El presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios del Chaco (Aclysa), Armando Frangioli, analizó la situación actual del sector en contacto con Radio Natagalá, en el cual aseguró que la salud privada provincial «atraviesa la crisis más grave de los últimos años», producto del desfinanciamiento del sistema previsional y de la falta de actualización de los aranceles por parte de las obras sociales, especialmente el Insssep.
«En el Chaco estamos viviendo una crisis grave que no sé si todos han llegado a detectar», expresó Frangioli y recordó que «el propio gobernador Zdero dijo que tuvo que ir a buscar apoyo de salvataje a la Nación para poder sostener el programa previsional de la provincia».
El dirigente explicó que ese desequilibrio repercutió directamente sobre la atención médica: «El programa previsional arrastra la salud, porque la salud privada y la salud en general atienden a los afiliados del Estado.
Las cuentas están unificadas y el déficit de las jubilaciones inevitablemente arrastra al problema de la salud, y eso es lo que estamos viendo hoy».
déficit que amenaza
Frangioli describió un escenario económico asfixiante, en el que los sanatorios chaqueños no logran cubrir sus costos básicos. «Nuestro problema recurrente son los atrasos financieros y la falta de actualización de los valores con que nos pagan. Nos pagan valores irrisorios en algunas situaciones», explicó.
A esa situación se sumó la proliferación de cobros adicionales, que el médico definió como «compensaciones unilaterales e incluso ilegales». «Así empezó a aparecer el plus médico, porque no es razonable que una consulta valga lo mismo que tres horas de estacionamiento en Resistencia», sostuvo.
El titular de Aclysa aseguró que el sistema actual «no lo puede pagar la obra social ni lo puede pagar la sociedad, porque estalla». Y advirtió que la desinversión tecnológica amenaza con dejar obsoletos a muchos centros privados.
«Pensar en hacer una inversión de tecnología de punta en nuestros sanatorios o en los hospitales es para muy pocas especialidades. La atención cotidiana, la del enfermo que necesita internación, no se retribuye con lo que hoy paga la seguridad social», afirmó.
Obras sociales quebradas
En su diagnóstico, Frangioli aseguró que la crisis no se limitó al Insssep, sino que abarcó a casi todo el sistema de salud nacional. «No solo el Insssep está mal; el resto de las obras sociales también. Una de las obras sociales que está quebrada es la de los militares, que maneja el Gobierno.
Otra es la de los trabajadores rurales, que firmó contratos con intermediarios y tiene muy pocos profesionales. Cada vez que hay un paciente complejo lo derivan a los hospitales. Es un tema serio y seguimos tapando agujeros en lugar de resolver la situación de fondo», señaló.
El médico subrayó que, sin un plan integral de salud y previsión, la crisis continuará. «La salud y la educación son iguales: si uno no hace una política a largo plazo que se sostenga más allá de las elecciones, esta situación límite se repite. Después empezamos a buscar culpables, pero los culpables somos todos los que permitimos que esto llegara a este nivel», manifestó.
Según Frangioli, el déficit previsional chaqueño ascendió a $25 mil millones mensuales, un monto que calificó como «imposible de sostener». «Yo quisiera saber cómo hacemos los chaqueños para aportar 25 mil millones de nuestra economía sin discutir seriamente cómo resolverlo. El resto de los chaqueños estamos marginados de esta situación», sostuvo.
Profesionales empobrecidos
Frangioli también puso cifras al deterioro: «Una consulta médica hoy está entre $10 mil y $20 mil, pero tiene muchas retenciones en el camino y al médico le llega un 40% menos».
Consultado sobre cuál sería una remuneración justa, respondió que «no existe una consulta ideal; cada profesional sabe cuánto vale su trabajo y el paciente también sabe lo que está dispuesto a pagar».
Aún así, reconoció que el cobro de pluses se volvió habitual: «El plus está aceptado por el médico y por el paciente, porque éste entiende que es una gratificación, una forma de reconocer una atención eficiente».
Sin embargo, advirtió que esa dinámica es insostenible. «Se termina pagando dos veces por el mismo servicio», explicó, y comparó la situación con una distorsión cotidiana: «Es como cuando uno paga una hamburguesa y encima deja propina porque lo atendieron bien, pero al mozo no se le quiere pagar el valor real de su trabajo».
El colapso del sistema solidario
Frangioli recordó que el Chaco fue una de las últimas en caer en esta dinámica, porque su obra social provincial alguna vez fue superavitaria. «La provincia no tenía plus cuando el Insssep era una obra social con una caja de salud con proyecciones.
Pero después sostuvieron el déficit previsional, hicieron caja única y la salud se mezcló con la previsión. Ahora es toda una sola cuenta, y estamos como estamos», lamentó.
También explicó que los aportes solidarios actuales resultan insuficientes para mantener el sistema. «Un pequeño monto se les retiene a los trabajadores y eso va a las obras sociales. Pero esos sistemas son solidarios: todos aportan un porcentaje de su sueldo, y nunca el aporte del que gana bien equivale a la cuota de una prepaga. El costo económico siempre es deficiente», advirtió.
En ese contexto, dijo que el financiamiento colapsó: «Donde uno nota que está desfinanciado es en que no hay drogas, no hay insulina, no hay medicamentos oncológicos. Cortaron los servicios de la Capital Federal. Y alguien puede creer que el Insssep es perverso y no deriva pacientes por maldad, pero no es así: no tienen con qué pagar.
En Buenos Aires, Rosario o Córdoba, la atención médica vive con las reglas del mercado: si pagás, tenés atención; si no pagás, no la tenés», resumió.
telemedicina comercial
El presidente de Aclysa también analizó la irrupción del servicio de teleconsultas médicas ofrecido por Mercado Pago, al que definió como un fenómeno inevitable pero riesgoso. «Es un servicio que no vamos a poder combatir, porque el mundo va hacia eso. El problema son las reglas del mercado: si no se trabaja con seriedad, nadie puede garantizar que quien atiende del otro lado sea realmente un profesional calificado», advirtió.
Frangioli alertó sobre la pérdida del vínculo humano entre médico y paciente: «El contacto humano se pierde totalmente. El médico aprende a detectar gestos: las manos temblorosas, la transpiración, la expresión del rostro.
Todo eso desaparece con una pantalla. Hay cosas que no se ven ni se van a poder transmitir por una foto o un video.
Cuando los costos son tan bajos, uno tiene que empezar a revisar dónde está la trampa», dijo, y comparó el fenómeno con «las estafas por internet». «Te entusiasmás con un auto barato y después descubrís que era robado. En salud puede pasar lo mismo», añadió.
La crisis en números y en vidas
El dirigente recordó que el año anterior el Gobierno había pedido un aumento del 1 % en el aporte de los trabajadores públicos para equilibrar las cuentas del Insssep, pero que «el resultado fue cero». «Ese incremento no sirvió para nada, y desde entonces el sistema se siguió desfinanciando», afirmó.
Frangioli ejemplificó el deterioro con un caso reciente: «Hace unos días tomé un Uber y el chofer era un gendarme que trabajó en el frente antinarcóticos de Rosario.
Me contó que ahora maneja porque no llega a fin de mes. Esa es la realidad que también tiene la salud: profesionales formados que deben buscar otro ingreso para sobrevivir».
Un llamado al diálogo nacional
Finalmente, el presidente de Aclysa advirtió que la crisis sanitaria es el reflejo de un país sin planificación: «Cuando uno ve el avance del narcotráfico o los paros docentes, todo es lo mismo: no se resuelve sin una política de diálogo y unidad nacional. Necesitamos fijar objetivos comunes y mantenerlos, porque si no vamos a seguir tapando agujeros».
Con tono preocupado, concluyó: «Estamos en una situación límite. No se trata solo de médicos o de clínicas: se trata del derecho a la salud. Si no lo abordamos con responsabilidad colectiva, la medicina privada en el Chaco no tendrá futuro».