Lo confirmó este miércoles la Asociación Argentina de Actores. Tenía 65 años.
El actor Claudio Da Passano murió a los 65 años, según lo confirmó la Asociación Argentina de Actores a través de un comunicado emitido la mañana de este miércoles. El último trabajo en la pantalla grande fue en Argentina, 1985 en el que encarnaba el papel de Carlos Somigliana. Además en la pantalla chica es reconocido por sus actuaciones en Chiquititas, El Tigre Verón y Poliladron, entre otros tantos.
“Con gran dolor despedimos al actor Claudio Da Passano, afiliado a nuestro sindicato desde 1985. Llevó adelante una amplia y destacada labor en teatro, cine y TV. Nuestras condolencias a su compañera, la actriz Malena Figó, familiares y amistades, abrazándolos en este duro momento”, reza el comunicado compartido desde la cuenta oficial de twitter de la Asociación Argentina de Actores al anunciar la muerte del también hermano de la actriz Alejandra Da Passano.
El reconocido actor, hijo de los actores María Rosa Gallo y Camilo da Passano, hizo su debut teatral en 1983 y desarrolló una extensa carrera tanto en producciones independientes como del circuito comercial. Además, fue fundador e integrante del grupo de teatro independiente La Banda de la Risa, con el que realizó varias presentaciones en el país y en el exterior. Con la obra I pagliacci ganaron el premio ACE al mejor espectáculo de humor.
En “Argentina, 1985 Da Passano interpreta al autor teatral Carlos Somigliana que trabaja en Tribunales y se convierte en el primer aliado de Strassera (Ricardo Darín) –y sostenido “moralmente” por un abogado ya retirado que interpreta Norman Briski–, por ello no le queda otra que sumar a su equipo al joven abogado Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) y a un grupo de veinteañeros recién recibidos, que son los que estarán a cargo de recopilar la enorme cantidad de información que precisan para probar sus acusaciones, además de convocar a testigos desparramados por todo el país, muchos de los cuales no quieren saber nada con la idea de testimoniar en un momento en el que sus torturadores circulan libremente.
Respecto de la película nominada al Oscar, en declaraciones a El 1 Digital. había asegurado que ”fue una filmación extraña en muchos sentidos, porque estábamos en pandemia, se trataba de una de las primeras películas que se llevaban a cabo durante esa época y había que controlarse clínicamente, por eso tuvimos muchos cuidados y fue complicado porque no se sabía cómo abordar algunas tomas. Algunos actores y técnicos se enfermaron y, como consecuencia, había que reemplazarlos. También, muchos de los interpretes de mi generación estamos atravesados por los hechos ocurridos durante la dictadura. Recuerdo que el Juicio a las Juntas fue una situación tensa porque, a pesar de que los militares no estaban en el poder, no eran débiles, por lo cual era una amenaza constante. Filmar con toda esa carga emocional era complicado para nosotros; si no, sería algo pedagógico o didáctico, y la idea no era esa”.
Respecto de la forma en que había encarado la personificación de Somigliana aclaró que “los actores, cuando tenemos que hacer un personaje histórico, siempre tenemos dos opciones posibles: la primera es nutrirnos de información para trabajar sobre cierto piso de realidad; la segunda es actuar desde lo que el texto y las situaciones nos dicen. En mi caso, podía acceder a muchas fuentes directas, pero elegí ir al set y tratar de entender lo mejor posible el libreto y no copiar o basarme en alguien que no frecuenté. Hay que cuidar que sea verídico y creíble. Me pareció más genuino estar despojado de información respecto a Carlos (Somigliana). Por otro lado, conocía sus obras. Más tarde, me enteré de que era amigo de Strassera y trabajaba como empleado judicial”
(Infobae)