Fiel a su trayectoria, Coqui jugó, y jugó fuerte, «en un final de bandera verde». Estuvo a punto de dar vuelta una elección en la que se enfrentó a las estructuras del gobierno nacional, provincial y al gobierno de los EEUU. Ganó en 17 de los 25 departamentos y en 50 de los 70 municipios, quedando de manifiesto que la elección de 2027 será un Boca-River, con un escenario fuertemente polarizado.
Así se desarrolló el diálogo en «La otra campana» por L.T. 7 y L.T. 25 con Gustavo Ojeda.
-El domingo pasado casi todo el país se tiñó de violeta del Presidente de la República, quien impulsó esa consigna y afirmaba que todo el país se iba a vestir de violeta. Sin embargo, en el Chaco no fue así. El Chaco se pintó de azul en casi toda la provincia. Coqui Capitanich perdió sí, pero por unos pocos votos.
-¿Qué tal, Gustavo? ¿Cómo te va? Un gran gusto saludarte, y para mí es un gran gusto poder estar nuevamente en tu programa.
-Muchos acá ya dicen que yo soy chaqueño. Yo soy de Corrientes. Veo que el azul ha florecido a lo largo y ancho de su provincia.
-Efectivamente, nosotros hemos pintado de celeste y azul el mapa político por una razón muy sencilla: porque 17 de los 25 departamentos han sido claramente triunfos de nuestra parte y más de 50 municipios sobre 70. Eso quiere decir que mantuvimos una hegemonía de base territorial que nos catapulta a una perspectiva cierta para 2027, en virtud de que la moneda está en el aire.
Claramente venimos de dos elecciones, el 11 de mayo y la actual. Cuando uno mira 42 años de democracia, y sobre todo después de la reforma constitucional de 1994 en el Chaco, queda claro que un gobernador que no puede tener un plebiscito en su gestión que supere el 50%, es un gobernador que no es reelegido.
Esto ya nos pasó a todos los que tuvimos esa experiencia, incluso a mí, con casi el 44,5% de los votos en 2021. Lo que queda claro es que la agenda donde la disputa territorial será significativa servirá como plataforma para volver a ganar la provincia y, naturalmente, también proyectarnos en el orden nacional para tratar de recuperar el gobierno nacional.
Ahora bien, creo que es interesante plantear varias cuestiones en esta elección. Primero, hubo un cambio en el sistema de votación. Ese sistema, en general, permitió mejorar la logística.
Hubo un mecanismo de asimilación por parte de la ciudadanía, que está acostumbrada a distintos métodos, y la verdad es que lo asimiló muy bien. Quizás uno de los problemas que hemos registrado es la variación del voto en blanco, porque la gente votaba senadores y, a veces, no marcaba la cruz correspondiente en la diputación nacional. Pero esto creo que se va a perfeccionar en la próxima elección, y ya tenemos un sistema muy interesante que puede ser un factor muy dinámico desde la vista electoral.
La otra cuestión es que tuvimos un escenario en donde efectivamente era Trump, Milei, Zdero. O sea, es el aparato internacional, nacional y provincial tratando de cuidar los votos o propender a maximizar los votos de su entorno.
Nosotros hemos tenido 288.509 votos contra 291.956 de La Libertad Avanza. Ahora, cuando miramos ese esquema, la diferencia fue de 3.447 votos, y cuando observamos objetivamente, si hubiésemos podido canalizar todos los votos dispersos -que fueron 29.340 y tienden a tener cierta afinidad con nosotros-, efectivamente hubiésemos obtenido 321.975 contra 303.917 de la alianza. Sumando toda la dispersión del voto de la alianza, eso implicaba, en una maximización de diferencias, 1.858 votos; en una minimización de diferencias, 13.932.
-¿Qué quiere decir con eso?
-Que la política chaqueña tiene un alto nivel de polarización. La dispersión de nuestro espacio es lo que les permitió tener dos senadores a ellos.
Claramente sabíamos que la disputa de la diputación nacional iba a ser competitiva y equivalente, y que por un voto se ganaba o se perdía la senaduría. De manera tal que hoy estamos en la unificación total y en la ampliación de la participación de todos los actores y sectores dentro del justicialismo para ratificar esa perspectiva hacia adelante.
Segundo, logramos tener 16 legisladores provinciales de 32, es decir, la mitad. En las últimas tres elecciones hubo ocho diputados de cada lado renovándose, por lo tanto es una elección competitiva y pareja.
Tercero, efectivamente resignamos un senador, pero tenemos una participación proporcionalmente muy significativa. De manera tal que esto nos genera hacia adelante las condiciones para seguir peleando.
«Debemos tener una agenda ofensiva»
-En ese marco, ¿qué se hará en el Congreso ahora?
-Primero, mi visión es que a nivel nacional tenemos que ampliar nuestra base de sustentación. El 40% de La Libertad Avanza tiene que ver con el ejercicio de una fuerza centrípeta, de atracción a ese electorado que ya fue el 40% con Menem y López Murphy el 27 de abril de 2003, y se mantiene más o menos igual con Macri, cerca del 40%.
En general, también es cierto lo que fue Ángelos en 1989, con hiperinflación. En definitiva, es un enclave de voto significativo que forma parte de los dos polos de atracción de la política argentina: uno liderado por el peronismo, el pamperonismo, y el otro liderado por el no peronismo.
Lo cierto es que tenemos un problema a nivel del peronismo: debemos volver a amigarnos con el voto territorial. ¿Cuál es el problema que tenemos? Carecemos de apoyo significativo en el centro del país. Y si en el centro del país no hay proyecto nacional, no hay posibilidad de consolidación.
En ese sentido, debemos construir una arquitectura política. ¿Cuál es la arquitectura política del peronismo? Debemos tener una Argentina federal, productiva y con justicia social. Muy bien. ¿Qué significa eso? Significa, primero, entender e interpretar qué les pasa a los mendocinos con nosotros, qué les pasa a los cordobeses, a los santafesinos, a los entrerrianos, a los capitalinos y a los bonaerenses del interior. Porque definitivamente también nos está pasando algo similar en ciertas provincias donde perdemos votos: Jujuy, Salta y también Misiones.
Hemos tenido una pérdida de representación en legisladores nacionales en esta elección, y obviamente en Corrientes. Afortunadamente, tuvimos la posibilidad de que Runo pueda ser diputado nacional en un esquema de mayor fragmentación y de tercios, pero objetivamente necesitamos generar un desafío. No es posible pensar que solamente dos provincias -creo que ahí estamos peleando con Catamarca-, salvo Formosa, Tucumán y el caso de Catamarca, que fue una elección más competitiva, sean las que más votos saquen. Chaco fue una de las que más obtuvo en términos proporcionales, con el 45,18% de los votos.
Entonces, ¿qué significa eso? Primero, que estamos perdiendo respaldo proporcional de la ciudadanía. Segundo, que necesitamos amigarnos con el campo, integrar las cadenas de valor del campo con la industria. Necesitamos amigarnos con la concepción de un país federal, no unitario, pero incluyendo a los porteños. Necesitamos amigarnos con el resto del mundo, porque debemos tener una inserción geopolítica clara y definitiva. Ese será mi trabajo en el Congreso.
Ya tengo 100 proyectos con iniciativa legislativa y 100 más en proceso de elaboración. Estoy trabajando en distintos aspectos en el Senado y también dialogando con todos los sectores y actores, porque me interesa que tengamos una agenda ofensiva.
No debemos esperar que vengan con el presupuesto 2026; si bien corresponde, por el artículo 75 – inciso 8 de la Constitución, la presentación que debe hacer el Poder Ejecutivo, nosotros debemos discutir un presupuesto alternativo y revisar cada uno de los artículos. Segundo, tenemos que presentar un proyecto propio de presupuesto. Queremos impulsar una reforma de la Ley de Administración Financiera 24156, una ley de contabilidad patrimonial del sector público y una modificación de la Ley 26632 de Sostenibilidad de la Deuda.
Queremos discutir todos los aspectos, pero también la reforma laboral, la reforma previsional y la reforma tributaria, porque entendemos que forman parte del debate.
En consecuencia, el pueblo argentino no solo debe ver en nosotros un espacio capaz de defender sus derechos, su representatividad y su voto, sino también una alternativa. Frente a una crisis económica, financiera o fiscal que pueda encarnar este gobierno, naturalmente las opciones alternativas somos nosotros. Así funciona la democracia.
Inclusive digo lo siguiente: ¿qué va a pasar con el gobierno? Ahora ya tuvieron los primeros entreveros en la pelea con Macri respecto a la conformación del gabinete. Pero la segunda pelea será en los próximos dos meses, es decir, noviembre y diciembre, cuando tengan que ajustar $10 billones -con B-, lo cual es un ajuste cruel.
¿Cómo van a pagar efectivamente algunas provincias su aguinaldo y si va a haber algún esquema de financiamiento adicional o si va a haber una astringencia monetaria tan severa como la que venía planteando, o si efectivamente el modelo de asistencia por parte de Estados Unidos? ¿Cómo se manifiesta? Entonces, yo creo que hay muchas cosas, por eso yo creo que es muy interesante lo que nosotros vamos a este contemplar dentro del esquema.
Yo tengo desde la moneda digital de curso legal obligatorio hasta el régimen multimonetario como expresión para discutir en términos de política monetaria, financiera, fiscal.
Vamos a discutir todos nosotros porque nosotros tenemos equipos y tenemos la inteligencia para debatir un proyecto alternativo del país, porque este proyecto verdaderamente excluye a muchas nuestras economías regionales y principalmente al norte grande argentino. Entonces, yo quiero plantear esa discusión con mucha fuerza y con mucha energía.
El rol del justicialismo
-Y el rol del justicialismo es fundamental, porque tiene que ser una oposición constructiva. Usted lo ha dicho y Rodolfo Martínez Llano comparte ese criterio: el justicialismo no puede seguir siendo una confederación de caciquejos territoriales.
-Nosotros tenemos que discutir la política exterior de la República Argentina. Primero, nosotros tenemos una tradición pacifista; este gobierno no. Segundo, tenemos una perspectiva de política internacional de integración con todos los países y pueblos del mundo.
En consecuencia, eso implica una combinación de valores y también de intereses. Este gobierno ha pactado solamente con Estados Unidos e Israel, de 193 países. Hace seguidismo en su política exterior, y a mí me parece que es muy importante tener relaciones con todos de una manera equitativa, ecuánime, defendiendo el interés nacional con una política exterior verdaderamente soberana y autónoma.
Tercero, vamos a discutir -porque voy a estar en la Comisión de Relaciones Exteriores- y quiero estar claramente en la Comisión de Economía para analizar todos los aspectos de política monetaria y financiera. Yo quiero saber qué pasó con la operación de swaps con Estados Unidos; que nos digan y nos expliquen cuál es el esquema, porque también planteo: ¿por qué no diseñamos un bono cupón cero de largo plazo que efectivamente licúe parte de la deuda en dólares de la República Argentina y nos permita salir definitivamente de una trampa de endeudamiento que ellos mismos nos imponen? Bueno, hay una discusión clara que hay que dar.
Segundo, ¿por qué las operaciones de Repo de $3 mil millones nadie sabe cómo se hacen ni se hacen públicas? ¿Por qué no sabemos el tema de la operación de garantías con el oro de la reserva del Banco Central, cuando el oro está aumentando considerablemente y va a seguir aumentando?
Entonces, la verdad es que puede prestarse a una operación fraudulenta que tiene que ver con la administración del patrimonio de todos los argentinos.
Por un lado, te dicen: «No hay plata para la emergencia por discapacidad, no hay plata para el Garrahan, no hay plata para las universidades», y se patinan USD1.800 millones para las cerealeras sin ponerle un centavo al productor. O eventualmente te reducen el tributo a bienes personales no incorporados al proceso económico, o te aumentan los gastos tributarios para determinado tipo de empresas, y a los más pobres les sacan la plata y la comida de la boca.
Normalizar
-Esa es la agenda y el trabajo político de Coqui Capitanich puertas adentro del PJ. ¿Hay que reorganizar a nivel nacional?
-Sí. A ver, yo creo que en primer lugar lo que hay que buscar es la normalización en el funcionamiento de todas las estructuras partidarias de la República Argentina. Es decir, los 24 distritos tienen que funcionar.
En segundo lugar, ¿qué quiere decir eso? Que se tienen que convocar elecciones internas, de manera tal que exista una normalización sobre la base del voto ciudadano y popular.
La segunda cuestión es que creo que, en la agenda que debemos desarrollar en el ámbito del Partido Justicialista a nivel nacional, hay que tener una conjugación de diseño no solo en la agenda legislativa -tanto en la Cámara de Senadores como en la Cámara de Diputados de la Nación-, sino también acompañar a nuestros gobernadores, a nuestros intendentes y lograr ensamblar lo que es el foro de intendentes con el foro de gobernadores, el foro legislativo y las demandas ciudadanas.
Creo que ese es el gran debate que debemos encarar. Si me preguntás cómo resolvemos este problema de acá a 2027, te diría que el primer desafío que tenemos es lograr tres cosas clave. Primero, un plan de gobierno -no más allá de marzo-, pero un plan de gobierno en serio, con una agenda legislativa y unificación de mensaje. ¿Por qué es tan importante un plan de gobierno? Porque hay que construir sentido en las redes sociales, que hoy definen claramente las tendencias comunicacionales de la ciudadanía.
Segundo, es absolutamente necesario utilizar todo lo que es «big data» como herramienta de acción directa en términos políticos. Y tercero, eso se debe dar en el marco de la consolidación de la organización política.
Entonces: primer desafío, tener un buen plan; segundo desafío, que ese buen plan interactúe con líderes locales, regionales y con equipos profesionales y técnicos bien calificados que efectivamente puedan discutir y transmitir la idea; y en tercer lugar, definir un método.
Creo que hay que definir un método a través de primarias abiertas, obligatorias y simultáneas para establecer quiénes deben o pueden liderar las candidaturas presidenciales para 2027.
Nosotros somos el partido movimiento de la primera vuelta. Es decir, para nosotros la condición necesaria es la unidad, y la condición suficiente es contar con plan, equipos y liderazgo legitimado.
Me parece absolutamente esencial lo siguiente: primero, no podemos permitirnos esta cuestión de que los cordobeses no jueguen adentro.
Hay que hacer un gran esfuerzo y lograr que las primarias sean amplias, sin restricciones, que participen Córdoba, Mendoza, Santa Fe y todos los dirigentes de peso nacional y regional, de modo que nos den una clara expresión desde el punto de vista geográfico, territorial, político y sociológico.
Ese sería, para nosotros, un gran desafío: una primaria tan movilizadora como sea posible, a través de la discusión de ideas y proyectos, y no de discusiones endogámicas sobre quién tuvo la culpa de la última derrota o quién tendrá la culpa de la próxima victoria.
Concretamente, creo que ese es nuestro gran desafío. Si hacemos eso, nos va a ir muy bien; si no lo hacemos, claramente tenemos mucho riesgo.
Coqui dixit
«Este gobierno ha pactado solamente con Estados Unidos e Israel, de 193 países. Es muy importante tener relaciones con todos de una manera equitati va, ecuánime, defendiendo el interés nacional con una política exterior verdaderamente soberana y
autónoma».
«Tenemos que definir un método a través de prima rias abiertas, obligatorias y simultáneas para esta blecer quiénes deben o pueden liderar las candida turas presidenciales para 2027».

