A lo largo de tres días de intercambio académico, el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI) fue escenario del 54*Encuentro de Geohistoria Regional, donde investigadores en las áreas de la Historia, Geografía, Arqueología, la Etnobiología y otras ciencias afines presentaron sus trabajos.
Una de esas presentaciones estuvo a cargo de la doctora Claudia Verónica Gómez y en la oportunidad analizó la “Delimitación y caracterización morfométrica de las cuencas hidrográficas de la provincia del Chaco”.
El trabajo de Gómez, especialista en Restauración Hidrogeomorfológica y docente de la Cátedra Hidrografía Marina y Continental de las carreras del Profesorado y Licenciatura en Geografía (Facultad de Humanidades UNNE), cubre un vacío de décadas en el conocimiento preciso de los recursos hídricos provinciales. «Desde el ámbito académico observamos una carencia de datos cuantitativos precisos que permitan caracterizar adecuadamente cada una de las cuencas», explicó la investigadora.
La historia de la cartografía hídrica chaqueña está sujeta a los avances tecnológicos y metodológicos de las últimas seis décadas. En 1965 Italconsult Argentina definió 17 sistemas hidrográficos que marcaron el primer intento sistemático de organizar el conocimiento sobre las aguas provinciales. Cuatro décadas después, en 2007, el equipo del doctor Raúl Manoiloff actualizó esta propuesta reduciendo las unidades a 15 cuencas, utilizando las cartas del Instituto Geográfico Militar.
El trabajo de la doctora Claudia Verónica Gómez cubre un vacío de décadas en el conocimiento preciso de los recursos hídricos provinciales.
Fue la Administración Provincial del Agua del Chaco quien estableció el marco oficial vigente hasta la actualidad. Su modelo, aprobado por Resolución 711/06, identificó 13 cuencas hidrográficas que se convirtieron en la base cartográfica para estudios científicos y decisiones gubernamentales. Pero la tecnología siguió avanzando, y con ella, la posibilidad de obtener resultados más precisos.
El trabajo presentado por la doctora Gómez es un salto cualitativo en la metodología empleada. Utilizando los Modelos Digitales de Elevación (MDE-AR v2.1) procesados con la extensión ArcHydro del software ArcGIS, la investigadora logró precisión en la delimitación de las cuencas. El proceso, que incluyó la definición de densidad y dirección del flujo, fue posteriormente validado con imágenes satelitales Landsat 8, garantizando la confiabilidad de los resultados.
En el estudio de modelos digitales, la “densidad de flujo” se refiere a la cantidad de agua (o cualquier fluido) que fluye por unidad de ancho de cauce o de área, indicando la concentración del caudal, mientras que la “dirección del flujo” describe la trayectoria que sigue el agua en cada punto del terreno, determinando la pendiente y el rumbo.
«El uso de estas herramientas nos permitió no solo redefinir los límites, sino también caracterizar el funcionamiento de cada cuenca mediante parámetros morfométricos específicos», destaca Gómez en su trabajo.
Mapa de la Cuenca de los Ríos Negro- Salado tras ser validado por imágenes satelitales. (Autora: doctora Claudia Verónica Gómez)
Los resultados fueron los siguientes: de las 13 cuencas oficialmente reconocidas, el estudio identificó 10 cuencas con elementos principales bien definidos, además de 3 áreas donde se observa la ausencia de una red hidrográfica jerarquizada.
