El encuentro contó con la participación de especialistas, representantes del sector privado y organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la Fundación Chaco Cultiva.
Uno de los principales expositores fue el abogado Tobías Brogini, cofundador de la fundación, quien remarcó la necesidad de agilizar los trámites en el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) y en la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame).
«En la actualidad, tenemos más de 700 trámites pendientes en Reprocann sin respuestas ni explicaciones. Lo mismo ocurre con Ariccame, que solo emitió dos resoluciones en los últimos dos años.
La normativa es muy buena, pero en la práctica los organismos no están funcionando», advirtió Brogini en declaraciones a Radio Natagalá.
Condiciones para el desarrollo local
El abogado sostuvo que la provincia cuenta con condiciones favorables para el desarrollo de la industria. «El Chaco tiene un clima y un suelo similares al Paraguay, históricamente vinculado a la producción de cannabis. Es un terreno óptimo para atraer inversiones y generar empleo.
Además, el cultivo tiene beneficios adicionales: contribuye a la bioremediación del suelo y permite generar créditos de carbono en el mercado internacional», señaló.
En esa línea, destacó que el cáñamo industrial «no contiene THC, por lo que no tiene efectos psicoactivos» y que limitar su desarrollo «es patear en contra de una oportunidad productiva».
Una agenda legislativa en marcha
Brogini explicó que actualmente existen siete proyectos de ley vinculados al cannabis en la Legislatura chaqueña. Algunos apuntan a crear un registro provincial de pacientes y otros a regular la producción y la industrialización.
«En materia legislativa, el Chaco tiene una tradición de vanguardia. Ya contamos con una ley de 2018 que adhirió a la norma nacional de cannabis medicinal, pero necesitamos avanzar con regulaciones propias.
Provincias como Salta, Chubut y Jujuy ya lo hicieron en uso de sus facultades, generando marcos legales para la industria y el acceso de pacientes», expresó.
La Comisión de Salud planea dar un nuevo paso la próxima semana, con un panel de preguntas y la posibilidad de emitir un despacho positivo para que los proyectos lleguen al recinto.
El rol del sector privado
En la reunión también se expusieron experiencias de empresas privadas, como Canafi, una firma radicada en Chaco que logró autorizaciones para importar y exportar cannabis.
«Canafi está produciendo a niveles de elite mundial. Pero mientras tanto, cientos de licencias esperan aprobación en Ariccame y miles de pacientes siguen sin acceso al cannabis medicinal. No podemos quedarnos con solo cinco licencias otorgadas y dejar afuera a quienes invirtieron tiempo y recursos», remarcó Brogini.
Un debate con impacto social y económico
El cofundador de Chaco Cultiva enfatizó que, además de atender las necesidades médicas de los pacientes, la industria del cannabis puede transformarse en un motor económico.
«Si la provincia regula, no solo damos respuesta a quienes necesitan el cannabis como tratamiento, también abrimos la puerta a inversiones, generación de empleo, recaudación de impuestos y desarrollo productivo.
Es una oportunidad que no podemos desaprovechar», concluyó.