El concejal y presidente de la Comisión de Tierras de la Municipalidad de Resistencia, Guillermo Monzón, entrevistado por Radio Libertad, señaló que la capital chaqueña enfrenta un problema histórico en materia de regularización dominial. Según explicó, «Resistencia aproximadamente tiene casi un poquito más de un tercio de informalidad en la tenencia de la tierra o en la tenencia de su inmueble», dijo.
Monzón recordó que viene trabajando hace años en la regularización de barrios asentados sobre tierras municipales. En este nuevo contexto, su labor también se orienta a edificios en altura, un sector que en los últimos 20 años creció de forma sostenida en el micro y macrocentro de la ciudad.
De acuerdo a sus estimaciones, existen unos 50 edificios de departamentos que no cuentan con certificado final de obra. Este documento es indispensable para que las empresas constructoras cierren los expedientes y, al mismo tiempo, para que los propietarios puedan acceder al título de su propiedad.
El concejal aclaró que esta situación genera un impacto directo sobre las familias que compraron sus viviendas en buena fe, ya que sin ese certificado no pueden escriturar ni consolidar legalmente su patrimonio.
En ese sentido, remarcó: «Estamos hablando de más de 100 familias que compraron un departamento y que están viviendo en estos edificios, pero que no pueden acceder a su título de propiedad».
ACTUALIZACIÓN NORMATIVA Y DEMORAS ADMINISTRATIVAS
Monzón explicó que muchas de las dificultades se vinculan a normativas municipales que quedaron desactualizadas. Durante años, Resistencia contó con un reglamento de construcción que tenía más de tres décadas de vigencia, lo que generaba incompatibilidades con las nuevas demandas del sector privado.
«Había normativas que estaban muy vetustas, muy antiguas, que no se podían aplicar en la realidad actual», señaló el concejal, y recordó que recién hace cuatro años se actualizó el reglamento.
Sin embargo, los retrasos persisten. El edil subrayó que aún faltan ajustes y herramientas administrativas que permitan cerrar definitivamente los expedientes de obra de los edificios construidos.
El proyecto de ordenanza que presentó busca atender este problema. La iniciativa apunta a facilitar la obtención del certificado final de obra, requisito indispensable para formalizar la propiedad de departamentos, cocheras y locales comerciales incluidos en los edificios.
«Esto la verdad que es una situación que venían planteando hace mucho tiempo el sector privado como los propietarios de estos departamentos», agregó Monzón, al remarcar la demanda existente en la comunidad.
IMPACTO EN FAMILIAS Y SECTOR PRIVADO
El concejal subrayó la relevancia social de la regularización. «Una escritura significa tranquilidad para cada una de las familias, significa tener también una cuestión importante de que se transforma en un patrimonio», expresó.
Actualmente, quienes adquirieron viviendas cuentan únicamente con boletos de compraventa, un instrumento que no garantiza plenamente la propiedad. Según Monzón, esta limitación afecta no solo a los dueños, sino también al mercado inmobiliario en general.
La falta de certificación incide además en el capital de las desarrolladoras. El edil sostuvo que regularizar los edificios permitiría al sector privado «recuperar confianza» y liberar capital inmovilizado, lo que incentivaría nuevas inversiones en la ciudad.
Monzón señaló que un Estado eficiente debe dar garantías y seguridad a quienes invierten. «Cuando le da la confianza, le da la garantía de que invierte y va a tener su cierre de su expediente de obra, también genera una confianza en el sector privado que puede invertir y que el Estado le está apoyando», afirmó.
Desde la perspectiva urbana, la formalización también tendría efectos fiscales positivos. Los inmuebles regularizados empezarían a tributar de manera plena tasas e impuestos, ampliando la base contributiva de Resistencia.
Proceso legislativo y alcances del proyecto
El proyecto fue presentado antes del receso invernal y ya pasó por la Comisión de Asuntos Generales. Actualmente, se encuentra bajo análisis del Ejecutivo municipal y luego deberá ser tratado en la Comisión de Obras, de la cual Monzón forma parte.
El edil aclaró que el alcance de la iniciativa está claramente delimitado. «No se trata de cualquier edificio, se trata de edificios que se encuentran habitados», dijo. Con esta precisión, dejó en claro que la ordenanza no beneficiará a obras en construcción ni a desarrollos paralizados.
El universo comprendido incluye a edificios que cuentan con todos los servicios básicos, están en uso y cuya traba principal es de carácter administrativo o documental. «Es regularizar una situación ya consumada», sintetizó Monzón.
El proyecto prevé que las áreas técnicas del municipio realicen inspecciones permanentes y observen los cumplimientos necesarios. En algunos casos, las empresas deberán aportar documentación adicional o realizar ajustes menores, pero siempre en el marco de las normas vigentes.
«No es flexibilizar ni modificar las normas existentes», aseguró Monzón, al tiempo que insistió en que la propuesta busca facilitar el cierre de trámites y no alterar el sistema normativo actual.
Desafío urbano y perspectiva
Monzón destacó que la regularización dominial debe ser vista como una política de Estado que trasciende gestiones. «Si empezamos a regularizar casi ese tercio de parcelas que hay en Resistencia, logramos formalizar en los impuestos inmobiliarios», explicó.
El concejal planteó que ampliar la base de contribuyentes puede incluso aliviar la carga impositiva de quienes ya tributan. «No siempre al que está formalizado, al que está todo legalizado, recae sobre eso todas las políticas públicas de aumento de impuestos», advirtió.
La iniciativa también apunta a ordenar la ciudad desde la planificación territorial. Según Monzón, regularizar desde la tierra hacia arriba es la base para proyectar un crecimiento sostenible.
La propuesta abarca fundamentalmente a edificios del micro y macrocentro de Resistencia, dentro de las ocho avenidas principales. En estas áreas se concentra el mayor número de casos de informalidad edilicia detectados.
El edil concluyó: «Creo que es importante ordenar, es serio ordenar la ciudad y se ordena desde abajo, desde la tierra, desde la regularización dominial y esto promueve mayor desarrollo».