Lagos que reflejan atardeceres rosados, médanos que parecen no tener fin, montañas teñidas de dorado y amaneceres dignos de una postal cinematográfica. Así imaginan miles de argentinos su noche del 31 de diciembre. Pasar fin de año frente a paisajes impactantes se transformó en un nuevo ritual de despedida del calendario y en una forma relajada e introspectiva de darle la bienvenida al 2026.
La tendencia es clara: celebrar Año Nuevo con una vista privilegiada. Desde la Costa Atlántica hasta la Patagonia, el furor por los destinos de paisajes abiertos marca el pulso del turismo interno. De acuerdo con datos del portal Plataforma 10, cuatro regiones encabezan la preferencia de los viajeros para este cierre de año.
Costa Atlántica Norte: el encanto del horizonte abierto
Pinamar Norte, Mar de las Pampas y Costa Esmeralda atraviesan un pico de demanda impulsado por sus playas amplias, médanos elevados y una estética rústica que invita al descanso. Familias y grupos jóvenes eligen estos destinos para una celebración íntima, lejos del ruido urbano, con el océano como único testigo del brindis.
Sierras de Córdoba: terrazas naturales para despedir el año
El Valle de Calamuchita, Mina Clavero y Villa General Belgrano se consolidan como escenarios ideales para ver caer el sol entre montañas. Cabañas y hosterías incorporaron decks y fogones panorámicos que transforman el brindis del 31 en una experiencia inmersiva, marcada por el silencio y el contacto directo con la naturaleza.
San Luis y el auge del «turismo de cielo abierto»
Con baja contaminación lumínica y valles extensos, San Luis propone una celebración distinta: recibir el Año Nuevo bajo un cielo colmado de estrellas. Merlo, Potrero de los Funes y el corredor serrano central atraen a quienes buscan un festejo contemplativo, sin estridencias y con panorámicas nocturnas únicas.
San Martín de los Andes: el clásico patagónico
El Lago Lácar refleja atardeceres que parecen pintados, mientras los bosques profundos y las montañas completan una postal inconfundible. San Martín de los Andes se reafirma como uno de los destinos más elegidos para comenzar el año con calma patagónica, con excursiones especiales del 31 y miradores naturales que realzan su atractivo.
El viraje hacia los paisajes abiertos no es casual. Los viajeros priorizan un cierre de año más emocional e introspectivo, donde la experiencia prima sobre el lujo. La influencia de las redes sociales, el crecimiento del turismo interno y la facilidad de acceso a destinos menos tradicionales impulsan esta tendencia.
Brindar frente a un lago, sobre la cresta de un médano o desde un mirador serrano se convirtió en un nuevo símbolo de cierre de ciclo. Según el estudio de Plataforma 10, compañía argentina que ofrece pasajes de micro a costos accesibles y con un servicio confiable, en este Año Nuevo 2025/2026 la vista soñada es la gran protagonista.

