El artista visual y gestor cultural Luis Niveiro ofreció una conferencia en la Universidad de la Cuenca del Plata titulada «La arquitectura de un sueño llamado Ñande Macc», donde compartió el proceso de creación y consolidación del Museo de Arte Contemporáneo de Corrientes.
En su exposición, Niveiro explicó que su motivación inicial fue la necesidad de reflexionar sobre «qué pasa con el arte contemporáneo, qué pasa con los jóvenes, qué pasa con los museos, qué son los museos».
Señaló que la invitación a disertar lo impulsó a investigar más profundamente sobre la evolución de los espacios culturales y su función en la sociedad actual, marcada -según sus palabras- por «una contemporaneidad alucinante que está pasando ante nosotros».
Niveiro inició su charla citando a Oscar Wilde: «Si usted me conoce por lo que era hace un año, ya no me conoce. Mi evolución es constante». A partir de esa premisa, se presentó ante el público con una identidad en transformación: «Soy Luis Niveiro, artista plástico, coleccionista, gestor cultural, etcétera».
Asimismo, recordó que su salida de Corrientes como artista plástico marcó el inicio de un proceso de autoeducación que lo llevó a formarse en gestión cultural, desarrollando una colección que, con el tiempo, se transformó en la base de un proyecto museístico colectivo. Esa trayectoria personal derivó en la fundación del Ñande Macc, un espacio que nació del impulso de convertir la creatividad individual en patrimonio público.
En su análisis, definió la arquitectura como «el arte y la ciencia de proyectar, diseñar y construir entornos que satisfagan las necesidades humanas, equilibrando funcionalidad, estética y durabilidad». Afirmó que esta disciplina «refleja la cultura, la historia y el entorno de una sociedad», y sostuvo que la arquitectura es también un testimonio de civilización.
En ese sentido, consideró que el título propuesto por el periodista Facundo Sagardoy para su exposición –»La arquitectura de un sueño»- representaba con precisión el espíritu de su proyecto. Citó una de las frases que orientan su pensamiento creativo: «La imaginación es más importante que el conocimiento. La lógica te lleva del punto A al punto B, y la imaginación te lleva a todos lados».
Según relató, el sueño comenzó a materializarse en 2019, cuando la Legislatura de Corrientes aprobó por unanimidad la ley de creación del museo. «Nadie podía creer que tan pronto había salido una ley», recordó. Ese hito permitió institucionalizar un proyecto que aún no contaba con edificio, pero que ya existía como concepto.
Por otra parte, explicó que desde entonces se convocó «a más soñadores para armar la arquitectura del proyecto y construir». En su visión, «los proyectos no terminan nunca», porque «el soñar es una oportunidad de construir, y el crear nos lleva al hacer». Enfatizó además que «la opinión no crea, es solamente una opinión», subrayando que las ideas deben concretarse mediante la acción y la cooperación colectiva.
La génesis del museo, precisó, nació de una decisión personal de donar parte de su colección particular. «Ese sueño en mí de direccionar un número determinado de obras de mi propiedad a un destino público y abierto a la contemplación y el disfrute con el otro también tiene que ver con una devolución y agradecimiento al Estado por haberme formado con una educación pública, laica y de libre acceso». Explicó que su propósito fue redefinir el rol de los museos como espacios que «nos representan como sociedad» y que deben propiciar «tolerancia, diálogo, libertad y pensamiento crítico», lejos de «un discurso único, sino en la pluralidad de conceptos».
DEL SUEÑO PERSONAL A LA CONSTRUCCIÓN COLECTIVA
Durante su disertación, Niveiro repasó los principales hitos históricos del proyecto. En 2016 comenzó a reflexionar sobre el destino de su colección de 250 obras de arte contemporáneo. «Todos nos vamos a morir -dijo-. Esa es la única verdad que tenemos. Entonces me planteé qué iba a hacer con esto».
En 2017, presentó su propuesta al gobernador de Corrientes, ofreciendo una donación inicial y la posibilidad de elaborar un catálogo razonado. «Hice una donación de 50 obras en acto público en agradecimiento al gobierno», señaló. Esa acción desencadenó un efecto multiplicador: otros artistas y coleccionistas se sumaron con nuevas donaciones, dando forma a una red de colaboración creciente.
El proceso siguió con la creación de una asociación de amigos del museo en 2018, requisito indispensable para avanzar hacia la institucionalización del proyecto. «Éramos diez porque la ley exigía un mínimo de diez integrantes», comentó. Un año después, en 2019, lograron la sanción de la ley de creación del museo, y el proyecto comenzó a tomar cuerpo con el apoyo de diversas entidades públicas y privadas.
Niveiro recordó que «el gobierno empezó a ver cómo se difundía nuestro proyecto y la cantidad de obras donadas», lo que llevó a un respaldo institucional más firme.
La concreción del edificio fue un paso posterior. «En 2020, el gobernador Valdés se largó con el proyecto del museo en el viejo edificio del Banco de la Provincia», relató. Según indicó, las obras continuaron durante 2023, 2024 y 2025, con vistas a su inauguración definitiva.
Además, Niveiro precisó que «los proyectos siguen y se está escribiendo un libro» que documenta todo el proceso. Destacó la importancia de la cooperación entre el Estado y la sociedad civil: «Nosotros como asociados y el gobierno como ejecutor nos estamos comprometiendo con la educación del futuro». Para él, la dimensión educativa constituye el corazón del proyecto: «Sin educación no hay futuro».
Al abordar la relación entre arte y conocimiento, subrayó que «la palabra construye el conocimiento y la educación no es adoctrinar; educar es aprender a pensar por uno mismo». Consideró que las disciplinas artísticas son esenciales en ese proceso, ya que «la música, la educación física, las artes plásticas y las matemáticas nos abren camino a las emociones». Defendió una enseñanza orientada al desarrollo integral y no al simple rendimiento: «Tenemos que educar no para hacer dinero, sino para ser felices o por lo menos intentarlo».
Reivindicó además el papel central de los creadores en la vida pública. «Sin el artista no hay museo, no hay ilusión. Los artistas tienen que estar en el centro de la sociedad», afirmó.
Para Niveiro, los verdaderos artistas «hacen lo invisible visible» y deben ser protegidos: «Cuidemos a los artistas y respetemos el arte». Añadió que la función del arte no es conformar, sino interpelar: «Los artistas muchas veces incomodan, y así debe ser. Los artistas incursionan en territorios límites donde otros no se atreven».