Con un fin de año marcado por la profundización de la crisis económica y social, dos organizaciones impulsaron en Resistencia campañas solidarias para acompañar a familias que atraviesan situaciones críticas, especialmente en barrios vulnerables, comedores y El Impenetrable chaqueño.
La Fundación Paya Sonrisas lanzó una colecta de juguetes y pan dulces, mientras que la Iglesia Universal promovió una campaña nacional denominada «Una Navidad sin hambre», centrada en alimentos no perecederos. Ambas iniciativas se desarrollaron con vistas a las fiestas de fin de año y movilizaron a voluntarios, donantes y comerciantes locales.
La escalada inflacionaria, el aumento de la pobreza infantil y la caída abrupta del poder adquisitivo configuraron un escenario de urgencias múltiples. La demanda en comedores comunitarios creció y muchas familias vieron reducida su capacidad de compra incluso para productos básicos.
En este contexto, las organizaciones coincidieron en que la proximidad de la Navidad actuó como motor para redoblar esfuerzos solidarios y convocar a la sociedad a participar.
alegría para los niños
La campaña de Paya Sonrisas se centra en el afecto y la contención emocional de la infancia en situaciones de vulnerabilidad.
Desde la Fundación, César Torres y Paola Castillo explicaron en contacto con Radio Natagalá, que diciembre representa «un mes de mucha sensibilidad y muchas necesidades» y que, frente a ese panorama, encararon una colecta abierta a toda la comunidad.
Torres recordó que el objetivo principal es «llevar la sonrisa a los chicos en estos momentos muy difíciles que está pasando la Argentina, más en el Chaco, el impenetrable, el merendero, los comedores». Por eso, convocaron a donar juguetes en buen estado, zapatillas, pan dulces o budines, «lo que puedan», apelando al gesto solidario que -señaló- suele caracterizar a la ciudadanía chaqueña.
La organización habilitó canales de contacto a través de Facebook (Palla Sonrisas Chaco Las Naciones), Instagram (Palla Sonrisas Internacional) y un número de WhatsApp.
Además, realizarán una jornada presencial el sábado 20 en la intersección de Juan Domingo Perón y Santa María de Oro, en la peatonal de Resistencia, donde voluntarios recibirán donaciones entre las 18 y las 21.
Castillo destacó que la campaña busca no solo asistencia material, sino una experiencia emotiva para cada niño alcanzado. Señaló que cuando visitan merenderos «para ellos es una felicidad vernos con todos los colores», y recordó que cada encuentro implica un momento de juego, risa y contención además de la entrega de alimentos o juguetes.
Destino de lo recolectado
Las donaciones -explicaron- serán destinadas a merenderos y comedores, al hospital pediátrico Avelino Castelán y también a familias de El Impenetrable. La distribución se programó entre el 24 y el 27 próximos, con registros fotográficos y audiovisuales que garanticen transparencia.
Torres subrayó que gran parte del trabajo de Palla Sonrisas se sostiene durante todo el año en los barrios populares, y que muchas de las familias ya conocen a los voluntarios por su presencia permanente.
«Hemos visto tanta necesidad que también empezamos a pedir donaciones», señaló. Su intención, aclaró, fue siempre «llevar alegría, un abrazo de un pan dulce y un juguete».
Una Navidad sin hambre
Desde la Iglesia Universal, el pastor Facundo Gigena presentó otra acción solidaria, destinada especialmente a garantizar alimentos básicos para familias en situación de extrema vulnerabilidad.
La propuesta forma parte de una campaña nacional que la organización realiza cada diciembre y que el año anterior alcanzó -según Gigena- «a más de 100 mil personas y 25 mil familias».
El pastor explicó que la consigna del año es «Una Navidad sin hambre» y sostuvo que la iniciativa surgió de la necesidad de acompañar a familias que atraviesan momentos críticos. «Muchas familias se encuentran en una situación muy difícil, los índices de pobreza también en el país los conocemos», afirmó.
El encuentro se realizará el domingo 21 próximo, con entrega de canastas básicas destinadas a familias previamente registradas mediante un cupón
Gigena convocó a donar alimentos no perecederos: leche en polvo, yerba, arroz, puré de tomate y enlatados, entre otros. Sostuvo que, aunque estas donaciones no resuelven estructuralmente las necesidades, «ayudan a pasar un momento diferente», sobre todo en una época tan sensible como la Navidad.
Actividades complementarias
Además de la entrega de alimentos, la jornada incluye corte de cabello, acompañamiento espiritual y espacios de contención emocional.
La propuesta, explicó Gigena, busca brindar «una palabra de esperanza» a quienes transitan las fiestas con dificultades o soledad. «No todos tienen algo que conmemorar en ese día y queremos estar presentes», señaló.
Conformación de la red solidaria
El movimiento cuenta con miles de voluntarios en todo el país. En el Chaco, el centro de acopio funciona en avenida 25 de Mayo 1135, entre Padre Cerqueira y Padre Sena, abierto desde las 7 hasta las 21.30. Las personas que no pueden acercarse pueden solicitar el retiro de donaciones a domicilio mediante WhatsApp.
Gigena indicó que la campaña se replica también en Sáenz Peña, Quitilipi, Barranqueras, Villa Ángela y General Pinedo, ampliando así la cobertura territorial.
Sobre la distribución, explicó que la organización realizó un relevamiento previo para identificar a las familias más necesitadas, entregarles un cupón y garantizar que retiraran su canasta básica el día del evento.
presencia territorial
Ambas organizaciones coincidieron en que la crisis social profundizada en el último año se refleja en la magnitud de las necesidades que enfrentan las familias chaqueñas. El incremento de la demanda en comedores escolares y comunitarios, el aumento de consultas por asistencia alimentaria y la expansión de la pobreza infantil configuraron un escenario que exigió respuestas inmediatas.
Las festividades de diciembre suelen intensificar la percepción de desigualdad para aquellas familias que no pueden acceder a una mesa básica. Esa realidad actuó como disparador para que Payamédicos y la Iglesia Universal -desde lógicas distintas pero con objetivos complementarios- impulsaran estas campañas.
Palla Sonrisas prioriza la dimensión emocional del acompañamiento: el juego, el contacto y la contención afectiva como herramientas para aliviar un contexto doloroso.
Por su parte, la Iglesia Universal se enfoca en los alimentos indispensables para garantizar que ninguna familia pase la Nochebuena sin una comida digna.
Sin embargo, las dos campañas comparten una característica clave: la presencia territorial sostenida.

