(Viene de página 4) Los encuentros se desarrollan ininterrumpidamente desde 1986 y surgieron como un espacio de debate colectivo impulsado por mujeres de diferentes regiones del país.
Con el paso de los años, y especialmente a partir de la última década, incorporaron la perspectiva plurinacional y ampliaron el sujeto político para incluir a identidades travestis, trans, no binaries, lesbianas, bisexuales e intersexuales. Esta transformación no fue abrupta, sino resultado de un proceso de discusión sostenido, donde la horizontalidad y la construcción colectiva fueron los pilares del crecimiento del movimiento.
A diferencia de otros congresos o reuniones masivas, los Encuentros no poseen mesas magistrales, ni autoridades, ni documentos finales que representen una postura única.
La lógica es profundamente democrática: cada persona que llega puede opinar, debatir y participar en igualdad de condiciones, fortaleciendo un modelo que se mantiene desde sus inicios.
La continuidad durante tantos años, incluso en contextos políticos adversos, demuestra la consolidación de un espacio que logró sostener su identidad a través del tiempo sin abandonar su origen autogestivo.
trabajo colectivo de más de un año
La organización del encuentro en Corrientes se puso en marcha desde el cierre del evento anterior realizado en Jujuy. Siguiendo la tradición, apenas fue elegida la sede mediante aplausómetro, mujeres y disidencias correntinas comenzaron a reunirse en plenarias abiertas.
Con el correr de los meses, estas plenarias fueron sumando participantes hasta conformar un grupo de más de setenta integrantes locales que asumieron la tarea de planificar y sostener cada aspecto del evento.
El trabajo se desarrolló a partir de intercambios permanentes, donde se discutieron la distribución de sedes, la disponibilidad de escuelas, los acuerdos con instituciones educativas, los recorridos de las marchas, los criterios para los talleres y las necesidades de accesibilidad.
También se abordaron cuestiones vinculadas al alojamiento de delegaciones, la asistencia en casos de emergencia, los mapas interactivos, la coordinación de actividades culturales y los mecanismos de financiamiento solidario.
Las integrantes de la comisión remarcaron en varias ocasiones que todas las decisiones se tomaron colectivamente, lo que implicó debates extensos, acuerdos y la puesta en común de experiencias diversas. La horizontalidad fue cuidada en cada instancia, de manera que ninguna voz prevaleciera por encima de otra. En ese marco, se resolvieron incluso detalles gráficos y simbólicos, como la convocatoria abierta para elegir el logotipo del Encuentro y el proceso de votación que se llevó adelante en una plenaria.
El funcionamiento
interno de los talleres
Los talleres son el corazón del Encuentro y constituyen su espacio identitario más fuerte. Allí, cada persona participa desde su propia experiencia, sin jerarquías ni roles que limiten la palabra.
La dinámica es siempre la misma: se habilita el intercambio entre las participantes, se escuchan vivencias, se analizan problemáticas comunes y se construyen conclusiones a partir del consenso
El rol de las moderadoras consiste en acompañar la conversación para que todas puedan expresarse, mientras que las relatoras registran los puntos centrales del intercambio.
No existen votaciones ni resoluciones cerradas, porque la lógica del Encuentro prioriza la creación de acuerdos colectivos y la puesta en común de experiencias diversas. Es justamente esa dinámica la que, año tras año, genera un archivo invaluable sobre las preocupaciones, luchas y desafíos que atraviesan a mujeres y disidencias en todo el país.
La construcción del
carácter plurinacional
Uno de los cambios más profundos de los últimos años es la transformación del concepto de Encuentro Nacional a Encuentro Plurinacional. Esta discusión, que atravesó múltiples talleres y movilizaciones, permitió reconocer que la Argentina es un país habitado por múltiples pueblos originarios, identidades ancestrales y comunidades migrantes que no se veían reflejadas en el antiguo nombre.
La incorporación del enfoque plurinacional no fue un gesto simbólico; modificó la estructura del Encuentro al introducir debates específicos sobre territorios, despojo, extractivismo, racismo estructural y violencias históricas. En el caso de Corrientes, este cambio cobró especial relevancia porque la provincia arrastra conflictos prolongados vinculados al uso de la tierra, la protección de bienes naturales y la memoria de comunidades originarias.
Las representantes indígenas que participaron de las plenarias previas insistieron en que la defensa del territorio está profundamente ligada a la defensa del cuerpo y que las violencias ambientales tienen consecuencias directas sobre la vida de las mujeres y disidencias. Esa perspectiva, que ya venía creciendo en otros Encuentros, se profundizó de manera particular en esta sede.
El papel político del Encuentro
en la conquista de derechos
A lo largo de su historia, los encuentros aportaron insumos fundamentales para la construcción de políticas públicas y la sanción de leyes que transformaron la vida cotidiana de millones de personas.
Aunque no producen resoluciones oficiales, muchos de los debates que surgieron en sus talleres alimentaron campañas nacionales y movimientos sociales que, con el paso del tiempo, lograron instalar en la agenda pública temas como la violencia de género, la igualdad de derechos, la identidad de género, la diversidad familiar y la justicia reproductiva.
Los encuentros también impulsaron articulaciones territoriales que derivaron en redes de acompañamiento, espacios de contención y organizaciones comunitarias que hoy funcionan de manera estable en distintos puntos del país. Esta continuidad demuestra que el encuentro no se agota en sus tres días de actividades, sino que se proyecta durante todo el año como motor de transformación social.
La dimensión local: por qué Corrientes esperaba este Encuentro
Corrientes llega a esta edición con un peso simbólico considerable. La elección de la sede se fundamentó en la necesidad de visibilizar problemáticas que llevan años sin resolución, entre ellas las desapariciones vinculadas a redes de trata, la persistencia de violencias de género extremas, la falta de políticas públicas de protección y la ausencia de estrategias adecuadas para garantizar la implementación de la Educación Sexual Integral.
Las organizaciones locales remarcaron que la provincia acumula una profunda deuda en materia de derechos y que este encuentro constituye una oportunidad histórica para volver a poner estos temas en la agenda nacional. También destacaron que el lema elegido «Contra la trata y por la memoria de quienes faltan», expresa una demanda urgente que atraviesa a familias, colectivas y organizaciones sociales desde hace décadas.

