Mondelez paralizó su planta de Pacheco por la caída del consumo.
La industria alimentaria recibió un fuerte impacto con la decisión de Mondelez de interrumpir la producción en su planta de Pacheco, donde se elaboran marcas líderes como Oreo, Terrabusi y Milka. La compañía dispuso licencias para más de 2.300 empleados y frenó todas las líneas de elaboración por un período que, aunque la empresa asegura que es temporal, genera creciente incertidumbre entre los trabajadores.
Según confirmó la firma de capitales estadounidenses, la medida responde a “una situación propia de planificación y adecuación operativa”, coordinada con el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA). A través de un comunicado, sostuvo que el parate permitirá realizar “tareas de mantenimiento planificado”, aunque evitó precisar por qué vuelve a emplear este mecanismo ni con qué frecuencia lo había hecho antes. Según el gremio, no ocurría una suspensión de esta magnitud desde 2001.
La empresa informó que la actividad se retomará el 4 de enero, fecha ya comunicada al personal. Sin embargo, entre los operarios la preocupación crece, ya que el cierre ocurre en un contexto de fuerte retracción del consumo interno y acumulación de sobrestock.
Sobrestock y caída de la demanda
La planta ubicada sobre el ramal Escobar de Acceso Norte arrastra desde comienzos de año un descenso sostenido en las ventas. Esa caída llevó a un nivel de inventario que, según fuentes internas, volvió “insostenible” la continuidad del proceso productivo. El anuncio formal de la suspensión derivó en asambleas internas y consultas al sindicato, que monitorea el impacto en los puestos de trabajo.
“Las marcas que produce la empresa son las que consume la clase media. Y ese consumo se desplomó”, señaló Jorge Penayo, delegado de la planta, en declaraciones radiales. Recordó que en más de tres décadas dentro de la compañía solo vivió un antecedente comparable: “En 2001 nos licenciaron una semana por la crisis y los saqueos en la calle. Esta vez es distinto: es por la caída del consumo”.
Penayo detalló que Mondelez proyectaba producir 72.000 toneladas en 2024, pero cerrará el año con 13.000 toneladas menos, pese a haber incorporado nuevos productos para intentar sostener el nivel de elaboración.
Impacto en el empleo y clima interno
Aunque la empresa aseguró que no habrá despidos ni recortes salariales por ahora, la licencia generalizada para más de 2.300 empleados generó inquietud entre los trabajadores, que reclaman precisiones sobre las condiciones futuras. Delegados del STIA afirmaron que la situación “es una de las más delicadas de los últimos años” dentro de la actividad alimentaria.
La planta de Pacheco es una de las más importantes del país en la fabricación de galletitas, golosinas y chocolates. Su detención total se suma a un escenario nacional ya marcado por cierres, suspensiones y despidos en distintos rubros de la industria.
Autoridades municipales de la zona también mantienen seguimiento de la situación, en diálogo con representantes gremiales y directivos de la empresa. No trascendieron avances concretos, aunque se espera que las negociaciones continúen mientras se monitorea la evolución de la demanda.
Un parate que simboliza la crisis industrial
La suspensión de Mondelez se produce en un contexto de caída generalizada del consumo masivo, especialmente en alimentos procesados, y menor rotación en supermercados y mayoristas. El caso de Pacheco se volvió representativo del momento crítico que atraviesa la industria: líneas frenadas, inventarios saturados y un mercado interno que no logra recuperarse.
Mientras tanto, los trabajadores aguardan definiciones claras. El regreso a la actividad, prometido para los primeros días de enero, dependerá de la reacción del consumo y de la capacidad de la empresa para acomodar su producción a un escenario económico cada vez más incierto.


