La política argentina vivió una de sus semanas más extravagantes. Entre disfraces, carteles, cánticos y hasta denuncias insólitas, los pasillos del Congreso y la escena pública se llenaron de episodios que rozaron lo insólito.
El chaqueño Aldo Leiva, diputado de Unión por la Patria, fue protagonista de varios momentos. En plena sesión por los vetos presidenciales, se presentó con una peluca para incomodar al presidente de la Cámara, Martín Menem, que incluso le cortó el micrófono en medio de su exposición.
Como si fuera poco, días después denunció que un dron lo sobrevolaba en su casa de General San Martín. Sin embargo, la Policía esclareció rápidamente el episodio: se trataba de un vecino que jugaba junto a sus hijos y no de un caso de espionaje político, como había insinuado el legislador.

La teatralidad no se detuvo allí. En la misma sesión apareció un cartel con las fotos del expresidente Mauricio Macri, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo y el propio presidente Javier Milei, acompañados de la leyenda: “Lo ‘peor’ sigue pasando”. El autor fue el diputado santafesino Esteban Paulón, de Encuentro Federal, quien buscó ironizar con el eslogan de campaña oficialista.


Del lado chaqueño, el gobernador Leandro Zdero también apeló al show: se puso un mameluco con el logo de YPF, imitando al propio Milei, para anunciar la reanudación del abastecimiento de combustibles en el NEA con la llegada de barcazas al puerto de Barranqueras.

Mientras tanto, en el recinto se escuchó un cántico que recordó uno de los datos más polémicos de las elecciones: el famoso 3% de Karina Milei. Los diputados kirchneristas Pablo Todero, Andrea Freites y Carolina Yutrovic entonaron: “Karina es alta coimera”, en referencia a la hermana del Presidente y actual secretaria general de la Presidencia.
Entre pelucas, mamelucos, carteles, drones y cantitos, la política argentina volvió a mostrar que, a veces, los gestos simbólicos y el espectáculo logran eclipsar los debates de fondo.