La gestión del presidente Javier Milei atraviesa su momento de menor popularidad, según los resultados de la más reciente Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública (ESPOP) de la Universidad de San Andrés.
El sondeo, realizado en septiembre, indica que la aprobación al gobierno cayó a un «frágil 39%», mientras que el rechazo se disparó al 58%, su nivel más alto desde que asumió. Esta tendencia decreciente es corroborada por otros estudios, como el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de la Universidad Torcuato Di Tella, que se desplomó a su mínimo histórico.
La principal razón de este colapso en la imagen presidencial es el fuerte impacto económico que el ajuste está teniendo en el bolsillo de la ciudadanía. El 78% de los encuestados afirma que «el dinero no alcanza», con salarios reales que acumulan una caída del 15%. La insatisfacción con el rumbo del país es transversal y alcanza al 66% de los argentinos, golpeando especialmente a mujeres, sectores de bajos ingresos y jóvenes, grupos que fueron clave en el voto de Milei en 2023.
A este desgaste económico se suma una serie de escándalos de corrupción que han mellado el discurso de transparencia del oficialismo. El «Libra-gate» y las filtraciones en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) han catapultado a la corrupción como una de las principales preocupaciones (35%), opacando los logros macroeconómicos del Gobierno. El descontento anticipa un panorama complejo para 2025, con un 57% de los votantes que planea votar «para sancionar» al oficialismo.