El pasado 12 de septiembre, el domicilio de un Sargento de Policía del departamento Investigaciones Complejas de Resistencia fue blanco de un ataque con disparos. El hecho generó inmediata preocupación en la comunidad y encendió las alarmas en la fuerza de seguridad local.
La vivienda atacada se encuentra en el barrio 160 Viviendas, un sector que, si bien no estaba catalogado como de alta conflictividad, comenzó a ser monitoreado con mayor rigurosidad tras este suceso.
El atentado fue calificado por las autoridades como dirigido específicamente contra el funcionario policial, lo que amplió la investigación hacia posibles vínculos del agresor con el mundo delictivo organizado en la región.
Tras el ataque, los agentes comenzaron a recolectar pruebas en la escena, incluyendo casquillos y huellas que pudieran identificar a los responsables. El primer paso fue revisar las cámaras de seguridad instaladas en la zona, determinando rutas y posibles vehículos implicados.
Simultáneamente, se recabaron testimonios de vecinos y testigos que informaron sobre movimientos sospechosos en las horas previas al hecho. Cada detalle fue registrado y analizado por los investigadores.
La dirección de la división Delitos Contra las Personas asumió la investigación, coordinando esfuerzos con otras áreas de la Policía de Resistencia y con personal especializado en narcocriminalidad.
OPERATIVOS
Y ALLANAMIENTOS
Tras un análisis minucioso de la información recolectada, los agentes planificaron una serie de intervenciones en distintos domicilios vinculados con los sospechosos. La estrategia incluyó la realización de 12 allanamientos simultáneos.
Los operativos se desarrollaron bajo estrictas medidas de seguridad, con la presencia de efectivos armados y personal de apoyo táctico. La planificación buscaba minimizar riesgos y asegurar la eficacia de las detenciones.
Cada domicilio allanado fue previamente evaluado en cuanto a su ocupación y posibles obstáculos para garantizar que los procedimientos se desarrollaran sin incidentes mayores. La logística involucró la coordinación entre distintas dependencias policiales.
Durante los allanamientos, se incautaron armas de fuego y réplicas, evidencias que se consideraban claves para la reconstrucción del ataque al sargento. Entre ellas figuró una escopeta calibre 12/70 y seis cartuchos.
También se secuestraron prendas de vestir que podrían vincular a los sospechosos con la escena del crimen. Estos elementos serán analizados con métodos de criminalística avanzada, incluyendo peritajes de huellas y ADN.
Los operativos incluyeron la incautación de un vehículo, una Toyota Hilux, que la investigación preliminar había identificado como potencialmente involucrado en el atentado.
DETENCIONES
Y MEDIDAS JUDICIALES
Como resultado de los allanamientos, un joven de 20 años fue detenido, considerado uno de los principales investigados por el ataque al sargento. La aprehensión se realizó de manera inmediata y sin resistencia.
Otro joven de 18 años fue aprehendido en relación con el hallazgo de estupefacientes en uno de los domicilios allanados. La policía detalló que se trataba de 156 gramos de cocaína y una pequeña cantidad de marihuana.
Los detenidos fueron trasladados a dependencias judiciales para su correcta imputación, bajo la supervisión de fiscales especializados en delitos contra la propiedad y el narcotráfico.
Las autoridades señalaron que las detenciones forman parte de un proceso más amplio, orientado no solo a esclarecer el atentado, sino también a desarticular redes de comercialización de drogas en la zona.
Se instruyeron causas separadas para el ataque al sargento y para la tenencia y distribución de estupefacientes, garantizando que cada investigación cuente con el rigor legal correspondiente.
El proceso judicial continúa con la toma de declaraciones y la recopilación de pruebas complementarias, incluyendo la verificación de antecedentes de los detenidos y posibles conexiones con otros hechos delictivos.
Vinculos delictivos
La investigación preliminar arrojó que los presuntos autores del ataque serían familiares de un ciudadano con un extenso prontuario delictivo. Este individuo cumple actualmente condena por diversas causas de narcomenudeo en el Servicio Penitenciario.
El vínculo familiar con antecedentes penales se constituye como un elemento clave para la investigación, ya que permite trazar patrones de conducta y posibles motivaciones del atentado.
Las autoridades indicaron que este antecedente no solo explica la posible motivación del ataque, sino que también orienta sobre la estructura delictiva que podría operar en la región.
Se espera que la información recopilada contribuya a la prevención de hechos similares, fortaleciendo la protección de funcionarios policiales y la seguridad comunitaria.
El seguimiento de estos vínculos delictivos también implica coordinación con otras jurisdicciones para determinar posibles conexiones con el tráfico de estupefacientes a mayor escala.