El mes que viene llegará, según lo previsto, con una nueva actualización de precios de combustible, en porcentajes que aún se desconocen con precisión.
Sin embargo, los usuarios e incluso los estacioneros esperan que se mantengan en los parámetros razonables.
En julio se ajustará nuevamente el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), pero a esto podría sumarse un incremento adicional por el traslado al precio del aumento del dólar oficial.
La suba que se busca promover se mantendría dentro del rango de 3,5% al 4%, implementado hace escasas semanas.
En el oficialismo reconocen que los combustibles deberían aumentar por lo menos un 20%, pero entienden que es inviable en el contexto actual.
Este criterio es compartido por los estacioneros, que saben que un porcentaje de dos cifras sería un golpe mortal a las ventas.