En una de las salas del Hospital Julio C. Perrando, un equipo de mujeres trabaja cada día con un propósito inquebrantable: garantizar que ningún recién nacido internado se quede sin alimento. El Banco de Leche Humana «Dr. Carlos Posse», referente provincial y nacional, cumplió 17 años de funcionamiento ininterrumpido y lo hace gracias al compromiso de madres donantes y profesionales de la salud.
Claudia Farías, responsable del Banco, detalló en declaraciones radio Natagalá que «Es un banco con una historia muy linda, muy impresionante, y que se nutre de un montón de mujeres que en estado de lactancia donan para que otros bebés puedan alimentarse. Gracias a ellas hacemos historia».
A lo largo del año, el Banco ha recibido cientos de llamados de distintas partes del país y del exterior. «A principio de año tuvimos la grata sorpresa de recibir más de mil llamados de madre, relató Farías. Nos contactaban desde Paraguay, Brasil, Uruguay y también desde Corrientes, porque querían ser mamás donantes. En esos casos, las derivamos a los bancos de leche de cada región, pero el entusiasmo es una muestra del compromiso que hay».
Actualmente, el Banco de Leche del Hospital Perrando cuenta con 45 madres donantes activas, un número que se considera «bueno», aunque siempre insuficiente frente a la demanda constante.
Cómo funciona el
Banco de Leche
El proceso de donación es riguroso y personalizado. Cada madre es evaluada en su domicilio, donde el equipo del Banco realiza una observación directa de la lactancia.
«Vamos hasta la casa, ponemos al bebé al pecho y vemos si toma como corresponde. Cuando detectamos que le sobra leche, prestamos una bomba para que pueda hacer la extracción en su hogar», explica Farías.
Las madres reciben instrucciones detalladas sobre la higiene de manos y del pecho, así como sobre la conservación y almacenamiento de la leche. De esa manera, muchas de ellas pueden conformar su propio pequeño banco doméstico, útil no sólo para donar, sino también para su propia organización cotidiana. «La mamá aprende a ser más autónoma, se empodera de lo que es la lactancia materna y ayuda a todos los bebés que tenemos en la terapia», señala Farías.
En este momento, son 36 los bebés internados que reciben leche humana pasteurizada del Banco. «La semana pasada eran 80,agregó, así que agradecemos que el número haya bajado. Es un trabajo mancomunado, día a día».
Selección, acompañamiento y control sanitario
La leche humana donada pasa por un estricto proceso de control y análisis. Antes de ser aceptada, cada madre debe someterse a estudios médicos.
«La mamá tiene que ser una mamá sana. No puede tener hepatitis, chagas, HTLV ni otras infecciones. Estamos en una zona endémica, por eso controlamos todo con mucho cuidado», detalla Farías. La observación incluye también aspectos del amamantamiento. «Vemos las dos mamas, no sólo una. Hay mamás que amamantan de un solo lado porque el bebé no se prende bien o tiene una mala oclusión. Nosotras corregimos esas posiciones, acompañamos y, en el tiempo, muchas logran convertirse en donantes», explica.
Este acompañamiento continuo es uno de los ejes del trabajo del Banco, que no sólo recibe leche sino que educa, guía y fortalece a las madres.
La importancia
de la lactancia
y el rol educativo
del equipo
El Banco de Leche Humana no se limita a la recolección y pasteurización del alimento. Su misión es también educativa y social. Farías, referente provincial y nacional en lactancia materna reconocida por la Sociedad Argentina de Pediatría, asegura que la desinformación es uno de los principales obstáculos.
«Antes se decía que había que cepillar el pecho o sacar el pezón del corpiño para que sobresalga. Hoy sabemos que eso no hay que hacerlo. La buena posición del bebé es lo que garantiza una prendida correcta», aclara. Además, remarcó que el vínculo entre madre e hijo comienza en esa primera mamada:
«La primera prendida es vital. Es el momento en que se construye el vínculo, y hay que acompañar ese proceso con respeto y conocimiento».
El Banco también trabaja con centros de salud públicos y privados de toda el área metropolitana, incluyendo los hospitales Eva Perón de Barranqueras y Fleitas de Fontana. «Vamos a los programas integrales de maternidad, hablamos con las futuras mamás y también con las que ya tuvieron a sus bebés. La idea es generar conciencia y confianza», afirma.
Desafíos, tabúes
y la necesidad
de más donantes
A pesar del trabajo constante, el Banco enfrenta dificultades recurrentes: la baja cantidad de donantes en ciertas épocas del año y los prejuicios culturales que aún persisten.
«En los meses de mucho calor o de frío extremo siempre baja la cantidad de mamás donantes. A veces tenemos 20 mamás y 35 bebés en terapia. Es un desafío enorme», reconoce Farías. A eso se suman los tabúes y las creencias religiosas que todavía obstaculizan la donación.«Hay familias que piensan que si donan, su propio hijo se va a quedar con hambre, o que es algo malo. En más de una ocasión nos dijeron que éramos el diablo. Son cosas que todavía hay que desarmar», cuenta. La falta de información es otro factor clave. «Muchas veces la mamá quiere donar, pero la familia no la acompaña. Por eso la tarea de comunicación es tan importante», sostiene.
El trabajo con los medios de comunicación, destacó, ha sido fundamental: «Los medios nos ayudan un montón. Gracias a ellos logramos que más gente se entere, que las mamás llamen, pregunten y se animen a donar».
El trabajo silencioso y a pulmón
del equipo
Detrás del Banco de Leche hay un equipo de 18 personas que, según Farías, «trabajan a pulmón, sin descanso y con mucha vocación».
«Hace años que lo hacemos con el mismo amor, aunque no siempre se nos reconoce. No cobramos por salir a la calle, pero seguimos porque creemos en lo que hacemos», cuenta con orgullo.
La responsable lleva más de tres décadas vinculada al sistema de salud.»Entré como maestra, después me formé como enfermera y puericultora, y ahora estoy terminando una tecnicatura en laboratorio», relata.Su experiencia y compromiso son el corazón del servicio, pero también la motivan a pensar en el futuro: «Faltan manos, y hay que formar gente. En cuatro años me jubilo, y me gustaría dejar a nuevas generaciones preparadas para continuar este trabajo sanitario tan importante».
Un legado de
17 años y un futuro
que sigue
creciendo
El Banco de Leche Humana del Hospital Perrando se inauguró el 28 de octubre de 2007, fecha que hoy se conmemora como el Día de la Donación de Leche Humana en el Chaco.
«Ese día lo elegimos nosotros cuando la Cámara de Diputados pidió una fecha para la ley. Para nosotras, el 28 de octubre es un símbolo de amor y compromiso», recordó Farías.

