El municipio de Sáenz Peña declaró patrimonio histórico, cultural y arquitectónico al edificio del ex cine Victoria, consolidando su importancia dentro del acervo cultural de la ciudad.
El acto oficial se llevó adelante en la tarde del martes, encabezado por el intendente Bruno Cipolini, y significó un reconocimiento formal a la relevancia histórica y social de este emblemático espacio.
La ceremonia contó con la presencia de figuras destacadas del ámbito político y cultural, entre ellos el diputado nacional Gerardo Cipolini, la presidenta del Concejo Deliberante Nora Gauna, así como representantes de asociaciones locales y descendientes de la familia Bubenik, fundadora del cine.
Durante la jornada, se realizó el descubrimiento de una placa oficial que consagra al edificio como patrimonio histórico, cultural y arquitectónico de la ciudad.
El ex cine Victoria, inaugurado como un proyecto familiar, se consolidó como un espacio multifuncional que trascendió la proyección cinematográfica.
Los hermanos Bubenik, responsables del emprendimiento, lograron transformar el lugar en un punto de encuentro donde convergían distintas expresiones culturales y sociales, fortaleciendo la vida comunitaria.
UN ESPACIO MULTIFUNCIONAL
El edificio no solo funcionaba como cine, sino que también albergaba un comedor, heladería y chopería, generando un ambiente integral de ocio y recreación. La combinación de gastronomía y entretenimiento convirtió al Victoria en un sitio de referencia para los vecinos, que encontraban allí una experiencia completa y familiar.
El helado artesanal elaborado en el lugar se destacó como uno de los principales atractivos, complementando la oferta cultural y social del establecimiento.
Los visitantes disfrutaban de las mesas ubicadas en la vereda, permitiendo que la experiencia fuera tanto culinaria como comunitaria, reforzando la interacción social en un espacio abierto y acogedor.
La dinámica del cine al aire libre marcó un hito en la historia del Victoria. Cada tarde, a partir de las 19, se instalaban mesas, pantallas y dos grandes parlantes a cada lado del patio, mientras la galería circundante ofrecía protección en caso de lluvia, asegurando que las funciones se desarrollaran sin interrupciones y en un ambiente propicio para la convivencia.
Este esquema de proyección al aire libre no solo brindaba entretenimiento, sino que también promovía una experiencia compartida entre vecinos, generando un sentido de comunidad y pertenencia.
El cine también ofrecía hospedaje, funcionando casi como un pequeño hostel que permitía a los visitantes prolongar su estadía y participar de la vida cotidiana del establecimiento.
La memoria del excine
Un elemento destacado de la historia del Victoria fue la llegada de las cintas de películas desde Buenos Aires en tren. Esta logística, que en ocasiones generaba cambios inesperados en la programación, formó parte de los relatos familiares y de la memoria colectiva de quienes frecuentaban el cine, mostrando las dificultades y particularidades de la época.
Las sorpresas que surgían debido a la sustitución de películas ofrecían una experiencia adicional a los espectadores, quienes aprendieron a adaptarse y disfrutar de lo inesperado.
A través de los años, el ex cine Victoria se consolidó como un punto de encuentro social, un lugar donde las personas podían interactuar, compartir experiencias y construir recuerdos. La dimensión afectiva y comunitaria del espacio es un aspecto central de su legado, que hoy se busca preservar mediante la declaración patrimonial.
La influencia del Victoria trasciende la nostalgia, ya que su existencia marcó la forma en que la comunidad percibe y valora los espacios culturales, demostrando que un cine puede ser mucho más que entretenimiento: puede ser un eje de cohesión social y cultural.
ARTICULACIÓN FAMILIAR Y COMUNITARIA
El protagonismo de la familia Bubenik en la creación y gestión del Victoria evidencia cómo los proyectos culturales familiares pueden generar impactos duraderos en la comunidad.
Su dedicación y visión permitieron consolidar un espacio que integraba gastronomía, ocio y cultura de manera armoniosa.
El rol de las asociaciones y entidades presentes en el acto, como la Confederación Argentina de Colectividades y la Asociación Mutual de Empleados Judiciales del Chaco, refleja el valor que la comunidad y los actores institucionales otorgan al patrimonio cultural.
La declaración patrimonial también representa un compromiso con la educación y la transmisión de valores culturales.
Mantener vivo el legado del Victoria permite que las nuevas generaciones comprendan la importancia de los espacios de encuentro y la función social del arte y la recreación.
FUTURO Y LEGADO CULTURAL
El edificio del ex cine Victoria se consolida así como un símbolo de la historia cultural de la ciudad, demostrando la relevancia de conservar espacios que combinan arte, gastronomía y vida comunitaria. La declaración patrimonial garantiza su preservación y visibiliza su rol en la memoria colectiva.