Las fuerzas de seguridad realizaron un conjunto de operativos simultáneos que derivaron en la desarticulación de varios puntos de venta de estupefacientes en distintos barrios de la ciudad capital. Las investigaciones, coordinadas por la Fiscalía Antidrogas y ejecutadas por personal especializado en microtráfico y consumo problemático, incluyeron vigilancias prolongadas y patrullajes estratégicos. Los procedimientos culminaron con la detención de varias personas, secuestro de drogas, armas de fuego y dinero en efectivo, consolidando un avance significativo en la lucha contra el narcomenudeo.
Los operativos fueron resultado de meses de tareas investigativas que permitieron identificar domicilios dedicados a la distribución de sustancias ilícitas. En algunos casos, la actividad delictiva se concentraba en la venta al menudeo, mientras que el acopio de la droga y la recaudación económica se realizaba en fincas contiguas o alejadas, evidenciando una logística organizada. La intervención judicial fue clave para garantizar la legalidad de los procedimientos y la preservación de la evidencia recolectada.
La coordinación entre la policía, fiscales y jueces permitió que las acciones fueran simultáneas en varios puntos de la ciudad, aumentando la eficacia de los allanamientos y reduciendo la posibilidad de fuga de los implicados.
La Fiscalía Antidrogas, a través de la presentación de pruebas sólidas, solicitó las órdenes de allanamiento ante el Juzgado de Garantías correspondiente. La autoridad judicial evaluó la documentación y autorizó las diligencias bajo la figura de “Supuesta Infracción a la Ley Nº 23737 de Estupefacientes”, garantizando el respeto a los procedimientos legales y la protección de los derechos de los detenidos.
BUNKER Y CASA DE LOGÍSTICA EN SANTA CLARA Y CATALINA
Las investigaciones en los barrios Santa Clara y Santa Catalina identificaron un esquema de distribución de drogas donde la venta al menudeo se realizaba en una vivienda, mientras que la acumulación de drogas y dinero se concentraba en otra. El seguimiento detallado permitió establecer conexiones entre ambos domicilios y detectar movimientos sospechosos de los implicados, quienes fueron objeto de vigilancia continua por parte de la División Microtráfico Metropolitana.
El allanamiento en la casa del barrio Santa Catalina derivó en la detención de la propietaria, una mujer de 31 años, y el secuestro de 278 bochitas de cocaína con un peso total de 100 gramos. Además, se incautaron un teléfono celular, dinero en efectivo y un televisor LED en carácter de secuestro preventivo, como parte de la evidencia que vincula a la detenida con la comercialización de estupefacientes.
En el domicilio de Santa Clara, considerado el punto de acopio principal, las fuerzas policiales incautaron bolsas de polietileno recortadas, similares a las encontradas en la otra vivienda, así como armas de fuego, incluyendo un revolver calibre 38, cartuchos del mismo calibre, un arma tipo “tumbera” y un cartucho calibre 16. El propietario, un hombre de 32 años, fue detenido y notificado de la causa.
La intervención simultánea en ambos domicilios permitió evitar que los sospechosos pudieran destruir evidencia o dispersar las drogas, garantizando la integridad del material secuestrado. La operación se llevó a cabo bajo la supervisión de la Fiscalía Antidrogas Nº 2 y con la autorización del Juzgado de Garantías, asegurando la legalidad del procedimiento.
DOS BUNKERS DE DROGAS EN HIPÓLITO IRIGOYEN
En Sáenz Peña, las fuerzas antinarcóticas detectaron dos viviendas que funcionaban como kioscos narcos en el barrio Hipólito Irigoyen. Los operativos se realizaron tras tareas de patrullaje, vigilancia y análisis de información recabada en las calles, que permitieron establecer la ubicación de los puntos de venta a baja escala. La acción policial se coordinó con la fiscalía antidrogas en turno, asegurando el cumplimiento de los procedimientos legales.
El primer allanamiento en la calle 12 permitió incautar 60 envoltorios de cocaína con un peso total de 10 gramos y 53 envoltorios de marihuana con un peso de 38 gramos. Además, se encontraron elementos utilizados en la comercialización de drogas, como picadores, trinchetas y cuchillos con restos de sustancia, junto a la suma de 18.300 pesos en efectivo, evidencia directa de la actividad ilícita.
En la segunda vivienda, ubicada a pocos metros de la primera, se secuestró un trozo de 7 gramos de cocaína y un envoltorio de marihuana de ínfima cantidad, junto con removedores de cutícula con restos de sustancia, recortes de polietileno, dos teléfonos celulares y 355.250 pesos en efectivo. Todo el material fue puesto a disposición de la fiscalía antidrogas para su análisis y valoración como evidencia.
Los detenidos, dos hombres de 33 y 42 años, fueron notificados de su aprehensión por “Supuesta Infracción a la Ley de Estupefacientes” en función de la Ley Provincial Nº 2304 de Narcomenudeo. La acción demuestra la eficacia de los operativos coordinados para desarticular puntos de venta de drogas en barrios residenciales.
La proximidad entre ambos domicilios indica la existencia de una red local organizada, donde se centralizan las operaciones para optimizar la venta y el control de las sustancias.
Estupefacientes entre alimentos
En la ciudad de Resistencia, los efectivos de la Comisaría Segunda detectaron estupefacientes escondidos entre alimentos y ropa destinados a los alojados en un sector de celdas.
La revisión rutinaria de los elementos permitió descubrir la presencia de cocaína y marihuana, evitando que ingresaran al recinto penitenciario y pusieran en riesgo la seguridad de los internos.
Dos jóvenes de 21 y 25 años fueron demorados durante la revisión de los elementos que entregaban. La sorpresa se produjo cuando se comprobó que habían ocultado estupefacientes entre prendas y alimentos.
La División Microtráfico procedió al análisis de las sustancias, confirmando la presencia de siete envoltorios de cocaína con un peso total de 9 gramos y un envoltorio de marihuana de 66 gramos.
Los jóvenes fueron notificados de su aprehensión en la causa de “Supuesta Infracción a la Ley de Estupefacientes” en función de la Ley Provincial de Narcomenudeo, quedando a disposición de la Fiscalía Antidrogas en turno. La acción demuestra la importancia de los controles sistemáticos en instituciones y espacios de riesgo para evitar la circulación de drogas.
La operación en Resistencia evidencia que la revisión minuciosa de elementos ingresados a recintos penitenciarios es clave para detectar intentos de contrabando de estupefacientes y mantener la seguridad interna.
La coordinación entre comisarías y divisiones especializadas es esencial para garantizar resultados efectivos.
Este procedimiento complementa los operativos realizados en barrios residenciales, mostrando que la lucha contra el narcotráfico requiere acciones en múltiples frentes, desde la prevención en calles hasta el control en espacios institucionales.
La intervención permitió asegurar la evidencia, identificar a los responsables y reforzar la vigilancia en la zona, contribuyendo a la disuasión de futuros intentos de ingreso de sustancias prohibidas.