Este domingo 7 de septiembre, la provincia de Buenos Aires fue escenario de un hecho sin precedentes: por primera vez, las elecciones legislativas locales se realizaron en una fecha distinta a la nacional. En una jornada marcada por la expectativa, la política dominó la conversación en todos los rincones, pero no fue el único tema capaz de acaparar la atención de los bonaerenses. Mientras los resultados comenzaban a conocerse y el análisis invadía la escena pública, en el estadio de Vélez Sarsfield se vivía otra clase de ritual masivo. Miles de fanáticos de Lali Espósito se reunían para uno de los shows más multitudinarios.
Al conocerse el recuento definitivo, La Libertad Avanza quedó en segundo lugar en las urnas. El dato fue multiplicándose por las redes a la par de las reacciones, especialmente cuando, durante la espera del show de Lali, se vivió un episodio inesperado contra Javier Milei. Miles de fans corearon al unísono un cántico que rápidamente se volvió viral: “¡El que no salta votó a Milei!”. El estadio se llenó de saltos y esa frase marcó la previa de la noche, dejando en claro que el clima electoral también atravesó uno de los shows más esperados de la temporada.
Varios asistentes registraron la escena en video, que enseguida se difundió por redes sociales y, especialmente, en X, sumando miles de reproducciones y comentarios. Así, la voz del público llevó la discusión electoral de la arena política al escenario de la música, confirmando que el fenómeno Lali traspasa géneros y fronteras generacionales.
La tensión entre Espósito y la política tiene sus antecedentes. El 13 de agosto de 2023, tras las elecciones primarias donde La Libertad Avanza se posicionó como la fuerza más votada, la artista compartió desde su cuenta en X: “Qué peligroso. Qué triste”. Su declaración no pasó inadvertida y puso en marcha un cruce de acusaciones que, con la llegada de Milei a la presidencia, solo se intensificó.
Milei, ya desde la Casa Rosada, no dejó pasar la oportunidad para responder a la artista y sumó a sus críticas a hacia otras. Una de ellas fue María Becerra, a quien rebautizó como “María BCRA”, un apodo inspirado en el Banco Central de la República Argentina. Ambos episodios marcaron el inicio de una seguidilla de réplicas y respuestas públicas, alimentando la tensión entre arte y política.