El Secretario de Coordinación de Gabinete, Livio Gutiérrez, y la ministra de Educación, Sofía Naidenoff, presentaron este jueves un proyecto de ley en la Legislatura provincial que propone regular el uso de teléfonos móviles en las escuelas, acompañado de una campaña de sensibilización para familias, docentes y alumnos.
La iniciativa apunta a restringir con mayor fuerza los dispositivos en los niveles iniciales y primarios, y dejar en manos del docente la posibilidad de autorizar su uso con fines pedagógicos en niveles superiores.
“El proyecto trata sobre una campaña de concientización», explicó Gutiérrez durante la conferencia y plantea que «el primer ciclo (primero, segundo y tercer grado) estará fuertemente restringido; en el resto de los cursos será discrecional del docente cuando su utilización responda a un objetivo didáctico”. La ministra Naidenoff añadió que la norma prevé además un trabajo sostenido con las familias para que la medida sea acompañada desde los hogares.
Según los funcionarios, la propuesta surge tras consultas realizadas a lo largo del año y del análisis de experiencias internacionales y nacionales. Gutiérrez dijo que se estudió legislación comparada —mencionó países como Finlandia, Francia, Italia y Brasil— y que el Ejecutivo optó por presentar un proyecto de ley para someter la discusión al ámbito parlamentario, en lugar de imponer una medida por decreto.

En paralelo, Naidenoff remarcó que la primera etapa será una campaña de sensibilización para que la comunidad educativa defina cómo incorporar la norma en los proyectos educativos de cada escuela.
Gutiérrez también señaló que existen antecedentes en otras jurisdicciones: mencionó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a provincias como Mendoza, donde ya se discutieron o sancionaron marcos regulatorios sobre el uso de celulares en las aulas. “No queremos imponer desde el Ejecutivo; el mejor debate público es el que se da en la Legislatura”, afirmó, y agregó que el proyecto busca ampliar la discusión a nivel provincial.
En lo pedagógico, Naidenoff subrayó la importancia de que la familia acompañe las normas escolares: “Si vemos papá todo el día con el celular… es muy difícil que el chico agarre un libro”, sostuvo, y defendió la propuesta como un trabajo conjunto entre escuela y hogar que no pretende criminalizar la tecnología sino limitarlas en determinados niveles para favorecer la interacción y el desarrollo del lenguaje y la comprensión.