El Presidente estuvo ayer en la ceremonia de cambio de guardia en Plaza de Mayo, tras asistir al Tedeum en la Catedral Metropolitana, en el marco de los actos oficiales por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo. La jornada estuvo marcada por el simbolismo histórico del Regimiento de Patricios y la reivindicación de las fuerzas armadas, aunque también dejó al descubierto las tensiones internas en el Gobierno, con gestos de distancia entre el mandatario, su vicepresidenta y el jefe de Gobierno porteño.
El presidente Javier Milei encabezó ayer, 25 de Mayo, la conmemoración por el 215° aniversario de la Revolución de Mayo, con un acto central que incluyó su participación en el tradicional Tedeum en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
El mandatario arribó al templo acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el ministro de Defensa, Luis Petri; y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Su ingreso se produjo alrededor de las 9.
Durante su llegada, Milei saludó a varios de los presentes, entre ellos al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y al diputado nacional José Luis Espert, con quien se estrechó en un abrazo.
En contraste, el presidente evitó saludar tanto al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, como a la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, lo que generó un gesto de sorpresa y desconcierto entre los asistentes.
Más tarde, Milei justificó su actitud a través de redes sociales, expresando: «Roma no paga traidores», en alusión directa a Macri y Villarruel. La vicepresidenta no respondió públicamente a la frase.
CEREMONIA EN PLAZA DE MAYO
Finalizado el Tedeum, el presidente se trasladó a Plaza de Mayo para presenciar el cambio de guardia del Regimiento de Infantería 1 Patricios, en el solar histórico frente al Cabildo.
El acto se desarrolló bajo una espesa niebla matutina. Milei saludó a los efectivos de la unidad más antigua del Ejército Argentino, acompañado por su hermana y otros miembros del Gobierno.
También participaron efectivos de la Armada Argentina y la Fuerza Aérea, que acompañaron el relevo ceremonial. La Marcha de las Malvinas sonó mientras una fracción de Granaderos realizaba el desfile final ante el público.
Durante la ceremonia, los jefes de guardia solicitaron autorización para efectuar el relevo frente al Cabildo. Luego, un oficial de Patricios pronunció el catecismo militar del regimiento.
Desde 2024, se instauró la costumbre de realizar este tipo de actos abiertos al público el primer sábado de cada mes, integrando a los principales regimientos históricos del país.
En esta ocasión, la ceremonia coincidió con el Día de la Patria, dotando al evento de una carga simbólica significativa en la relación entre las Fuerzas Armadas y la historia nacional.
EL ROL HISTÓRICO DEL REGIMIENTO PATRICIOS
El Regimiento de Infantería 1 «Patricios» fue creado el 15 de septiembre de 1806 para defender Buenos Aires de una nueva invasión inglesa, luego de la primera fallida ocupación británica del Río de la Plata.
Su bautismo de fuego tuvo lugar el 5 de julio de 1807, y desde entonces desempeñó un papel clave en los inicios de la historia independentista argentina. Su primer jefe fue el brigadier general Cornelio Saavedra.
Durante la Revolución de Mayo de 1810, los Patricios estuvieron presentes en las jornadas decisivas, velando con sus armas el nacimiento del nuevo orden político criollo.
El 29 de mayo de ese mismo año, la Primera Junta dispuso la creación formal del Ejército Argentino. La Legión de Patricios fue considerada su embrión, al consolidar la institucionalidad militar de la revolución.
En palabras del propio Ejército: «Desde entonces puede decirse que los Patricios estuvieron presentes allí donde la Patria jugó su suerte a la verdad de las armas».
INTERVENCIONES RECIENTES
El regimiento también participó en diversas campañas posteriores a 1810, incluyendo acciones en el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental, consolidando la revolución en el interior del país.
En 1982, durante la Guerra de Malvinas, la unidad fue parte de la defensa de Puerto Argentino y de los combates en Monte London. Uno de sus soldados, Claudio Alfredo Bastida, murió en combate.
Posteriormente, en 1989, intervino en la recuperación del cuartel durante el enfrentamiento en La Tablada, en una de las últimas acciones armadas de peso en territorio argentino.
En la actualidad, el Regimiento 1 Patricios tiene a su cargo la custodia simbólica del Cabildo y cumple funciones ceremoniales y representativas. También es escolta del jefe del Estado Mayor General del Ejército.
El ministro de Defensa, Luis Petri, destacó que este tipo de actos tienen un valor cultural: «La gente disfruta esta ceremonia. Es hacer memoria, es reivindicar el rol de nuestras Fuerzas Armadas».
Legado de libertad
En palabras oficiales del Gobierno, los cambios de guardia «simbolizan la continuidad histórica del coraje criollo desde hace más de dos siglos».
El sitio web de la Presidencia agrega: «Hoy estos históricos regimientos son custodios de las tradiciones y valores encarnados por aquellos que nos legaron la libertad».
La ceremonia integrada en Plaza de Mayo refleja una evolución del protocolo militar, que anteriormente desarrollaba los cambios de guardia de forma separada para cada edificio histórico.
Actualmente, el Cabildo, la Casa Rosada y el Ministerio de Defensa están custodiados por el Regimiento Patricios, los Granaderos a Caballo y el Regimiento Iriarte, respectivamente.
El objetivo, según Defensa, es recuperar el sentido patrimonial y público de las ceremonias militares, acercándolas a la ciudadanía como expresión de identidad y pertenencia.
Semanas atrás, Milei fue distinguido como «granadero honorario» por el Regimiento de Granaderos a Caballo y recibió la Orden Ecuestre Militar de los Caballeros Granaderos de los Andes.
La Oficina del Presidente difundió una imagen del acto, en la que se ve a Milei junto a su hermana, el ministro Petri y miembros del regimiento, rodeando un escudo con las palabras «deber», «libertad», «valor» y «honor».
Distancias políticas
El frío saludo de Milei hacia Villarruel y Macri marcó una nota discordante en una jornada institucional de relevancia. Ninguno de los funcionarios aludidos respondió de forma inmediata al desplante.
La tensión en el Gabinete se vio reflejada no solo en los gestos, sino también en el discurso del arzobispo Jorge García Cuerva durante el Tedeum, quien advirtió: «No se construye desde la guerra entre nosotros».
El mensaje fue interpretado como una llamada a la unidad en medio de la fragmentación interna que afecta al oficialismo, en un contexto de creciente polarización política.