Loan Danilo Peña desapareció el 13 de junio de 2024, tras un almuerzo familiar en la localidad de 9 de Julio, en Corrientes. A un año de haber sido visto por última vez, la Justicia avanzó, pero el niño sigue sin aparecer. El caso se convirtió en un entramado de silencios, pistas falsas y versiones que fueron mutando en una historia que hoy día tiene dos causas judiciales que esperan pronto la elevación a juicio.
En el contexto de la desaparición, la Alerta Sofía se activó debido a los indicios concretos de que el niño, de apenas 5 años, podría haber sido sustraído. Este caso derivó en una causa federal por trata de personas, lo que marcó un precedente importante en la aplicación de este protocolo.
La fiscal de la Procuraduría de Trata (PROTEX), Alejandra Mángano, explicó en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas que la activación de la alerta se lleva a cabo tras una evaluación conjunta con fiscales, autoridades judiciales y el Ministerio de Seguridad. «La implementación no es automática, sino reservada para casos graves como el de Loan, donde la edad o las circunstancias hacen presumir que el menor no actuó por su propia voluntad», afirmó Mángano. La activación de la alarma se realiza lo más rápido posible, aunque siempre tras una evaluación profunda para asegurar su efectividad y evitar una saturación que podría restarle impacto a la herramienta.
La Alerta Sofía está destinada a situaciones severas donde se considera que el menor no se ha ido por su propia decisión. Por lo tanto, en el caso de Loan, su corta edad y las pruebas que apuntaban a una posible sustracción provocaron la activación inmediata del protocolo. Este mecanismo, creado para movilizar a la sociedad ante situaciones de desapariciones, ha sido utilizado con poca frecuencia desde su implementación. «Después del caso de Loan, solo se activó nuevamente en un caso en Córdoba, con un niño llamado Liam», mencionó Mángano.
Además, destacó que este sistema está diseñado para intervenir en situaciones críticas, enfatizando que debe aplicarse con prudencia. La fiscal recordó un caso ocurrido anteriormente en la Ciudad de Buenos Aires, donde una menor de siete años fue encontrada gracias a la alerta que generó una respuesta comunitaria rápida. «El espíritu de la Alerta Sofía es movilizar a la sociedad en los momentos críticos de las desapariciones», subrayó.
A diferencia de otros mecanismos de alerta, la Alerta Sofía se difunde de forma inmediata a través de diversos canales, como medios de comunicación, redes sociales y espacios públicos, buscando una colaboración ciudadana efectiva. Este sistema se inspira en el Amber Alert de Estados Unidos, pero ha sido adaptado a la realidad argentina para responder de forma más efectiva a las necesidades locales.
En caso de Loan Peña, la activación de esta alerta fue un indicativo claro de que la situación no se trataba de una simple pérdida, sino de un posible delito, asunto que fue luego abordado por la Justicia Federal bajo la hipótesis de trata de personas. A un año de su desaparición, Mángano reafirmó la importancia de perfeccionar el sistema y usarlo con responsabilidad, para que cada vez que se active una Alerta Sofía, la ciudadanía comprenda que se encuentra en juego la vida de un menor.