Esta es la historia de Grillo en el barrio Familias Unidas de Resistencia.
Una escena que se repite cada año volvió a quedar expuesta durante las celebraciones de Nochebuena en la ciudad de Resistencia.
En el barrio Familias Unidas, ubicado detrás de la terminal, un perro se refugió desesperadamente en un baño, intentando escapar de los estruendos provocados por la pirotecnia sonora.
El animal, a quien con cariño sus amigos humanos llaman Grillo, perteneciente a vecinos de la zona, fue resguardado por Gastón y su familia, residente del barrio, quien decidió ingresarlo a su vivienda al verlo en estado de pánico.
Sin embargo, aun dentro de la casa, el perro se escondió en el último rincón, visiblemente alterado por el ruido constante de los fuegos artificiales.“Le tiene terror a los estruendos. Lo tuvimos encerrado hasta las 4 de la madrugada. Aunque esté a salvo, siente todos los ruidos”, relató el vecino a La Voz, al compartir un video con el objetivo de generar conciencia sobre el impacto que la pirotecnia tiene en los animales.Durante esas horas, el perro permaneció inmovilizado por el miedo. Incluso con cuidados y contención, no lograba tranquilizarse debido a la intensidad y continuidad de los sonidos.
El vecino contó que le colocaron un moñito y lo acompañaron durante toda la noche, pero el temor no cesó hasta que los ruidos desaparecieron.
Este caso se suma a numerosos episodios registrados en distintos puntos de la provincia y la región, donde se denunciaron mascotas perdidas y animales que fallecieron a causa del estrés y el pánico generado por la pirotecnia sonora. Organizaciones proteccionistas y vecinos reiteraron el pedido de respeto y responsabilidad en las celebraciones.


Las imágenes y testimonios que circularon tras la Navidad reflejan una realidad que muchas veces queda invisibilizada: para los animales, los fuegos artificiales no son festejos, sino una situación de miedo extremo que puede tener consecuencias graves.El reclamo vuelve a instalarse con fuerza en la comunidad: mayor conciencia social, cumplimiento de las normativas vigentes que prohíben la pirotecnia sonora y celebraciones que no pongan en riesgo la vida ni el bienestar de otros.


