Tras una intensa y coordinada búsqueda entre fuerzas provinciales, la Policía del Chaco logró dar con el paradero de Joaquín Alfredo Pérez (29), principal sospechoso del femicidio de Érica Almirón Romero (25), la joven hallada sin vida ayer en un departamento de la calle Fortín Alvarado al 91 en Resistencia.
La captura fue posible gracias a la rápida intervención de la División de Investigaciones Complejas, que logró identificar el colectivo en el que viajaba el acusado hacia Posadas (Misiones), utilizando una identidad falsa.
La investigación tomó un giro determinante cuando la madre de Pérez se presentó en una comisaría y entregó una carta manuscrita, en la que su hijo confesaba haberle hecho daño a Érica. También reveló un mensaje en el que el joven admitía: «Maté a Erika, lo siento mamá».
Gracias a esa información, personal de Investigaciones rastreó los movimientos del sospechoso y detectó que había abordado un colectivo en la terminal de Corrientes usando otro nombre. Se presume que su objetivo final era fugarse hacia Paraguay.
Inmediatamente, se coordinó un operativo conjunto entre las policías del Chaco, Corrientes y Misiones. La fuerza chaqueña movilizó una comisión encabezada por altas autoridades: el subjefe de la Policía, Manuel Victoriano Silva; el director de Investigaciones, Rolando Daniel Sosa; y el jefe del Departamento de Investigaciones Complejas, Ricardo Raúl Pelizardi.
Fue en la zona del paraje Sao Borjita, sobre la ruta nacional 12, donde finalmente Pérez fue detenido por la Policía de Corrientes, a requerimiento de las autoridades chaqueñas.
Érica había sido hallada sin vida con una media en la garganta, rastros de lavandina en el cuerpo y la válvula de gas de cocina abierta. Aunque inicialmente el caso fue caratulado como muerte dudosa, las nuevas pruebas y la confesión escrita de Pérez cambiaron el rumbo de la investigación, que ahora se encamina hacia una imputación por femicidio.
La Fiscalía Especial de Género 11, a cargo de María Noel Benítez, continúa recabando pruebas y testimonios.
