En la noche del miércoles, efectivos de la División Investigaciones Complejas Sáenz Peña detuvieron a un repartidor que fue denunciado por la dueña de una distribuidora mayorista de lácteos, quesos y fiambres.
La empresaria explicó que el sujeto entregó parte de la recaudación y luego desapareció con el resto del dinero.
Sin embargo, horas después y por WhatsApp, el empleado envió un telegrama de renuncia a la empresa, pero sin entregar la suma millonaria que había quedado pendiente.
EL HECHO
Este particular ilícito ocurrió el martes, a las 21.50.
Poco después, una joven denunció que su madre es titular de la empresa mayorista Distribuidora Bamana, agregando que personal de la administración le informó que unos de sus empleados choferes de camiones de la empresa, identificado como L.M.S. (27), luego de finalizar las ventas de mercaderías rindió un monto de dinero de $3.500.000, debiendo haber entregado $8.700.000.
Ante esa situación, intentaron comunicarse con el empleado sin obtener respuesta alguna. Sin embargo, el miércoles a las 12.50, el repartidor envió un mensaje de WhatsApp al jefe de área, informando que renunciaba a su trabajo, adjuntando una foto del telegrama de renuncia a partir de la fecha; sin motivo alguno.
Utilizando medios tecnológicos GPS, los investigadores pudieron establecer que el camión de la empresa, antes de llegar al galpón de depósito, desvió su itinerario hacia un domicilio en el barrio Lamadrid.
Los uniformados fueron hasta la vivienda donde encontraron al chofer, procediendo a la conducción de este y luego hacerle saber las pruebas que lo involucran.
El empleado infiel entregó de manera voluntaria la suma de $2.351.000, las cuales fueron formalmente secuestrados bajo acta.
Se dio intervención a la División Medicina Legal y el acusado fue notificado de la causa por supuesto hurto, mientras que el dinero fue devuelto a la comerciante. Interviene en el caso la Fiscalía de Investigación Penal 4, a cargo de Gustavo Valero.