La Administración de Parques Nacionales (APN) de la Argentina anunció este mes la desaparición de Acaí, una hembra de yaguareté recientemente liberada en el Parque Nacional El Impenetrable.
El suceso, que se produjo a escasas semanas de su reintroducción al entorno natural, encendió las alertas de los equipos de conservación y desencadenó una investigación judicial, aún en curso, destinada a esclarecer las causas del hecho y determinar posibles responsables.
En un intento por obtener datos que contribuyan al avance de la causa, la APN comunicó el sábado la entrega de una recompensa de $250 millones a quienes puedan aportar información precisa que ayude a identificar a los responsables de la desaparición de la felina.
Las autoridades solicitaron expresamente la colaboración de las comunidades locales para difundir este llamado y recolectar datos relevantes, en el marco de un esfuerzo conjunto por recuperar ejemplares de yaguareté y fortalecer la seguridad de los animales reintroducidos en la región del Chaco.
La búsqueda de Acaí movilizó a equipos de la Fundación Rewilding Argentina, representantes de las autoridades provinciales y a la jurisdicción de la Justicia Federal, quienes articulan acciones para mejorar las estrategias de protección, seguimiento y repoblación de la especie en los parques nacionales y zonas lindantes.
Días atrás, el fiscal federal de Sáenz Peña, Carlos Amad, comunicó que el daño ambiental ocasionado por la desaparición de este ejemplar se estimó en $2.7 millones. Aunque las investigaciones han utilizado todos los recursos disponibles, incluido el desarrollo de allanamientos y la incautación de celulares en diversos puntos de la zona, los investigadores todavía no hallaron ni el collar localizador ni el cuerpo del animal.
Acaí formaba parte del reducido grupo de yaguaretés monitoreados en el parque chaqueño, donde su conservación -por ser considerada monumento natural nacional y provincial- reviste carácter prioritario debido a las amenazas de la caza furtiva y la pérdida de su hábitat.
Su desaparición, pese al monitoreo satelital permanente, motivó la activación de un operativo especial: desde la última señal del collar, captada en las inmediaciones del río Bermejo, se inició una búsqueda intensa que incluyó buzos de Bomberos, patrullajes terrestres, análisis de geolocalización y actividades de inteligencia de campo. A pesar de estos esfuerzos, ni el dispositivo ni el animal han sido encontrados.
En diálogo con Radio Libertad, el fiscal Amad detalló avances y obstáculos de la investigación, la cual se activó «desde el mismo momento en que se recibió la denuncia».
El despliegue abarca rastrillajes terrestres y fluviales en áreas de acceso complicado, donde la baja densidad poblacional y las condiciones extremas limitan el trabajo de los equipos.

