Sin oficializar la ruptura, el «cristino-camporismo» juega la suya, generando discordia en el peronismo bonaerense que cierra filas atrás del gobernador. La ex jefa de Estado nacional apuesta a doblegar a Kicillof, quien ha logrado la capitulación de Fernández de Kirchner en los tres primeros rounds a partir de que se plantara con el desdoblamiento de las elecciones. En los últimos días, la máxima autoridad electoral de Buenos Aires advirtió que se estaba poniendo en riesgo la posibilidad de votar el 7 de septiembre, con lo que implica en términos institucionales no lograr que se renueven ambas cámaras legislativas. La última arremetida de la expresidenta fue salir al cruce de la reelección de los intendentes, limitando las mismas a la categoría legisladores. Es un pase de facturas de la titular del PJ nacional al hacia los jefes comunales, que progresivamente van tomando distancias del viejo orden.
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la expresidenta Cristina Kirchner apuran por separado la campaña política en el territorio bonaerense. Ya no actúan como socios de un mismo espacio político.
Mientras Kicillof prepara un gran acto para el 24 próximo en la sede del sindicato de la Unión de Personal Civil de la Nación, en La Plata, Cristina Kirchner organiza la campaña desde la sede del Partido Justicialista de la Nación.
En paralelo, Máximo Kirchner, hijo de la exvicepresidenta y titular del Partido Justicialista bonaerense, mandó a empapelar la tercera sección electoral, que tiene a La Matanza como principal municipio, con la consigna Cristina 2025.
El diálogo entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner para intentar alcanzar un acuerdo quedó interrumpido luego de que el gobernador fijara por decreto las elecciones anticipadas en la provincia para el 7 de septiembre. El hijo de la expresidenta pretendía que fueran unificadas con las elecciones nacionales para asegurarse que todos impulsaran la lista.
La aprobación de la ley que suspendió las Primarias no fue más que una nueva muestra de la tensión entre los sectores de Máximo y Axel, que ya hacen campaña por separado. En ambos sectores se habla de ruptura.
Kicillof siempre supo que llamar a elecciones desdobladas era desafiar la conducción de Cristina Kirchner -que se opuso- pese a que sus voceros repitan una y otra vez que la batalla, cada vez más expuesta por el liderazgo de la oposición, no es contra Cristina. «Es contra el grupito de Máximo», dijo.
La expresidenta habla en público de unidad, pero da gestos de autonomía en el territorio del gobernador. Los carteles con la consigna Cristina 2025 que aparecieron en Quilmes, junto a la incursión de Máximo Kirchner, sólo vienen a reafirmar que, si no hay consenso para armar campaña, mucho menos para listas de unidad, hasta este momento.
Las muestras de poder por el liderazgo se replican, por separado, como en espejo: por caso, el 1 pasado Kicillof asistió a un acto en la CGT Azopardo, donde se sacó una foto con los secretarios generales, Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello; de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y de la CTA Autónoma, Hugo Godoy, acompañado por su gabinete.
A renglón seguido, Cristina Kirchner habló ante dirigentes reunidos en el Partido Justicialista nacional, sin la presencia de Kicillof, pero con la asistencia de los legisladores que se niegan a votar los cambios en el cronograma electoral que pide el mandatario bonaerense.
Del acto en la sede del PJ porteño participaron Víctor Santa María -secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios (Suterh)- y Mariano Recalde. Allí Cristina envió un mensaje a favor de la unidad, mientras Máximo Kirchner caminaba por Quilmes, junto a Mayra Mendoza, bajo carteles con la consigna Cristina 2025. Con el Gobernador, nada.
La unidad bajo su conducción es el mensaje encubierto de los carteles que ya se reproducen en el Gran Buenos Aires en distintos formatos. La pelea es feroz en distritos como Avellaneda, donde el intendente Jorge Ferraresi, aliado a Kicillof directamente mandó a sacar los carteles con la foto de la expresidenta.
Casi al mismo tiempo, Kicillof se mostró en la sede de Azopardo con los dos referentes fuertes de la tercera sección electoral: la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
Pase de facturas a la titular del PJ Nacional
Alessandra Minnicelli, esposa de Julio De Vido, cruzó a Cristina tras el audio por el 1 pasado, en el que la expresidenta de la Nación instó a los compañeros a mantenerse «unidos y reafirmar nuestras banderas» (dixit), y en el que remarcó que se inició «una persecución política, mediática y judicial» en su contra.
Una muestra del malestar latente hacia adentro y hacia afuera del partido, en cuanto se considera que la agenda de Fernández de Kirchner responde a sus necesidades personales.
En un posteo de la red social X, la pareja de quien fuera Ministro de Planificación en la era K, le preguntó a la titular del PJ Nacional: «¿Este mensaje la identifica señora, es Usted y su familia? ¿Y el resto de los compañeros? ¡Presos, perseguidos, procesados y cancelados! «Cómo caracteriza» a los «compañeros» que están «presos», «procesados» y «cancelados».
Con «Julio De Vido, ¿qué somos? ¿Cómo nos caracteriza? ¿Con quién o quiénes será la discusión sobre el ‘nuevo estadio del capitalismo’ que usted plantea?». Agregó en el tuit que replicó durante toda la jornada de ayer en las redes y en los medios informativos.
No es la primera vez que Minnicelli pone énfasis en la actitud sectaria de la exvicepresidenta. Hace un par de años, en una entrevista con Luis Novaresio en radio La Red aseguró que «(Cristina) ha tenido un gesto inhumano hacia conmigo, hacia con mi familia. Somos muchos y nos conocemos de toda la vida».
La esposa de De Vido aseguró que sintió que le «soltaron la mano» a su marido, y apuntó contra la expresidenta: «Cuando de golpe le preguntan al conductor del espacio político qué piensa de Julio De Vido y en vez de decir que ‘lo están persiguiendo mediáticamente y políticamente como a mí’, dice ‘yo no pongo las manos en el fuego por nadie’, ¿qué hace todo el resto? Se repliega por temor».