El concejal capitalino Guillermo Monzón, integrante del bloque CER en Resistencia, cuestionó con firmeza la forma en que el actual gobierno municipal toma decisiones sin diálogo ni planificación consensuada.
En declaraciones a Radio Natagalá, criticó la reciente decisión de remover balcones gastronómicos sin consultar al sector ni prever el impacto económico y urbano. «Lo que falta en esta gestión municipal es diálogo», afirmó.
El edil advirtió que medidas como esta no resuelven los problemas de fondo de la ciudad y que su implementación puede incluso agravar la situación de los sectores más golpeados por la crisis económica.
«No se puede avanzar por decreto sin sentarse a dialogar», subrayó Monzón, quien consideró que «quitar los balcones no mejora el tránsito ni genera empleo, sino todo lo contrario».
En ese sentido, señaló que muchas obras quedan inconclusas o se inician nuevas sin terminar las anteriores, lo cual responde más a lógicas políticas que a necesidades reales.
Como ejemplo, citó el caso del circuito aeróbico de avenida Piacentini, abandonado pese a su alto nivel de ejecución, frente a una nueva intervención en la avenida Sarmiento.
MILITANCIA, IDENTIDAD
Y PLANIFICACIÓN
Monzón repasó su historia de militancia desde la infancia en el barrio Independencia, destacando su participación en actividades comunitarias, educativas y deportivas.
Por otra parte, relató cómo esa vocación de servicio se transformó en compromiso político durante su paso por la Facultad de Arquitectura. «Uno empieza a pensar hacia atrás y se da cuenta de que la acción política está en todas las etapas de la vida», expresó.
Desde su formación técnica como maestro mayor de obras, enfatizó la importancia de pensar la arquitectura en términos de escala barrial y planificación urbana. Remarcó que Resistencia ha crecido de manera desordenada, sin acompañamiento institucional ni previsión territorial. «Nos faltó madurar como sociedad para entender que la ciudad no es solo el microcentro», sostuvo.
Además, cuestionó la falta de un plan integral para sostener el crecimiento demográfico, al tiempo que apuntó a la necesidad de entender a la política como una combinación de decisión técnica y vocación de servicio. «La política es 50% técnica y 50% decisión», dijo y llamó a superar la mirada cortoplacista.
DÉFICIT INFRAESTRUCTURAL
Y DESIGUALDAD TERRITORIAL
Monzón puso el foco en la falta de infraestructura básica en zonas como el sur de la ciudad. Aseguró que barrios enteros carecen de veredas, transporte público adecuado, farmacias, centros de salud y cajeros automáticos. «Hay una ciudad que emergió a los tumbos, con más de 100 mil personas que no tienen acceso a los mismos servicios que en el centro», alertó.
Señaló que muchas veces las decisiones de gestión no consideran esta desigualdad y se priorizan obras en zonas visibles o con mayor rédito político.
En ese marco, pidió planificación participativa y sostenida: «La ciudad no se construye en una sola gestión. Hay que pensar en procesos que trascienden los cuatro años».
Asimismo, advirtió que el crecimiento urbano no estuvo acompañado por políticas que planifiquen servicios y educación en las zonas más densamente pobladas. Mencionó como ejemplo la falta de jardines y escuelas primarias en sectores recientemente urbanizados.
Veredas, circuitos
y obras inconclusasEl concejal detalló las contradicciones entre obras planificadas y necesidades reales. Comparó la nueva intervención en avenida Sarmiento con el circuito aeróbico de Piacentini, casi terminado pero abandonado.
«Esa obra estaba al 90%. Hoy representa un riesgo porque hay estructuras metálicas expuestas. ¿Por qué no se termina?», cuestionó.
Criticó la decisión de avanzar con proyectos que complican aún más el tránsito, como las sendas peatonales en parterres angostos, en lugar de mejorar el transporte público o completar proyectos útiles. «Estamos agregando una circulación peatonal más sin resolver lo anterior», observó.
Desde su rol técnico, destacó que muchas decisiones se toman sin evaluar el impacto urbano, social y económico. «Las soluciones deben pensarse con una mirada integral. No se trata de hacer obras nuevas para diferenciarse de gestiones anteriores, sino de dar continuidad a lo que necesita la ciudad», dijo.
Balcones, una muestra
de la ausencia de un plan
Sobre el conflicto por la remoción de balcones gastronómicos, Monzón explicó que la medida fue útil durante la pandemia pero que requería revisión. «En ese momento se tomó una resolución porque era urgente. Pero ahora hay que discutir qué hacer. No se puede dar un plazo de 30 días sin sentarse con los involucrados», afirmó.
Para el edil, la decisión afecta a un sector que genera empleo y actividad económica. «Estamos en una ciudad con altísimos índices de pobreza. Esta medida va en contra del empleo y no soluciona el problema del tránsito», indicó.
Reclamó un abordaje que contemple la realidad social y económica actual: «No es momento de tomar decisiones unilaterales. Se requiere diálogo, escuchar a todos los sectores y construir soluciones colectivas».
Responsabilidad política
Monzón apuntó a la falta de diálogo como principal déficit de la actual gestión. Denunció actitudes mezquinas de oficialismo y oposición que priorizan protagonismos por sobre el bien común. «Parece que si la idea no es mía, no sirve. Eso hay que superarlo», expresó.
Señaló que la gestión no está entendiendo el rol transformador que tiene la política. «Cualquier cargo político tiene la posibilidad de transformar la realidad. Hay que preguntarse para qué estamos en política», reflexionó.
Finalmente, llamó a pensar la ciudad como un todo y a asumir una mirada estratégica: «La ciudad es más que el centro. Es todo el vecino que vive en cada rincón. Y requiere una construcción colectiva, con todos los sectores convocados a pensar juntos soluciones sostenibles».