El presidente de la Cooperativa del Mercado Frutihortícola de Resistencia, Américo Barúa, expresó su firme rechazo a la ley que transfiere el dominio del predio al municipio de Resistencia.
«Nosotros no vamos a entregar la tierra, vamos a resistir hasta lo último posible, porque hay tres generaciones que han puesto todo el esfuerzo para hacer lo que hicimos acá», afirmó Barúa en diálogo con LA VOZ DEL CHACO.
Con 48 años de historia, el mercado fue construido íntegramente por los integrantes de la cooperativa. «Pasamos todas las crisis posibles. El 100% de las obras las hicimos nosotros, sin subsidios ni condonaciones de deuda. Somos una de las pocas cooperativas que sigue en pie», subrayó.
Barúa recordó que la ocupación del predio, ubicado en Santa María de Oro 2285 (zona del Triángulo), comenzó en 1976, cuando un decreto provincial autorizó su uso «por tiempo indefinido».
«En aquel momento nos habían expulsado del centro, del viejo mercado. Gracias a una enorme lucha conseguimos ese comodato firmado por el entonces gobernador. La única condición era que construyéramos el mercado, y eso hicimos», detalló.
Un proyecto desoído
En 2023, la cooperativa presentó un proyecto de ley, junto al diputado oficialista Francisco Romero Castellán, para obtener la titularidad del terreno.
Sin embargo, la semana pasada fue aprobado otro texto que otorga el control del predio al municipio, dejando afuera a la cooperativa.
«Me llamaron el día de la votación, creyendo que era nuestro proyecto. Llegué a la Legislatura muy contento y me encontré con que ya habían aprobado el traspaso a la Municipalidad», relató Barúa, visiblemente molesto.
«Fue algo sorpresivo, salió de la noche a la mañana. De los 32 diputados, 30 votaron a favor. Uno parecía no saber lo que votaba, pero ya era tarde», lamentó.
«El mercado
es nuestro»
El dirigente enfatizó que la cooperativa ha invertido de forma sostenida durante más de cuatro décadas. «Hemos construido más de 100 puestos, cámaras frigoríficas, zonas de descarga y recientemente volcamos 750 toneladas de ripio en obras de infraestructura. Todo lo hicimos nosotros», dijo.
La ley recientemente aprobada habilita al municipio a administrar el mercado e incluso a concesionar su explotación. «En ningún momento se contempla a la cooperativa como parte del gerenciamiento. Fue explícito: la gestión será municipal», advirtió.
Barúa rechazó también los argumentos esgrimidos por el oficialismo, que justificaron el traspaso en la necesidad de «modernizar» el mercado. «Si cerráramos todo lo que necesita mejoras en Resistencia, tendríamos que clausurar la municipalidad por las inundaciones», ironizó.
Denuncian hostigamiento
El titular de la cooperativa también cuestionó al intendente por no atender los pedidos de audiencia. «Roy Nikisch nunca nos respondió», señaló.
En ese marco, Barúa cuestionó una reciente conferencia de prensa realizada por el Ejecutivo municipal, en la que -según dijo- «se nos hostigó y se humilló a la cooperativa, acusándonos de no cumplir con controles sanitarios».
Frente a esas acusaciones, aclaró: «Tenemos un departamento de bromatología de la Municipalidad dentro del mercado desde hace más de 20 años, con 12 empleados que inspeccionan toda la mercadería.
Además, trabajamos con un ingeniero del Senasa que contratamos nosotros para cumplir con todas las normativas».
«Nunca le pedimos nada al Municipio»
En relación con la infraestructura y el funcionamiento diario, Barúa aclaró: «La recolección de residuos la resolvemos por nuestra cuenta.
Nunca usamos ni los camiones ni los contenedores del municipio. Tenemos un acuerdo con una fundación que administra el padre Cripa, en la zona de Tirol, que trabaja en recuperación de adicciones, y ellos vienen con sus acoplados. Además, productores de cerdo aprovechan los restos, por lo que no generamos carga para el sistema público».
Además, destacó el esfuerzo propio para mantener el predio: «Contamos con un tractor y equipos viejos con los que mantenemos en condiciones las calles internas y externas del mercado, sin pedir asistencia estatal».
Una red mayorista que abastece toda la provincia
Consultado sobre el funcionamiento comercial, Barúa explicó: «Vendemos al por mayor, principalmente a comercios de todo el Chaco. También vienen familias o grupos que se organizan para abaratar costos, pero en general no vendemos al público minorista».
En cuanto a los asociados, indicó: «Actualmente, tenemos alrededor de 40 productores integrados, provenientes de localidades como Makallé, Laguna Blanca, Pampa del Infierno, Margarita Belén, Colonia Benítez y del Gran Resistencia».
Producción
escasa y precios estabilizados
El dirigente reconoció que la producción local es limitada: «Ni siquiera cubrimos el 15% del abastecimiento con producción chaqueña. No hay volumen suficiente en la zona. Lo poco que hay viene de los productores que forman parte de la cooperativa».
En cuanto a los precios, afirmó: «Hoy se estabilizaron bastante y están muy por debajo de los valores normales. Por ejemplo, una bolsa de papa o una de cebolla ronda los $5 mil, algo que, sinceramente, cuesta menos que un chupetín en algunos casos».
De todos modos, explicó que los productos fuera de estación tienen precios más elevados: «Eso es normal, pero no significa que todo esté caro.
El costo operativo es altísimo: los fletes, por ejemplo, representan un problema porque traemos mercadería desde más de 1.000 kilómetros. Además, los aumentos en la energía eléctrica están impactando fuerte».
«Pagábamos $11 millones de luz. Ahora nos llegó una boleta de $18 millones, y eso es porque tenemos casi 40 cámaras de frío y de maduración que consumen mucha energía», remarcó.
Productos más demandados
Entre los productos más comercializados, Barúa enumeró: «La papa encabeza la lista, seguida por la cebolla, el tomate y la lechuga. Son los más populares.
Pero cuando algún producto sube mucho, siempre recomiendo buscar alternativas: hay muchas verduras que también sirven para una ensalada».
Abastecimiento completo y diversidad de orígenes
En relación con la disponibilidad, aseguró: «Hoy el abastecimiento está prácticamente cubierto. Eso es lo que permite tener un mercado: si no hay en la Argentina, llega de otro país. Por ejemplo, ahora hay poca banana nacional, entonces ingresan bananas de Paraguay (30%) y Bolivia (10%)».
Asimismo, mencionó el ingreso de productos importados: «El kiwi, por ejemplo, viene de Chile, y hay muchos otros que no se producen localmente. Por eso es difícil tener una cadena fija y nacional para todo».
Tres generaciones
en riesgo
Actualmente, el mercado cuenta con 180 asociados y 15 empleados en planta. A ello se suman unos 300 trabajadores más que se desempeñan como fleteros, embaladores, cargadores y choferes.
«Lo más triste es que el mercado lo hicimos nosotros. No pedimos que nos regalen nada, queremos que se reconozca lo que hemos construido.
Este conflicto recién empieza, pero no sabemos cómo va a terminar», advirtió Barúa, y agregó: «Hay muchas familias que dependen de este mercado. No estamos dispuestos a tirar por la borda décadas de trabajo».