El gobernador se lanzó a la arena electoral con un acto propio en la capital bonaerense, marcando el inicio de su campaña legislativa desde el corazón del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), la fuerza que lo reconoce como líder.
La cita, en el camping de UPCN en Los Hornos, se perfila como su «primer discurso político de campaña» y llega en un contexto de altísimas tensiones con el kirchnerismo puro, que esta semana volvió a presionarlo para que unifique las elecciones provinciales del 7 de septiembre con las nacionales del 26 de octubre.
EN PLENA BATALLA
Pese al fuego cruzado y las acusaciones de «operación mediática» por parte del entorno del Gobernador bonaerense, buscan darle épica a esta nueva construcción política.
Con ministros del Gabinete provincial e intendentes trabajando a destajo en el territorio, como Mario Secco y Jorge Ferraresi, el MDF se propone como un contrapeso a La Cámpora.
La triada de armadores -Andrés Cuervo Larroque, Carlos Bianco y Gabriel Katopodis- ultimó los detalles de un evento que congregó a miles de militantes, con mesas y talleres previos al discurso principal, una marca del estilo Kicillof que a veces genera rispideces con el peronismo más tradicional.
El discurso del gobernador, pulido hasta último momento, tuvo una clara impronta de campaña con la vista puesta en 2027, contraponiendo modelos de país y presentándose como la «verdadera alternativa» frente a la gestión de Javier Milei.
La idea del mandatario bonaerense es «nacionalizar» ambas campañas, la de septiembre y la de octubre, resistiendo lo que desde el oficialismo bonaerense califican como una «deserción» del gobierno nacional en materia de fondos.
El mensaje hacia adentro del peronismo
-«Lo que necesitábamos era un movimiento con los brazos abiertos. Aquí nace el MDF».
-«Como dijo el General, el movimiento jamás fue excluyente, jamás fue sectario».
-«En estas elecciones la discusión no es un lugar en la lista, es un lugar en la historia».
Pidió «hablarle a la gente y no entre dirigentes políticos», al mismo tiempo que afirmó que el «movimiento que viene de abajo para arriba».
Solicitó ser «realistas» rumbo a las elecciones legislativas de este año. «Hace 20 años que el peronismo no gana las elecciones legislativas de medio término en Buenos Aires», destacó, aunque también aseguró que la misión es ganar en los comicios bonaerenses de septiembre y en los nacionales de octubre.
-«No podemos perder el tiempo, distraernos, tenemos una misión, ir a buscar a los decepcionados, a los desmoralizados y pensar cada día una sola cosa: qué puedo hacer para explicar, convencer y sumar».
-«Convocamos a defender y respaldar a los intendentes, a defender y respaldar a nuestros gobiernos. Nuestro gobierno es un instrumento de la gente, por eso hay que defenderlo con el voto».
No hay marcha atrás
El gobernador bonaerense va por una nueva capitulación de la expresidenta que se fue al mazo en las tres oportunidades anteriores. En estas legislativas más que nunca está la definición de la interna del peronismo donde hay decisión de marcarle la cancha a Fernández de Kirchner, aún a riesgo de perder.
Lo que pasó en el 97, cuando Menem le tiró todos los caballos encima a Duhalde, privilegiando el control partidario. Consideran clave rescatar el concepto de que no vale un rejuntado para ganar una elección y después no poder gobernar, como fue la experiencia de los llamados «tres chiflados», en referencia a Cristina, Alberto y Massa.
Hoy, el problema del PJ no es Milei, sino qué hacer con la actual titular del partido, que se asemeja a un jarrón chino al que nadie sabe dónde poner.
El «PJ de los comunicados», se da en llamar ahora a la conducción a cuyo frente está la expresidenta que, en estas horas, viene de sorprender con una declaración que no refleja el sentir peronista en el que alude al restablecimiento del servicio militar, olvidando que Juan Domingo Perón era -antes que nada- un militar que se preciaba de serlo.
Ecos de peleas pasadas
y cruces de agendas
Este escenario de roces y diferenciación no es ajeno al peronismo bonaerense ni a sus principales figuras. La relación entre Kicillof y Cristina Kirchner ha tenido altibajos notorios. Ya en 2023, durante la campaña, hubo gestos de tensión, con algunos sectores kirchneristas, cuestionando ciertos movimientos del gobernador.
La insistencia de Cristina en la unificación de elecciones no es nueva; es una estrategia que ha planteado en diversas ocasiones, buscando potenciar el arrastre de las boletas nacionales.
De hecho, su propia referencia a lo sucedido en Buenos Aires con Jorge Macri, quien desdobló y «quedó tercero» en su bastión, es un claro dardo sin nombrarlo a Kicillof.
Por su parte, la expresidenta, con su rol partidario más activo en este año electoral, ha acelerado sus apariciones públicas. Su inminente entrevista en C5N y el viaje a Corrientes para apoyar al intendente de Paso de los Libres, Martín Tincho Ascúa, el próximo 7, son ejemplos de su agenda paralela.
Es un ajedrez político complejo, donde ambas terminales saben que una ruptura total podría beneficiar a los libertarios, pero donde la falta de diálogo y la dificultad para conformar listas comunes (especialmente por el peso de La Cámpora) siguen siendo escollos significativos.
El 9 de Julio, fecha de cierre de alianzas provinciales, se perfila como un «día D» para desenmascarar si la unidad prevalece o si el peronismo bonaerense se encamina hacia una nueva fragmentación interna.