El fiscal federal de Resistencia, Patricio Sabadini, citó ayer a declarar a Emerenciano Sena y Patricia Acuña en el marco de la causa por presunta trata de personas que lleva adelante contra los ex dirigentes sociales, actualmente detenidos por el crimen de Cecilia Strzyzoski.
Se trata de un expediente que data de 2010 e investiga supuestos delitos cometidos por Sena y Acuña contra al menos 30 ex integrantes de sus movimientos sociales.
Sabadini elevó el requerimiento de instrucción judicial y solicitó que se le tome declaración indagatoria al matrimonio Sena y al también ex dirigente social Osmar Quintín Gómez, todos acusados de defraudación a la administración pública.
La causa por presunta trata de personas se inició a partir de una denuncia del abogado Sergio Schoklender en 2010 cuando el Movimiento Emerenciano y otras agrupaciones sociales formaban parte del programa nacional Sueños Compartidos.
La investigación ya tiene más de trece años, pero se reactivó en septiembre a raíz de requerimientos del fiscal federal.
Sena y Acuña permanecen detenidos desde mediados de junio acusados por el femicidio de Strzyzowski imputados como autores; idéntica situación en que se encuentra César, hijo de ambos.
Gómez, en tanto, también está privado de su libertad acusado de abuso sexual en otra causa.
EL CASO
La denuncia de más de 30 personas y declaraciones prestados anteriormente por algunos de ellos involucran a Sena, Acuña y Gómez en el supuesto delito de trata de personas con fines de explotación laboral calificado por haber sido cometido por tres o más personas y por el número de víctimas.
Según consignó el portal Diariochaco.com, que tuvo acceso al expediente, Sabadini entiende que los dirigentes habrían captado a los denunciantes al ofrecerles trabajo, «engañándolas haciéndoles creer que tendrían buenas condiciones laborales y que serían los dueños de las casas que ellos mismos construirían», expresó.
«Los acusados además se han valido del uso de violencia, amenazas y hostigamiento de toda índole, como insultos y maltratos psicológico, desvalorización, para mantenerlos en esa situación de subordinación, ante el riesgo constante de quedar sin trabajo», relata y agrega el fiscal en cuanto al abuso de autoridad que aparentemente ejercieron los antiguos líderes sociales.
«No solo los trabajadores fueron obligados a cumplir extensas jordanas laborales, sino que también eran obligados a asistir a las manifestaciones organizadas por el movimiento que se realizaban fuera de la jornada laboral», añadió el fiscal.
La causa surgió en 2010 a raíz de la denuncia que hizo Schoklender, cuando todavía estaba al frente del programa Sueños Compartidos. El letrado Acusaba al ahora ex piquetero, entre otros delitos, de someter a la servidumbre a las personas que trabajaban en un predio ubicado sobre ruta 11.
Otro de los comportamientos endilgado a los imputados tiene que ver con la retención e impago de salarios. Operarios declararon que «algunos meses no cobraron mientras realizaron el alambrado y cercado del predio, también cuando manifestaron que parte del salario que percibían debía ser entregado obligatoriamente para la mantención del movimiento, sea para la compra de herramientas, ropa de trabajo alimentos, realización de remeras y pancartas, etcétera, o cuando les entregaban comprobantes por un salario menor al que realmente percibían», según se desprende del documento judicial.
Por si no fuera suficiente, también surge de la declaración de los obreros, que pudo haber engaño y falsas promesas sobre el tipo y las condiciones trabajo, restricciones de salidas en el lugar de trabajo, falta de posibilidades de higiene, seguridad y alimentación adecuada y coacción psicológica (amenazas) y maltrato verbal.
Para el Ministerio Público Fiscal, los tres dirigentes «sometían a los obreros a gritos y amenazas constantes, malos tratos, insultos, les decían que, si no les gustaba, que se vayan, que había mucha gente que quería trabajar y que no volvieran a contradecirlos porque ya sabían lo que les iba a pasar, que no reclamen dinero porque parecían prostitutas».