En junio pasado marcó un punto de inflexión para la economía familiar en el Gran Resistencia. Según el último informe del Departamento de Estadísticas provincial (Dpiet), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se incrementó solo un 0,9%, la variación más baja desde la pandemia y, excluyendo ese período excepcional, la menor desde julio de 2017.
Lo más destacado fue la caída del 0,3% en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, con un fuerte retroceso en frutas y verduras que permitió a muchas familias acceder a productos esenciales a precios más bajos. «El rubro de alimentos para el hogar mostró una baja del 0,9%, empujado por caídas del 13,2% en verduras y del 0,9% en frutas», indicó el reporte técnico.
Esta dinámica inédita favoreció también una reducción del 0,4% en la Canasta Básica Alimentaria (CBA), estimada en $531.097 para un hogar tipo.
Se trató de la primera caída mensual de la CBA en siete años, si se excluyen los meses más críticos de la pandemia.
En tanto, la Canasta Básica Total (CBT), que contempla además servicios y otros bienes no alimentarios, tuvo un leve aumento del 0,9%, ubicándose en $1.217.688.
La inflación interanual del Gran Resistencia alcanzó el 37,8%, un descenso significativo respecto a los picos de 2023, y el acumulado del primer semestre del año cerró en 15,1%.
Este comportamiento marca una diferencia clara frente al ritmo inflacionario de otras regiones del país, consolidando una tendencia de desaceleración que comenzó en marzo.
Si bien algunos rubros como el alquiler de la vivienda y los cigarrillos impulsaron subas en capítulos específicos, el freno generalizado en los precios de alimentos y el bajo impacto de los productos estacionales permitieron cerrar el mes con un resultado positivo para los bolsillos locales.
«La carne y los lácteos apenas mostraron variaciones, con subas del 0,03% y 0,04% respectivamente», explicaron desde el área estadística lo que ayudó a neutralizar los aumentos registrados fuera del hogar, como en bares o restaurantes.
Los capítulos que más contribuyeron al leve aumento mensual del IPC chaqueño fueron:
-Propiedad, combustible, agua y electricidad (+5,4%), por subas en alquileres.
-Bienes y servicios varios (+3,2%), con tracción del precio de los cigarrillos.
-Enseñanza (+2,6%)
-Atención de la salud (+2,1%)
-Esparcimiento y cultura (+1,9%)
Por debajo del nivel general se ubicaron transporte y comunicaciones (0,7%), indumentaria (0,5%) y equipamiento del hogar (0,4%).
En el nea
A nivel regional, el comportamiento fue similar. El informe de Politikon Chaco basado en datos del Indec señaló que el IPC del Nordeste Argentino (NEA) subió 1,1%, por debajo del promedio nacional (1,6%) y de las estimaciones privadas, que anticipaban una inflación de al menos el 2%.
Esta variación fue la más baja desde que se creó la serie estadística del IPC NEA, en enero de 2017.
La región también registró un fenómeno poco habitual: la división de alimentos y bebidas no alcohólicas no mostró variación en junio, algo inédito tanto en el NEA como a nivel país, salvo en Cuyo.
La deflación en verduras (-8,8%) y frutas (-0,1%) fue determinante para alcanzar este resultado, mientras que el leve aumento de las bebidas no alcohólicas (+2,9%) no alcanzó a revertir la caída del rubro alimenticio en general.
En el primer semestre, la inflación acumulada en el NEA fue del 13,2%, también el registro más bajo desde 2017.
Entre las divisiones que más aumentaron en la región se destacaron:
-Restaurantes y hoteles (+3,1%)
-Vivienda, agua, electricidad y gas (+3,0%)
-Salud (+2,5%)
-Bebidas alcohólicas y tabaco (+2,0%)
En contraste, la gran sorpresa fue la división de alimentos y bebidas no alcohólicas, que no mostró cambios en sus precios (0,0%).
En la comparación interanual, el alza se ubicó en 37,1%, cifra que representa el menor nivel desde septiembre de 2018.
Desde Politikon destacaron el peso que tuvieron las bajas en los precios estacionales -vehículos, transporte público y sobre todo frutas y verduras- así como la desaceleración de los precios núcleo, que se ubicaron en 1,4%, frente al 2,2% de mayo.
«Junio dejó un dato estructuralmente positivo: por primera vez en años, alimentos no traccionaron la inflación en la región», subrayó el informe.
La menor presión de precios se reflejó especialmente en sectores de consumo masivo, lo que significa un alivio tangible para la población con menores ingresos.
Precios regulados y estacionales
Los precios regulados fueron los que más subieron a nivel regional (+1,7%), impulsados por alquileres, tarifas y combustibles. En cambio, los precios estacionales, como frutas, verduras, vehículos y transporte público, cayeron un 2,3% por segundo mes consecutivo.
«El comportamiento estacional jugó un papel central en la desaceleración inflacionaria de junio», analizó Politikon Chaco.
En tanto, los precios núcleo -que excluyen estacionales y regulados- crecieron un moderado 1,4%, una baja considerable frente al 2,2% de mayo.
También se observó una mejora relativa en la brecha de precios con el Gran Buenos Aires, aunque las canastas básicas chaqueñas continúan siendo más costosas.
En el caso de la CBA, el valor en el Gran Resistencia fue un 5% más alto que el informado por Indec para el GBA ($531.097 versus $506.008), mientras que la CBT fue un 7,9% superior ($1.217.688 contra $1.128.398). Si bien la diferencia sigue siendo significativa, se redujo respecto al mes anterior, cuando las brechas eran del 6,6% y 8,7% respectivamente.
En definitiva, junio dejó señales de alivio tanto en el plano local como regional. La combinación de desaceleración inflacionaria, deflación en alimentos y estabilización de las canastas básicas configura un escenario que no se veía desde hace años.
Resta observar si esta tendencia logra sostenerse en el segundo semestre, frente a posibles ajustes tarifarios y aumentos estacionales.
Por ahora, las cifras respaldan un cambio de ciclo inflacionario en el NEA, con epicentro en la capital chaqueña.