La provincia del Chaco registró un movimiento turístico moderado durante el fin de semana extralargo de noviembre, con una ocupación general del 54,4%, impulsada principalmente por el flujo interno y regional. Este comportamiento estuvo asociado a las características del turismo chaqueño, que en gran medida opera como un destino de paso, con visitantes que suelen viajar sin reservas previas y que optan por estadías breves.
En este marco, la concentración de la oferta y mayor actividad se observó en la Región Litoral, que alcanzó un nivel de ocupación del 73,1%, superando ampliamente al Centro-Sudoeste, que se ubicó en el 55%, y al Impenetrable, que cerró el fin de semana con un 35%, reflejo de la estacionalidad y del peso específico que cada zona conserva dentro de la estructura provincial.
El gasto promedio diario por turista en el Chaco se estimó en 65.000 pesos, acompañado por una estadía media de dos días, lo que reafirma el perfil de viajes cortos que caracteriza al movimiento turístico provincial. Este escenario económico estuvo atravesado por los patrones de consumo habituales, con una demanda concentrada en alojamiento, gastronomía y transporte, y con un aprovechamiento equilibrado de los recursos disponibles en cada corredor. A su vez, la afluencia estuvo influida por la facilidad de acceso y la proximidad regional, factores que siguen ocupando un rol determinante en la competitividad de los destinos chaqueños.
AGENDA CULTURAL
La agenda cultural y recreativa desempeñó un papel clave en la convocatoria del fin de semana, especialmente en Resistencia, donde se desarrollaron propuestas que fortalecieron el flujo interno de visitantes. Entre los eventos destacados figuraron el festival Chaco Vibra, diversas ferias regionales y la Feria Navideña en el Paseo de los Artesanos, que concentraron gran parte del atractivo urbano. Estas actividades coexistieron con otras iniciativas en el interior, como la Muestra Anual de Escuelas de Danza en Hermoso Campo y el evento Cumbiódromo Ft Bemore en el Gala Hotel & Convenciones, consolidando un calendario variado que contribuyó significativamente al movimiento turístico.
Más allá de la agenda programada, los visitantes aprovecharon los principales atractivos naturales y patrimoniales del territorio chaqueño, con especial interés en El Impenetrable, considerado uno de los espacios de biodiversidad más distintivos del país. Las actividades vinculadas al turismo de naturaleza, como los safaris fotográficos y el avistaje de fauna autóctona, sumadas a las experiencias interpretativas del ecosistema chaqueño, ofrecieron un diferencial relevante en la oferta provincial. En paralelo, el perfil artístico de Resistencia, reconocida como Ciudad de las Esculturas, reafirmó su protagonismo mediante circuitos urbanos y paseos ribereños que complementaron la experiencia de los visitantes.
La conjunción entre naturaleza, cultura y recreación permitió sostener niveles aceptables de movimiento, pese a las particularidades del comportamiento turístico local. El predominio de viajes breves, el flujo espontáneo y la diversificación de propuestas consolidaron un cuadro favorable en el marco de las tendencias regionales. En este sentido, la performance del Chaco se integró a la dinámica general observada en el país, con patrones de ocupación que, si bien no alcanzaron cifras máximas, se alinearon con las expectativas para un fin de semana de noviembre.
El formato de cuatro días favoreció las posibilidades de viaje
A nivel nacional, el fin de semana extralargo por el Día de la Soberanía Nacional registró un desplazamiento de 1.694.000 turistas, según el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. Este volumen representó un incremento del 21% respecto del mismo período de 2024, en un contexto marcado por un clima templado y una agenda intensa de actividades y eventos en todo el país. El formato de cuatro días favoreció las posibilidades de viaje y amplió la capacidad de los destinos para captar visitantes de manera sostenida.
La estadía promedio registrada fue de 2,3 noches, equivalente a un aumento del 15% en comparación con el año anterior. Esta variación estuvo estrechamente asociada a la duración del feriado, que en 2024 había sido más corto, y a la mayor disponibilidad de los turistas para prolongar su permanencia en los destinos elegidos. La demanda se sostuvo con un comportamiento austero, pero estable, destinado principalmente a servicios básicos como gastronomía, alojamiento y transporte.
El gasto promedio diario por turista fue de 91.317 pesos, un valor 3,7% menor en términos reales respecto de 2024. Pese a este descenso, el consumo total se mantuvo robusto, alcanzando los 355.789 millones de pesos desembolsados por el conjunto de los viajeros. Este monto representó un crecimiento real del 34% en comparación con el mismo fin de semana del año pasado, evidenciando el impacto agregado del mayor volumen de turistas movilizados.
Los destinos con mayor nivel de movimiento incluyeron Mar del Plata, Córdoba, Puerto Iguazú, Mendoza y las ciudades termales de Entre Ríos, todas con ocupaciones altas durante el fin de semana. También se destacaron los centros turísticos del norte y la Patagonia, como Salta, Tucumán, Bariloche, El Calafate, El Chaltén, Puerto Madryn y Los Antiguos, que registraron una combinación favorable entre oferta, clima y conectividad. Este desempeño consolidó una tendencia sostenida de recuperación y dinamismo en los destinos tradicionales del país.
Los corredores serranos bonaerenses también formaron parte del mapa turístico con fuerte afluencia, especialmente en localidades como Tandil, que se integraron a la diversidad de opciones ofrecidas por el feriado. En líneas generales, la buena disponibilidad de servicios y la variedad de propuestas recreativas y culturales contribuyeron a que los turistas distribuyeran su presencia de manera equilibrada en distintos puntos del país. Esta heterogeneidad fortaleció la estructura de la oferta nacional y permitió amortiguar posibles desequilibrios en destinos de alta demanda.
Balance anual positivo
Entre enero y noviembre de este año se celebraron siete fines de semana largos que movilizaron a 11.964.940 turistas en todo el territorio nacional, con un impacto económico estimado en 2.722.208 millones de pesos. Estas cifras, que equivalen aproximadamente a 1.944 millones de dólares, colocan al turismo interno como un componente de peso para las economías regionales. Las escapadas cortas, que se consolidaron como tendencia estructural, favorecieron la actividad de miles de pymes vinculadas al sector.
El efecto dinamizador del movimiento turístico se amplió mediante la frecuente articulación entre gobiernos locales, prestadores y cámaras sectoriales, lo que permitió consolidar una infraestructura de servicios adaptada a las demandas de los viajeros. Este proceso fue clave en la generación de empleo, en el fortalecimiento de circuitos emergentes y en la diversificación de la oferta, especialmente en provincias con fuerte dependencia del turismo interno. El dinamismo registrado a lo largo del año contribuyó a sostener la actividad en un contexto económico desafiante.
Las cifras acumuladas mostraron una recuperación sostenida en comparación con períodos anteriores, lo que reafirmó la importancia de los fines de semana largos como estrategia de movilidad y consumo. La extensión del calendario turístico, acompañada de propuestas regionales específicas, permitió distribuir el flujo a lo largo del año, reduciendo la presión sobre los meses de temporada alta. Esta dinámica fue valorada positivamente por las entidades que monitorean el sector.
A su vez, la diversidad geográfica y cultural del país continuó fortaleciendo la capacidad de los destinos para atraer segmentos turísticos heterogéneos. Desde espacios naturales de alto valor ambiental hasta circuitos patrimoniales y urbanos, la variedad de alternativas contribuyó a sostener una demanda constante incluso en períodos de ajustes económicos.
En este marco, las provincias del norte argentino, incluida la del Chaco, se integraron con un desempeño competitivo dentro de sus posibilidades, capitalizando tanto el flujo interno como el tránsito regional. La combinación entre recursos naturales, eventos programados y actividades de corta duración se mantuvo como uno de los ejes principales para sostener niveles de movimiento estable.

