cuando fue asesinada en manos de su novio, quien con la complicidad de su familia la enterraron en el jardín de su casa, lugar donde inmediatamente después prepararon un asado.
Este caso indignó a gran parte de la sociedad argentina no solo por lo macabro del femicidio (los medios se encargaron de comunicar todos los detalles acerca de cómo la mató), sino también por ser una víctima más de una problemática que no tenía (ni tiene hasta ahora) fin: ocurren femicidios todos los días, a lo largo de todo el país. Este es el principal reclamo que puede observarse en las marchas, mensajes y notas periodísticas de 2015.
El manifiesto que se escribió al calor de Ni Una Menos, fue leído por Juan Minujín, Erica Rivas y Maitena, figuras reconocidas por su labor en los medios. En la plaza de los dos Congresos se leyó un listado que enumera puntos ineludibles para que el Estado responda al reclamo generalizado, estos se encuentran enfocados principalmente en la violencia de género y los femicidios.
El 3 de junio de 2015 estuvo centrado principalmente en el reclamo y visibilización de los femicidios, causa que fue aceptada y replicada por toda la sociedad, desde empresarios, periodistas, figuras políticas y personajes de la televisión, que se sumaron al reclamo a través de una foto con el cartel de «Ni una menos».
Esta consigna funcionó como eslogan, actuando como un punto de anclaje en el sentido común de la sociedad civil, instalándose como un tema de agenda pública, en donde todos reconocieron la problemática de la violencia de género y los femicidios como una «causa justa».
La marcha cobró una gran visibilidad y concurrencia, ayudada por los grandes medios de comunicación masiva que cubrieron este fenómeno durante todo el día desde distintos puntos del país. De esta manera, se observa cómo el primer Ni Una Menos, con figuras de diversos sectores y la participación de los grandes medios de comunicación, concentra el reclamo «basta de femicidios» y visibiliza la violencia machista.
Sin embargo, es importante remarcar cómo la construcción de sentidos cristalizada en la repetida construcción de la «histórica marcha», construye un sentido validado y aceptado por los diversos sectores de la sociedad civil.