En un contexto político actual en que las brechas de desigualdad laboral vuelven a profundizarse, este tipo de acciones permiten ampliar el panorama crítica y reflexivamente, y sostener oportunidades reales para mujeres en oficios que han sido destinados únicamente para hombres.
Asimismo, en diálogo con Radio Unne, Sofía Fianucci, responsable de la Fundación Zoomar, habló sobre la desigualdad: «Cuando una mujer accede a una herramienta, formación o a su primer empleo no solo cambia su vida, sino la de su familia y su comunidad».
Esta perspectiva permite comprender las dificultades con la que se encuentran las mujeres en el hogar cuando se le rompe el aire acondicionado, la plomería de la cocina o cuando existe algún desperfecto eléctrico y las condiciones económicas no son las mejores.
«Cuando las chicas pasan por los cursos de formación, y más aún cuando lo terminan, la satisfacción es enorme. No sólo se sienten autónomas e independientes, sino que sus ingresos económicos mejoran.
Es muy valioso ver, como durante el proceso, las cursantes me pasan imágenes de los arreglos que han hecho en sus casas. Es una sinergia donde vemos el crecimiento que generamos y construimos entre todas», comentó.
Fianucci explicó porque este año incorporaron una campaña de donación y regalos solidarios que se pueden adquirir en el sitio web de Vamos a Zoomar: «Desde hace años, y cada vez más, se busca ampliar el acceso de las mujeres en el rubro de la construcción. Este año, lanzamos por primera vez una campaña de kits navideños, pero con el objetivo de apoyar y transformar las realidades de las mujeres en estas áreas de trabajo, que generan divisiones en la sociedad. Son regalitos navideños con tres kits diferentes a precios accesibles».
La propuesta incluye productos solidarios, regalos corporativos, adhesiones mensuales y donaciones únicas. Cada aporte se convierte en una herramienta concreta para seguir formando mujeres en distintos oficios.
Mujeres que construyen
El programa Zoomadoras trabaja con tres ejes centrales: formación, concienciaación y empleabilidad, que es el punto culmine y más importante. Es una organización sin fines de lucro en Argentina que busca reducir la brecha de género en el sector de la construcción, promoviendo la inclusión laboral femenina.
Su propósito es generar caminos para que más mujeres accedan a trabajos históricamente tipificados para hombres. Desde su creación, impulsa un cambio que busca abrir caminos hacia la autonomía económica y la igualdad de oportunidades
«Valoramos la cantidad de mujeres que se animan, que se anotan. Hay más de 700 mujeres inscriptas, vemos que hay un interés genuino en querer trabajar en estos oficios y eso nos llama la atención todos los años. Y siempre nos quedamos cortos con los cupos por la demanda que existe», detalló.
La articulación con la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) y la Escuela de Educación Profesional ha permitido enriquecer la experiencia técnica del oficio y tejer puentes con más llegada y oportunidades. «Las chicas hicieron algunos trabajos de cielo raso, construcción en seco, electricidad, instalaciones sanitarias y de aire acondicionado. Y eso es un puntapié para que las mujeres después terminen siendo empleadas por la universidad», expresó.
Durante la entrevista, Sofía destacó el rol de la institución, pero también amplió sus expectativas a otros horizontes. «La universidad pública es un actor clave como alianza, pero también nos queda el sector privado para que las mujeres puedan realmente ingresar a trabajar», indicó.
Para seguir construyendo inclusión, la organización apuesta a nuevas modalidades. Ahora buscan trabajar en formaciones mixtas, «porque también es necesario trabajar con el otro, es decir, crear un espacio dónde tampoco excluyamos al género masculino», agregó.
Historias que transforman realidades
Una de las protagonistas del programa es Sandra, quien hace apenas unos años tomó una herramienta por primera vez sin imaginar lo que vendría.
Hoy lidera su propia cuadrilla de trabajo y se convirtió en inspiración para muchas otras mujeres que buscan su lugar en la construcción.
Como ella, más de 1.300 mujeres de todo el país se formaron a través de Zoomadoras, abriendo caminos que antes parecían imposibles.

