En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se conmemora el 1 de diciembre, el jefe del Programa de ITS, VIH y Hepatitis Virales del Ministerio de Salud Pública del Chaco, Juan Carlos Quintana, analizó la situación epidemiológica de la provincia y advirtió sobre los efectos de la reducción presupuestaria nacional en políticas de prevención.
El especialista explicó que la baja en la percepción del riesgo, el menor uso de preservativos y el incremento de diagnósticos tardíos impactaron especialmente en adolescentes y jóvenes.
En contacto con LA VOZ DEL CHACO, Quintana recordó que este año OMS propuso como lema «Superar las disrupciones y transformar la respuesta al Sida», mientras que la OPS fijó el objetivo de «Cero muertes por VIH para 2030». Según dijo, ambas consignas reflejaron «los grandes desafíos globales» para sostener las estrategias de abordaje.
Riesgo en la prevención
El funcionario señaló que en el país hubo una disminución significativa en las partidas nacionales para VIH, lo que generó advertencias de organismos y organizaciones civiles. Explicó que, según lo que observó, «el presupuesto mostró una disminución de más del 30% en las partidas destinadas al VIH», un recorte que -afirmó- podría afectar especialmente la provisión de insumos preventivos.
Quintana indicó que esta situación se enmarca en una tendencia global: «Se parte de la base de que había un desfinanciamiento a nivel global de lo que aportaban países grandes, como Estados Unidos, en campañas de prevención del VIH».
Asimismo, añadió que esta caída tuvo efectos graves en países con alta vulnerabilidad social, como los del África subsahariana, donde se registró «una enorme cantidad de población que se quedó sin cobertura y sin acceso a herramientas preventivas».
En la Argentina, explicó, el recorte abre interrogantes sobre la continuidad de elementos esenciales como preservativos y medicamentos preventivos. Citó las alertas emitidas por organizaciones civiles: «La Fundación Huésped estuvo viendo que esa disminución iba a impactar en la disponibilidad de insumos preventivos».
Entre los elementos comprometidos, mencionó la profilaxis preexposición (PrEP), una medicación clave para personas con mayor vulnerabilidad frente al virus. «Es un medicamento que previene hasta un 99% de las infecciones por VIH», señaló y recordó que la OMS la recomendó desde 2012.
tratamientos garantizados
Pese al contexto nacional, Quintana afirmó que la provincia sostuvo la provisión de medicamentos para quienes ya están bajo tratamiento. «No hemos tenido grandes problemas para que las personas que están con su tratamiento lo puedan obtener del sistema público», dijo, aunque reconoció algunas interrupciones temporales en años anteriores.
No obstante, advirtió sobre un frente crítico: «Lo que sí estaba en falta eran los medicamentos que se usaban para las infecciones oportunistas». Estos tratamientos, necesarios para cuadros graves en personas con bajo nivel de defensas, no se compraban desde hacía más de dos años a nivel nacional, según explicó.
Respecto de la disponibilidad futura, señaló que Nación informó que la medicación para tratamientos estaba garantizada «por lo menos hasta el año que viene», pero reconoció que la dinámica sanitaria nacional «era bastante compleja e incierta».
Entre 140 y 160 nuevos casos
Quintana detalló que la provincia registraba entre 140 y 160 nuevos casos de VIH por año, y sostuvo que el porcentaje de diagnósticos tardíos rondaba entre el 25% y el 35%, en línea con los promedios nacionales. Este tipo de diagnóstico se produce cuando la infección no se detecta a tiempo y la persona llega al sistema de salud con el virus avanzado.
El funcionario enfatizó que el diagnóstico tardío agrava riesgos y retrasa tratamientos: «De tres a cinco años, una infección sin síntomas es problemática. Llevar tanto tiempo infectado hace que uno se enferme gravemente y recién ahí se hagan los estudios».
Incremento de ETS en jóvenes
El jefe del programa provincial subrayó un dato preocupante: el aumento de ETS, especialmente sífilis, en la franja de 15 a 35 años. «La sífilis fue la reina de todas estas infecciones debido a su aumento muy importante», afirmó.
Consultado por las causas del incremento de ETS en adolescentes y jóvenes, Quintana atribuyó el fenómeno a «la falta de uso de preservativo». Remarcó que el preservativo es «la herramienta más segura, eficaz y accesible para prevenir infecciones de transmisión sexual». Valoró que, pese al desabastecimiento nacional, la provincia realizó compras propias para sostener su distribución en centros de salud.
Pero aclaró que la problemática no puede explicarse solamente por un factor. Según analizó, influyeron la caída en la percepción del riesgo, los cambios en los patrones de vinculación sexual y la falta de educación sexual integral durante la infancia y la adolescencia. «Si estoy viendo infecciones en los 15 años, tengo que revisar qué pasó atrás en la línea histórica de vida de esa persona», sostuvo.
El funcionario amplió su mirada hacia los cambios socioculturales recientes: «La manera en que las personas cambiaron su forma de relacionarse a través de la vía sexual no es como en la década del 50, ni del 70, ni del 80 ni del 90. Ahora la cuestión es otra, las redes contribuyeron mucho a eso».
También observó que el paradigma actual mezcla satisfacción instantánea y desinterés por los riesgos ajenos: «Si a mí no me pasa, el resto no me importa».
percepción del riesgo
Quintana sostuvo que la baja percepción del riesgo afectó las decisiones preventivas y señaló que la falta de campañas sostenidas contribuyó al fenómeno.
Indicó que la población joven dejó de informarse mediante medios tradicionales y adoptó nuevos canales, lo que exige adaptar las estrategias comunicacionales: «La gente no está buscando tanto la televisión de aire; se está comunicando y mirando de otra manera».
Asimismo, insistió en que las campañas de prevención no deben limitarse al 1 de diciembre. «Hay 364 días más en los cuales hay que seguir trabajando», afirmó.
El rol del testeo:
una vez al año
El funcionario reconoció que el testeo es un pilar fundamental para reducir diagnósticos tardíos y frenar la transmisión del VIH. Explicó que se promueven dos modalidades: testeo rápido en vía pública -con resultados en 20 minutos- y análisis convencionales por laboratorio. «Testear en todos los ambientes y escenarios posibles es, según dijo, la estrategia más efectiva».
Por otro lado, Quintana enfatizó que cualquier persona puede solicitar los estudios durante una consulta médica rutinaria: «Si el médico no lo prescribe, puede pasar que no lo tenga presente; pero si la persona le pide que lo incluya, el médico no le va a decir que no».
Indicó que una vez al año era suficiente para personas sin factores de riesgo específicos, aunque aclaró que el testeo no reemplazaba la prevención: «Prevención es no infectarse, y eso significa usar preservativo».
Destacó, además, que el diagnóstico temprano permite acceder al tratamiento, reducir la carga viral hasta niveles indetectables y evitar la transmisión del virus. «Estar indetectable significaba no transmitir la infección», subrayó.
educación temprana
El jefe del programa dedicó un tramo de su mensaje a la responsabilidad familiar en la formación temprana sobre sexualidad. Señaló que la educación sexual no debe depender únicamente de la escuela. «La responsabilidad la tenemos los adultos en poder hacer alguna consejería con los más chicos», afirmó.
Además, instó a que se incorpore la temática durante todo el año y se aborden los cambios culturales que afectan las conductas preventivas en jóvenes.
insistir en la prevención
En el cierre, Quintana reforzó un mensaje directo: «La única manera de prevenir el VIH es usando preservativo en todas nuestras relaciones sexuales». Reiteró que se trata del método «más seguro y científicamente comprobado» y pidió no generar dudas al respecto.
También llamó a los adultos a hablar del tema abiertamente con niños y adolescentes para promover «una sexualidad sana y responsable».
Sobre la efeméride
Todos los años, el 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una fecha creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1988 con el propósito de sensibilizar a la población global sobre la epidemia de VIH y fortalecer el acceso a la información, la prevención y el tratamiento.
La efeméride no solo busca visibilizar la enfermedad, sino también los avances científicos logrados en las últimas décadas y los desafíos pendientes.
Desde su primera edición hasta hoy, más de 25 millones de personas murieron en el mundo a causa del Sida, una cifra que evidencia la magnitud de la pandemia y la importancia de sostener la inversión en investigación, políticas públicas y estrategias integrales de abordaje.
El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) es la etapa avanzada de la infección por Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que afecta el sistema inmunológico y expone a quienes lo padecen a infecciones y enfermedades graves.
Cada año, la conmemoración adopta un lema global que orienta las acciones y reflexiones internacionales.
La fecha recuerda la importancia de sostener políticas preventivas, ampliar el testeo y promover información confiable para enfrentar una enfermedad que continúa vigente en todo el mundo.