El doctor Hugo Ramos, confirmó el primer caso de coqueluche -o tos ferina- detectado recientemente en el Chaco. En declaraciones a Radio Libertad, el especialista explicó cómo se identificó el caso, cuáles son los síntomas a tener en cuenta y por qué la vacunación sigue siendo la herramienta fundamental para prevenir brotes y evitar desenlaces graves, especialmente en menores de un año.
Ramos señaló que el caso positivo corresponde a «un bebé de 8 meses, que estuvo internado, pero evolucionó muy bien y ya fue dado de alta». Según explicó, los estudios confirmaron que se trataba de coqueluche, una enfermedad que, aunque afecta principalmente a lactantes, puede presentarse en personas de cualquier edad. «Es una enfermedad rápidamente contagiosa; la padecen todos, no solo los más chiquitos. También los adultos pueden tenerla», precisó.
El caso detectado en la provincia se suma a los registrados recientemente en otras provincias del país, donde hubo alerta por menores no vacunados. Sin embargo, Ramos aclaró que la situación local es diferente: «Este bebé tenía el esquema completo correspondiente a su edad. Esa es la razón por la cual no presentó un cuadro grave».
Vacunación: el factor que marca la diferencia
El pediatra remarcó que la vacunación es determinante para reducir la gravedad de la enfermedad y evitar su expansión. «En otras provincias, los brotes fueron consecuencia de la falta de vacunación. En este caso, la protección ayudó a que la evolución fuera favorable», sostuvo.
Ramos recordó que en años anteriores el país alcanzaba coberturas del 90% para la vacuna contra la coqueluche, un nivel que permitía controlar la circulación. Sin embargo, en el último tiempo se observaron disminuciones preocupantes, incluidos retrasos en los refuerzos. «Cuando bajan las coberturas y se dejan de aplicar los refuerzos, aparecen estos brotes o rebrotes de una enfermedad que estaba controlada. Hoy estamos viendo las consecuencias», alertó.
Tres casos sospechosos y
un solo positivo
El director del pediátrico informó que hace una semana se habían detectado tres casos sospechosos. «Tenemos la capacidad de realizar los estudios de forma inmediata, y solo uno dio positivo. Los restantes fueron descartados y los niños evolucionaron bien», afirmó.
Al tratarse de una enfermedad de alta transmisibilidad, todos los menores con sospecha fueron internados y aislados preventivamente hasta obtener los resultados.
Los más vulnerables: menores de 1 año
La preocupación principal continúa centrada en los bebés pequeños.
«Los más afectados son los menores de un año, porque aún tienen un esquema incompleto. Para su edad están al día, pero no poseen la protección completa que se logra con todas las dosis», explicó Ramos.
El esquema de vacunación contra la coqueluche incluye aplicaciones a los 2, 4, 6, 12 y 18 meses, más el refuerzo del ingreso escolar a los 5 años y otro a los 11 años.
Además, es obligatoria la vacuna para las embarazadas a partir de las 20 semanas, ya que los anticuerpos maternos protegen al bebé en los primeros meses de vida.
Síntomas que deben encender
la alarma
El médico detalló los signos más frecuentes y los que requieren consulta urgente. En adultos: «Una tos persistente de más de dos semanas es sospechosa y debe ser evaluada».
En bebés menores de 4 meses, los síntomas son más específicos y peligrosos: tos persistente que aparece de manera brusca; episodios de vómitos tras la tos; cianosis (coloración azulada en boca); y pausas respiratorias o apneas. «Esos signos siempre nos ponen en alerta. Ante la sospecha, lo primero que preguntamos es si el niño está vacunado y revisamos el carnet», puntualizó.
La transmisión se produce por vía aérea, principalmente a través de la tos de personas infectadas, incluso en cuadros leves o confundidos con resfríos comunes.

