El Ministerio de Obras Públicas de la Nación llevó adelante esta semana la reunión del data room para el proyecto del segundo puente Chaco-Corrientes, una obra de ingeniería clave que conectará las tres rutas más importantes de la región, beneficiará a más de 800 mil personas y potenciará el desarrollo productivo.
Del encuentro participaron funcionarios nacionales y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al igual que representantes de cámaras empresariales, consultores de ingeniería y empresas del sector, tanto nacionales como internacionales.
El objetivo principal del data room -coordinado por la Secretaría de Gestión Administrativa (SGA) y la Dirección Nacional de Vialidad (DNV)- es dar a los expertos del sector las respuestas a sus consultas, realizadas en una primera instancia, y la oportunidad de analizar en detalle los diseños de ingeniería y los requisitos técnicos del proyecto.
Este evento se erigió como el punto de partida para una nueva era de desarrollo y progreso en la región, promoviendo una Argentina más integrada y conectada. A su vez, el nuevo puente es una apuesta para garantizar el crecimiento sostenible, marcando un antes y un después para el Chaco y Corrientes, al potenciar el desarrollo económico y social de la región y fortalecer la integración de estas dos importantes provincias argentinas.
MEGAOBRA PARA
TODA LA REGIÓN
El proyecto del segundo puente se llevará adelante con financiamiento del BID y consiste en la construcción de un puente atirantado de hormigón de 772 metros de extensión, con dos carriles por sentido de circulación, que unirá las dos márgenes del río Paraná; y 5,6 kilómetros de viaductos que permitirán el acceso a ambos lados. En este tramo, los trabajos incluirán una nueva conexión entre las rutas 11 y 12 -en Resistencia y Corrientes, respectivamente- mediante la ejecución de 34,5 kilómetros de autopista.
Además, se construirán dos variantes sobre las rutas 11 y 12, proyectos actualmente en licitación, que permitirán extender y vincular la traza nueva con la ruta 16 a la altura de Resistencia y con la ruta 5, en Corrientes.
En Resistencia, la variante consistirá en una autopista de 20,2 kilómetros, mientras que en Corrientes se hará una ruta de 12,6 kilómetros.
La obra será un avance estratégico en el Corredor Bioceánico Norte para movilizar las cadenas de valor, ampliar la capacidad para el transporte de cargas en uno de los principales corredores productivos del país y mejorar la conectividad del área metropolitana que integran el Gran Resistencia y el Gran Corrientes beneficiando a más de 800 mil personas.
Desde el gobierno nacional indicaron que el Ministerio de Obras Públicas lleva adelante este método de participación pública, bajo la premisa de que proporcionará una fuente de información más completa y detallada, lo que se alinea con el principio democrático de acceso transparente a la información pública para todas las partes involucradas, asegurando que cada actor interesado tenga a su disposición la información necesaria para contribuir al éxito de este proyecto.