Con un padrón electoral compuesto por 3.088.750 ciudadanos habilitados para votar, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires vivió ayer domingo una nueva jornada democrática, marcada por una participación moderada que alcanzó el 53,61 por ciento.
A las 19:46 horas ya se habían procesado 1.493.749 sufragios, correspondientes al 90,21 por ciento de las mesas habilitadas, lo que permitió contar con un panorama claro de los resultados preliminares. La jornada se desarrolló con normalidad, sin incidentes significativos, en un marco de transparencia institucional y organización eficaz.
Uno de los datos destacados del proceso fue la alta proporción de votos válidos, el 99,89 por ciento del total, lo que da cuenta de un electorado mayoritariamente comprometido con la legalidad y la claridad de su elección.
Se registraron apenas 119 votos de identidad impugnada (0,01 por ciento), 1.357 votos nulos (0,09 por ciento) y 186 votos recurridos (0,01 por ciento).
Estos números, marginales en relación al volumen total de sufragios, consolidan la percepción de una elección limpia y técnicamente bien ejecutada.
A su vez, la baja incidencia de votos inválidos subraya la capacidad operativa del sistema electoral porteño, en un escenario político que, sin embargo, reflejó una fuerte dispersión del voto.
FRAGMENTACIÓN
La fragmentación del mapa electoral fue uno de los rasgos salientes del comicio.
La multiplicidad de opciones y la distribución equilibrada de preferencias entre varias listas dificultaron la configuración de mayorías claras, perfilando un escenario de competencia reñida y de alianzas aún por definir en el futuro inmediato.
La participación, por su parte, si bien fue suficiente para legitimar el proceso, se ubicó por debajo de registros anteriores, lo que introduce un elemento de alerta sobre el compromiso cívico en ciertos sectores de la población.
PRINCIPALES FUERZAS Y DESEMPEÑO ELECTORAL
En cuanto a los resultados preliminares, La Libertad Avanza, con Manuel Adorni a la cabeza, se posicionó como la fuerza más votada, al obtener el 30,02 por ciento de los votos válidos, equivalentes a 447.877 sufragios.
Desde el bunker libertario remarcaron que esta primera posición refuerza el crecimiento del espacio libertario en el distrito, consolidando su protagonismo tras los desempeños obtenidos en elecciones recientes a nivel nacional.
En segundo lugar se ubicó Es Ahora Buenos Aires, la lista liderada por Leandro Santoro, que reunió el 27,46 por ciento de los votos, lo que representa 409.737 sufragios. Sobre los bordes del avance libertario, el resultado confirma la vigencia del espacio progresista y su capacidad para sostener un electorado fiel en el ámbito porteño.
El tercer puesto fue para Buenos Aires Primero, encabezada por Silvia Lospenatto, que alcanzó el 15,89 por ciento de los votos (237.087 sufragios), marcando una performance destacada dentro del espectro de centro.
Más rezagada quedó la lista Volvamos Buenos Aires, conducida por Horacio Rodríguez Larreta, que cosechó el 8,08 por ciento (120.612 votos), en una elección que pone en cuestión la continuidad del liderazgo del ex jefe de Gobierno dentro del electorado tradicional del PRO.
El conteo provisorio reflejó una escena partidaria amplia, sin hegemonías, con predominio relativo de dos fuerzas —La Libertad Avanza y Es Ahora Buenos Aires— que juntas agrupan más de la mitad del electorado. Este dato anticipa un eventual escenario de polarización en instancias posteriores, sin descartar nuevas reconfiguraciones.
FUERZAS MENORES Y VOTOS ESPECIALES
Por debajo del umbral del cinco por ciento se ubicaron las restantes agrupaciones. El Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, con Vanina Biasi como candidata, obtuvo el 3,18 por ciento de los votos, lo que representa 47.422 sufragios. Si bien lejos de los principales competidores, la izquierda sostuvo su presencia como expresión testimonial y crítica del sistema.
Otras expresiones como Unión del Centro Democrático, Coalición Cívica, Evolución y Principios y Valores se movieron en una franja de entre el 2,03 y el 2,61 por ciento, sin conseguir incidencia decisiva ni representación parlamentaria. La atomización de estas propuestas contribuyó al carácter fragmentario del resultado general.
Por último, se contabilizaron 28.533 votos en blanco, equivalentes al 1,91 por ciento del total emitido. Esta cifra, aunque no altera sustancialmente el reparto de fuerzas, constituye un indicio de desapego o insatisfacción con la oferta electoral por parte de un sector del electorado.
Los resultados dibujan un panorama político abierto, donde ningún espacio logra una mayoría contundente y donde las futuras alianzas o coaliciones jugarán un rol central en la construcción de gobernabilidad.
Así se reparten las bancas tras las elecciones
La Libertad Avanza fue la fuerza más votada en las elecciones y logró incorporar 11 nuevos legisladores a la Legislatura porteña, alcanzando así un bloque total de 13 bancas. Por su parte, Es Ahora Buenos Aires obtuvo 10 escaños en esta elección, mientras que el peronismo, sumando distintos espacios afines, contará con un total de 20 legisladores para la próxima conformación.
El PRO se posicionó como uno de los grandes derrotados de la jornada electoral. Solo consiguió incorporar cinco nuevos legisladores, con lo cual su bloque se reducirá a diez bancas en total. A su vez, el sector liderado por el exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, hoy separado del PRO tradicional, logró sumar tres bancas por su cuenta, marcando una fragmentación interna en el espacio.
En tanto, la izquierda logró mantener su representación en la Legislatura. Vanina Biasi, del Frente de Izquierda-Unidad, ingresará como nueva legisladora y se sumará a la actual banca que ya ocupa ese espacio político. De este modo, el FIT-Unidad conservaría su presencia con dos escaños en el recinto.
Las alianzas y los acuerdos serán clave para gobernabilidad
El resultado de la elección muestra una leve ventaja de La Libertad Avanza sobre Es Ahora Buenos Aires, con una diferencia de aproximadamente tres puntos porcentuales.
La participación del 53,61 por ciento se ubica en un nivel intermedio en comparación con otras elecciones locales, y puede interpretarse como un reflejo de interés moderado por parte de la ciudadanía.
La fragmentación del voto plantea un escenario donde las alianzas y acuerdos serán clave para la gobernabilidad.