La primera muestra de realismo la tuvo al desactivar el protocolo que se emplea para las movilizaciones. Este sí tuvo espontaneidad y fuerza además de legitimidad. El oficialismo entendió el mensaje, bajó «un cambio» y tomó nota de que debe recalcular en algunas acciones. A la gestión libertaria le falta Estado mayor y más política a la hora de llevar adelante sus iniciativas. La semana será decisiva para avanzar con las leyes que el país necesita y que los gobernadores esperan, acuciados por una realidad que no da tregua, aunque evidencia signos claros que alientan la esperanza. Las dos últimas semanas de abril evidencian una desaceleración notable de la inflación, que se refleja en una nueva baja de las tasas de interés. Los legisladores ya no tienen margen para tensar la cuerda. La sociedad espera que el Ejecutivo y la Justicia entiendan que se trata de una responsabilidad compartida, aunque las internas en los distintos espacios y las especulaciones políticas hacen que los tiempos no sean los de las necesidades económicas del país. En Corrientes, se activa la política. Las internas en el radicalismo y en el peronismo, ambas partidarias, tienen como «telón de fondo» a la definición de las candidaturas a la Gobernación. La UCR hizo punta. La mesa del Comité provincial llamó a elecciones para octubre con una decisión que hizo ruido en la Rosada correntina, cuyas primeras espadas la consideraron inconsulta. Una jugada fuerte con el sello de Ricardo Colombi. Mañana está convocada la Convención donde la relación de fuerzas favorece al sector de Gustavo Valdés. La lógica indica que primará la necesidad de resguardar la unidad ante un escenario complejo como es el de 2025, en el que, el fantasma de la segunda vuelta y la seguridad que pueda haber tres o cuatro frentes, obliga a extremar la prudencia. El club San Martin será el ámbito en que sesione el órgano máximo de conducción que preside el senador, Henry Fick.
Por CONFUCIO
El país se enfrenta a una semana decisiva dónde, nuevamente, la mirada quedará puesta sobre el Congreso de la Nación, quien tiene la responsabilidad de debatir y votar los proyectos elevados por el Poder Ejecutivo respecto a los cuales, se dice, existiría alto grado de consenso para asegurar su aprobación. No parece un hecho menor, en el marco de los tiempos que se viven y de la expectativa que se ha generado, hacia adentro y hacia afuera del país, frente a la necesidad de dar certeza y previsibilidad a la necesaria radicación de capitales, así como lograr, antes que nada, que los propios argentinos recuperen la confianza volcando al circuito productivo los miles de millones de dólares que atesoran «en el colchón». Es un reclamo que se hace desde afuera. Cómo confiar en un país en el cual su propia gente no lo hace. Más allá de ideologías y de la politización que existe, que muchas veces hace perder el rumbo en las mejores decisiones, asoman resultados al entrar al quinto mes de gobierno que -objetivamente- no pueden ocultarse. En primer término, y como dato no menor, el haber desarmado la impresionante «bola de Leliqs» que había dejado la gestión de Sergio Massa. A ello, la desaceleración notable de los índices inflacionarios, que se acercan a menos de un dígito mensual y que alientan las mejores expectativas de los mercados. Antes de terminar abril, los datos de las dos últimas semanas son claramente reveladores de que se ha acentuado el nivel descendente de la inflación, al punto de que el Banco Central, por segunda vez en el mes, produjo una baja de la tasa de interés que quedó para el ahorrista, algo arriba del 4 por ciento. Una tasa difícil de imaginar meses atrás, que ha abierto el crédito al sector privado. Son los mercados precisamente, el llamado «círculo rojo», y los factores de poder del exterior los que vienen reclamando a la política, particularmente a los legisladores, mayor grado de responsabilidad republicana para contribuir a más rápidos resultados. En esto, el Gobierno ha sacado ventajas. Cierto o no, ha logrado instalar dos conceptos que lo mantienen bien posicionado en las encuestas. Por un lado, «el latiguillo de la herencia recibida»; y por otro, que ha sido «la casta», personificada en los legisladores, los que han puesto «palos en la rueda», impidiendo que más rápido se vean los resultados que, de todas formas, han asomado con indicadores reveladores. Estos pasan no sólo por las Leliq, la baja de la inflación, la baja de la tasa de interés, sino también por la baja del riesgo país, la acumulación de reservas del Banco Central mediante la compra de más de 13.000 millones de dólares que posibilitaron pasar de reservas negativas a positivas. Todos datos objetivamente verificables que han mejorado las expectativas de la gente y el empresariado, dispuestos a seguir aguantando a la espera de que se llegue al punto de inflexión, que seguramente se dé, con la aprobación de la Ley Bases y el llamado paquete fiscal. Dentro de éste, está la restitución del Impuesto a las Ganancias, esperado por los gobernadores y el blanqueo cuyo producido integrará la masa coparticipable, para cuyo éxito es clave que la confianza que hoy perciben los mercados se afiance mediante los instrumentos legales que hagan a la previsibilidad del tiempo que se viene, mostrando gobernabilidad.
MILEI DEMOSTRÓ QUE NO COME VIDRIOS
El Presidente sabe cuándo debe recalcular y no duda en hacerlo, aun dando un giro de 180 grados sin ruborizarse. Arremete, pero no atropella, cuando el riesgo lo pone en alerta. Mostró flexibilidad en la negociación del paquete de leyes en análisis consciente que, más allá del contenido, que terminó siendo acotado, vale la señal de dar vuelta la página y entrar en una nueva etapa de su gobierno. No está tan molesto con la oposición, corporizada en el PJ, como lo está con Sergio Massa y, particularmente, con muchos de los llamados «dialoguistas» y «amigables», comenzando por Miguel Pichetto que, desde adentro, «hace más lío» que si estuviera en la vereda de enfrente. En el PJ no termina de definirse -conceptualmente- si el adversario sigue siendo Mauricio Macri o pasó a ser Javier Milei, un tema central para el desarrollo de la estrategia. Lo que sí tienen en claro es que, más allá de que son conscientes de que se imponían medidas de fondo, al cabo de la gestión de Alberto y Massa, estar en contra ahora contribuye en el corto plazo a abroquelar la tropa. Priman las necesidades internas en un justicialismo que, tanto a nivel nacional como, particularmente, en la provincia de Buenos Aires, vive la tensión que implica la falta de un liderazgo claro. En este marco y en términos electorales, de cara a futuro, sobresale la figura del gobernador Kicillof, quien no oculta sus aspiraciones de ser el beneficiario de un posible castigo electoral que pueda generar en el desarrollo de su gestión el Presidente.
LA MARCHA QUE ENCENDIÓ TODOS LOS SENSORES
Milei tuvo un error de cálculo en la evaluación de una protesta heterogénea y extendida que era previsible por la forma cómo se instaló el tema sin que desde el Gobierno haya habido profesionalidad para explicar las razones que decía tener y que quedaron en segundo plano. Quizás haya sido un llamado de atención positivo para la salud del sistema y para el tiempo que se viene, donde situaciones de esta naturaleza no deberían repetirse. Es que una cosa es «pararse en la vereda de enfrente de la llamada casta» y otra aparecer «bastardeando» a la educación pública. En esto, también Milei mostró «sentido práctico». Arrolló el lazo y produjo un recambio en el área de educación.
UNA CENA QUE DIO QUÉ HABLAR
Fue la que se realizó al promediar la semana. Con el Presidente, como orador de fondo, en un discurso que llevó más de una hora, se reunió a lo más granado del círculo rojo. Incluso la presencia del Presidente del Uruguay y de la diva mayor de la televisión argentina, Mirtha Legrand. En la mesa principal también estuvo el ex presidente Macri y la propia ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no muy cerca y a quien Milei distinguió de manera muy especial. Mauricio Macri se retiró atrás de Milei, que no quedó a compartir. Una práctica poco social que suele tener y no cae bien. Lo propio ocurrió en el cónclave del hotel Llao-Llao, en Bariloche, donde plantó en el almuerzo a los empresarios, muchos de ellos muy importantes que vieron que el Presidente se retiraba. No por una urgencia ni para regresar a Buenos Aires, sino para recluirse en su habitación, donde estuvo hasta las 17, cuando recién emprendió el regreso. Los que lo frecuentan al titular del PRO coinciden con que Macri no está contento en la relación con Milei. Se pone en duda que confluyan en una alianza de cara a las elecciones de medio tiempo, aunque no dejan dudas del acompañamiento de los legisladores partidarios, al menos hasta pasar las leyes que ahora están en consideración. Luego habrá que hablar cada proyecto, sostienen en el PRO, donde no caen bien algunas actitudes del primer mandatario. En los hechos, Milei no pierde ocasión de «sobarle el lomo» a Macri. Ostentosamente lo llama «Presi» y lo abraza, pero esa aparente sintonía no se traduce en efectividades conducentes. «Lo escucha, pero luego hace cualquier cosa», aseveran cerca de ex Presidente al que, cada vez se le hace más difícil ser entendido por su propia dirigencia.
LA CORTE SE HACE VER MIENTRAS PREPARA «A FUEGO LENTO» FALLOS DE ALTO IMPACTO
Mientras en la Corte Suprema siga estando Juan Carlos Maqueda, la situación será una. Después de su salida la relación de fuerzas podría alterarse. En duda sigue el pliego de Ariel Lijo, algo que al Gobierno no le será fácil. Primeramente, por el ninguneo a las mujeres y, luego, por la oposición de relevantes entidades y personalidades de distinto origen, entre ellas la Cámara Empresaria de los Estados Unidos. Si finalmente se lograra el acuerdo, algo que parece difícil, la Corte quedaría en una paridad de dos a dos. Aunque, no es un secreto, el alto Tribunal se prepara para anticipar la reelección de Horacio Rosatti, que debería hacerse en octubre, pero nada impide se haga antes. Una forma de marcar la cancha, algo que los cortesanos disfrutan sabiendo que manejan «el sabot», manejan los tiempos y son la brújula del poder real.
DE LA GALERA SACARON DOS TEMAS QUE ESPERABAN HACE TIEMPO
Estaban en carpeta desde hace muchos meses. Nadie sabía cuándo lo harían. Es parte de la discrecionalidad con que se maneja el alto Tribunal. Puede demorar años el análisis de una causa, como ocurrió la constitucionalidad de la ley del Consejo de la Magistratura o resolverla en cuestión de horas, como pasó con la habilitación de Carlos Menem para que sea reelecto como senador de la Nación en 2011. Cierto es que, en ese caso, también quiso mandar un mensaje al máximo Tribunal del fuero Electoral, esto es la Cámara Nacional, a la cual supo marcarle la cancha de la misma forma que no pocas veces este Tribunal, de segunda instancia, lo ha hecho con la más poderosa de los jueces federales del país, la legendaria María Romilda Servini, con quien son habituales los cortocircuitos.
EL CASO DE GILDO INSFRÁN Y DE LA SUBPROCURADORA DE ENTRE RÍOS
Una vez más, el manejo de los tiempos. Este no es un año electoral y, por tanto, propicio para decisiones de esta naturaleza. La Corte desempolvó una causa que tiene como precedente inmediato el fallo en el caso de Uñac, en San Juan, por el cual el peronismo perdió la provincia. Aunque, válido es decirlo, más fue por la interna desordenada entre el Gobernador en funciones y su mentor, el ex mandatario Gioja, quien tuvo restó, no para ganar, sino para evitar que el hermano de Uñac lo sucediera. En Formosa hay lógica expectativa. El principal opositor ha pasado a ser el senador nacional Poltroni, quien, con el apoyo de Javier Milei, se apresta a dar batalla. Espera decisiones de la Justicia. Una es la inconstitucionalidad de la reelección indefinida y la otra, la anulación de la ley de lemas.
EL CASO ENTRE RÍOS
La Corte admitió el recurso extraordinario promovido por la Subprocuradora general que fue destituida por un controversial fallo -por mayoría- en el que 5 de los 7 integrantes votaron a favor de la remoción. Al admitir la queja, la Corte pidió la remisión de los autos principales. Lo más probable que ocurra -casi con grado de certeza en este caso- será que el alto Tribunal ordene la reposición inmediata de una funcionaria que alcanzó gran notoriedad como cabeza de un grupo de fiscales. De fallar la Corte a favor, se reeditaría el caso del ex procurador Sosa, de Santa Cruz, que tuvo sentencia del alto Tribunal, pero que nunca logró se hiciera efectiva por la resistencia del entonces Gobierno provincial de Néstor Kirchner. Un caso parecido al del fallo dictado a favor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por la Coparticipación, que aún no se ejecuta. En contraposición con ambas sentencias incumplidas, el precedente de una causa originada en los tribunales de Corrientes, en la que la Corte Suprema ordenó, seis décadas atrás, cumplir ella misma su propio fallo, fijando un plazo de 30 días para ello, algo que después nunca se repitió. En esta coyuntura, la realidad política de Entre Ríos es distinta. No hay dudas de que el gobernador, Rogelio Frigerio cumplirá, sin demora, con el fallo de la Corte.
CORRIENTES VIVE EL MICROCLIMA DE LAS TENSIONES INTERNAS EN EL OFICIALISMO Y EN LA OPOSICIÓN
La Provincia estará en la vidriera nacional en 2025. Es una de las dos que elegirá Gobernador. En la otra, Santiago del Estero, las cartas están echadas. Seguirá en manos de los Zamora, más allá de que estos, por entonces, no está claro dónde estarán. Hoy, aliados íntimos del PJ, pero con medio un pie del otro lado. Una característica de este radical K que, durante el gobierno de Macri, jugó de la misma forma. No es un tema menor. Tiene tres senadores y seis diputados nacionales. Algo que tienta al oficialismo de turno, si de juntar los porotos se trata. Durante el Gobierno de Cambiemos, como entonces se llamaba esa alianza, Gerardo Zamora logró quedarse con la Embajada del Paraguay.
LA UCR DE CORRIENTES LARGA LA CARRERA MIENTRAS EN EL PJ HAY TENSA CALMA
Antes de la Convención, citada para mañana, el Comité Provincia de la UCR firmó la convocatoria a elecciones desdobladas para setiembre y octubre, y se anticipó a dar a conocer el cronograma electoral. Una decisión impulsada por Ricardo Colombi que -por estas horas- hace ruido puertas adentro del radicalismo. Dos de las principales espadas del Gobierno salieron al cruce. Está claro que, tras la disputa por el partido, por cuya presidencia aspira competir el Gobernador, está la puja por la candidatura mayor de 2025. Valdés parece decidido a suceder a Colombi en la conducción partidaria, mientras que Ricardo no da signos de convalidar esa pretensión. Una disputa con final abierto que tendrá su primer round mañana, en la Convención, más allá de que pareciera difícil, en términos lógicos, que la sangre llegue al río. El conjunto de la dirigencia radical hace fuerza por un entendimiento que le permita ir con una oferta electoral unificada, algo que pareciera necesario frente a la posibilidad de que, en un escenario de tres o cuatro frentes, la definición se termine dando en el ballotage. Lo que está claro, también, es que La Libertad Avanza hará «bailar su propio trompo» y que el PJ, en su expresión orgánica, dista de ser funcional a los intereses del radicalismo, vaya este unificado o con candidatos distintos. Lo que también está claro es que el peronismo tiene dos interventores que, hasta la semana que concluye, no habían sido legitimados ante el Juzgado Federal, pero que los mismos distan de tener «un cheque en blanco». Deberán hacer los deberes, en tiempo y forma, para que se desarrolle un proceso electoral ordenado que evite que «salten los tapones». En este caso, la UCR pareció dar un ejemplo. Se convocó a elecciones para dentro de seis meses, pero se fijó desde ya un cronograma electoral con fechas definidas, que evitan las corridas o los conciliábulos poco edificantes entre cuatro paredes, que perjudican la posibilidad de que la elección sirva para la unidad mediante el voto, en un marco de transparencia y de amplia participación. En esto llamó la atención una reciente y fugaz visita de uno de los interventores que estuvo en el debate por la boleta única. Desarrolló una actividad que dista de la conducente a un proceso de normalización que, claro está, debe limitarse a acordar las reglas de juego sobre las cuales se desarrollará el trabajo político que conduzca a las internas.
LAS INTERNAS SON PARA AUTORIDADES PARTIDARIAS
En el PJ pareciera pasar lo mismo que en el radicalismo. Se elige Presidente del partido, pero todos miran lo que viene después. En el peronismo sorprendió la «autopostulación», una rareza, por cierto, del Intendente de Paso de los Libres. A través de los medios se anotó -anticipadamente- para una disputa que, aún no está dada, salvo que, dentro de las reglas de juego, algo posible, se acuerde la elección simultánea de cargos partidarios y electivos. En verdad, hasta ahora no se ha acordado si el candidato a gobernador surgirá también del voto directo o del Congreso del partido. Lo que sí está claro es que ya no será del «dedo de Buenos Aires». En los hechos, no está mal que Martín Ascua aspire a la Gobernación. Es saludable que todos los que aspiren encuentren la posibilidad de disputar, llegado el momento, la candidatura mayor. De hecho, nadie tiene «bolilla negra». Cuantos más candidatos haya es mejor, aunque siempre que esa puja no se traslade hacia abajo y menos por posicionamientos respecto a los cuales no hay disputa. De ahí, una vez más, la importancia de las reglas de juego.
POR FUERA DEL PERONISMO HAY UN LOTE DE QUIENES FUERON ALIADOS QUE SE ANOTAN
Emiliano Fernández, intendente de Virasoro y «Tape» Caran, jefe comunal de Mercedes recorren la provincia juntos y buscan adhesiones. No está claro el vehículo que piensan usar. Emiliano tiene un valor agregado, importante, por cierto, y es la posibilidad de tener banca económica, sabido es por dónde, para una pelea que no será fácil. Es algo que, en estos tiempos, es determinante en política. El propio justicialismo lo vivió en carne propia en las dos últimas elecciones. A pesar de tener el Gobierno nacional y candidatos puestos desde Buenos Aires, los recursos no llegaron a la militancia. Es algo que le facturan al propio Intendente de Paso de los Libres que, a la hora de los bifes, el compromiso que -según el interventor «Juanchi» Zabaleta habían hecho los cabezas de las listas- no se hizo realidad. Por otro lado, Camau Espínola mantiene sus pretensiones, aunque tampoco queda en claro en qué frente podría participar y cuánto podría llevar como candidato corriendo con otros colores que no sean los del PJ, siendo una realidad que dentro del justicialismo su reinserción sería algo traumática, aunque, en política, nunca hay que decir «nunca». Ya se han visto muchas cosas y seguramente se verán otras más en este turno electoral, precisamente el más favorable que enfrentará el peronismo desde el 83 para acá, porque se quebrará la polarización. Finalmente, el diputado Germán Braillard, exponente del Frente Renovador que -tampoco es un secreto- camina la provincia con un objetivo definido, mostrando encuestas con un posicionamiento expectable. El tema es que no tiene el ADN peronista. La realidad del escenario provincial muestra que, para la definición de la política de alianzas, según cuántos frentes terminen en carrera con un 30 por ciento, el peronismo estará en la segunda vuelta. De ahí que, probablemente, en este turno electoral, los acuerdos no pasen por ser concesivos con las bancas, acaso como si el PJ priorizara más una alianza hacia adentro, que sostenga el piso histórico. Algo no difícil si logra consolidar una organización sólida como pareciera estar dispuesto más por necesidad que por vocación de poder que desde hace años ha perdido. En esta oportunidad son los propios intendentes los que advierten que una conformación no sustentable pondrá en riesgo la conservación de sus territorios por el efecto arrastre de la boleta provincial.