La CGT Chaco marchó a San Cayetano y reclamó justicia social: “Sin trabajo no hay futuro”. Una de las misas de la mañana fue precedida por Monseñor Ramón Dus.










Este miércoles 7 de agosto, Día de San Cayetano, la CGT Regional Chaco encabezó una multitudinaria caminata hacia la capilla del santo patrono del pan y del trabajo, ubicada en el barrio San Cayetano de Resistencia. Acompañados por delegados sindicales, trabajadores y vecinos, la jornada combinó fe, compromiso social y reclamos concretos ante el difícil contexto económico.
“Hoy no pedimos milagros: exigimos justicia social”, expresaron desde la central obrera, marcando un fuerte posicionamiento frente al deterioro del empleo y las condiciones laborales en la provincia y el país. La movilización concluyó con la participación en una de las misas que se celebran durante todo el día.







“Sin trabajo no hay futuro, y la dignidad debe ser prioridad”, señalaron representantes de la CGT Chaco, quienes remarcaron la necesidad de que se implementen políticas públicas que garanticen empleo genuino, salarios justos y una red de contención social para las familias trabajadoras.
Además, desde la organización agradecieron la presencia de quienes participaron de la jornada: “San Cayetano nos une. La dignidad nos sostiene”, señalaron a través de sus redes.











Jornada de oración, solidaridad y participación
La Capilla San Cayetano permanecerá abierta hasta las 22, con misas a lo largo del día: a las 00, 8, 10, 15, 17, 18.30 y 20.30. La misa de las 18.30 está especialmente dedicada a niños y niñas, e incluye una procesión encabezada por infancias que llevan banderas, ofrendas y velas.
Desde la comunidad parroquial se solicitó a los fieles que reemplacen las velas y flores por donaciones de alimentos no perecederos, o colaboraciones al alias C.SANCAYETANO, destinadas a ayudar a familias que atraviesan situaciones críticas.
Durante toda la jornada también se ofrecen momentos de bendición personal, especialmente dirigidos a quienes enfrentan dificultades laborales o familiares.







Fotos: Osvaldo Ramírez