El reciente dato que confirma un aumento superior al 30% en los casos de sífilis a nivel país encendió alarmas en el sistema de salud y llamó poderosamente la atención de la opinión pública. En un escenario saturado de información, la cifra logró instalarse rápidamente en redes sociales y medios de comunicación.
El responsable del programa provincial de ETS, Juan Carlos Quintana, explicó por qué este dato generó tanto impacto. «El número duro del 30% y los 36 mil diagnósticos nuevos durante este año generan un impacto muy importante.
La mayoría de las personas toma nota de la intensidad con que está creciendo la incidencia de la sífilis», aseguró en declaraciones a Radio Natagalá.
Un incremento sostenido desde hace años
Quintana recordó que el crecimiento no es nuevo. «La sífilis viene aumentando en forma sostenida desde hace varios años. Ya es una preocupación para el sistema sanitario», dijo. Sin embargo, esta vez la estadística logró atravesar el «ruido informativo» cotidiano.
Consultado sobre las causas, el especialista detalló que se trata de un fenómeno complejo: «En todas las infecciones de transmisión sexual encontramos multicausalidad. El factor central es el autocuidado, que siempre es una decisión personal».
Entre las razones que explican el aumento, Quintana mencionó un cambio cultural respecto de la percepción del riesgo: «La gente le perdió miedo al VIH. Desde mediados de 2000, los medicamentos de alta eficacia transformaron una enfermedad mortal en una crónica y manejable. Eso generó una baja en la percepción de riesgo».
A ello se suma –indicó- la influencia de nuevas dinámicas sociales: «Hoy el sexo se consume, no se planifica. Las redes sociales facilitan encuentros que antes requerían otro tipo de contacto. Es un combo complejo: hedonismo, consumo y falta de planificación».
Cómo detectar la sífilis
Quintana remarcó que la sífilis tiene cura, siempre y cuando sea detectada y tratada a tiempo: «Es una infección que se cura con antibióticos, específicamente penicilina», afirmó.
Sin embargo, advirtió que muchas personas no llegan a tiempo a la consulta porque no presentan síntomas en el inicio: «Hay un porcentaje importante de casos en los que aparece una llaga en los genitales que no duele, no pica ni arde. Pasa desapercibida».
Incluso cuando aparecen lesiones visibles, suelen minimizarse: «Algunas personas van a la farmacia, les dan una crema y la llaga desaparece igual. Eso confunde, porque la lesión inicial se cura sola, pero la infección sigue avanzando».
Por eso pidió estar atentos y consultar precozmente ante cualquier signo sospechoso.
«Las vacunas y el agua potable cambiaron el mundo»
Durante la charla, Quintana recordó que en los últimos años surgieron discusiones públicas que no aportan a la salud. «A veces asistimos a debates innecesarios. Se partidizó todo. Hoy discutimos la efectividad de las vacunas cuando no hay ninguna duda de que son uno de los aportes más grandes de la salud pública global», afirmó.
En ese sentido, remarcó que el acceso al agua potable y las campañas de vacunación transformaron la realidad sanitaria del planeta: «Antes de la década del 80, la gente se moría de diarrea o de enfermedades contagiosas como la viruela, la varicela o el sarampión. Las vacunas y el agua potable cambiaron realmente el escenario del mundo».
Educación sexual
Quintana señaló que, además de las campañas públicas, el rol de la familia es central en la prevención: «Lo que se hace en casa es lo más importante: generar confianza, diálogo y naturalizar los temas de sexualidad desde una edad adecuada. Si un adolescente inicia su vida sexual con ese acompañamiento, llega con un ‘chip mejorado’».
Indicó que madres, padres y tutores deben apoyarse en los profesionales de salud, especialmente en pediatras, para despejar dudas y orientar a los niños y jóvenes: «No se trata de pedirle al pediatra que enseñe educación sexual a un niño de 5 años, sino de consultar, orientarse y promover hábitos de autocuidado».
Campañas y polémicas
Al referirse al rol de las campañas preventivas, Quintana subrayó que ya no alcanza solo con los medios tradicionales y que es necesario adaptarse a los nuevos consumos informativos. Recordó además debates que, en su opinión, fueron sobredimensionados: «¿Te acordás la polémica por la compra de penes de madera para educación sexual? Se discutieron estupideces.
En una era de posverdades, ciertos temas se manipulan de manera intencional desde redes y medios».
Explicó que estos elementos formaban parte de la ‘valija preventiva’ distribuida por el Ministerio de Salud de la Nación a organizaciones y equipos territoriales para dar talleres: «Era una valijita con elementos para poder dar charlas informativas. Muchas organizaciones de la sociedad civil aportan muchísimo trabajo».
Embarazo adolescente
Consultado sobre la situación del embarazo adolescente, Quintana aclaró que los indicadores muestran una mejora sostenida: «Los números están mucho mejores. Tiene que ver con la disponibilidad de métodos anticonceptivos y con la mejora del sistema sanitario, especialmente en lo que hace a salud sexual y reproductiva.
En el Chaco se viene trabajando muy bien desde hace años».
Campañas, ESI y prevención
en adolescentes
Consultado sobre las estrategias de prevención y el trabajo territorial con jóvenes. Quintana confirmó que existe un «reposicionamiento» de las campañas y una planificación interministerial: «Este año trabajamos con el Ministerio de Educación en la capacitación de docentes. Los docentes son figuras centrales para los jóvenes, y las estadísticas muestran que el incremento comienza desde los 15 años».
El funcionario reconoció que preocupa la baja edad de inicio sexual, que coincide con el descenso en la edad de consumo de estupefacientes: «Cuando se combinan consumo y actividad sexual sin protección, el descuido es mayor y se vuelve más difícil intervenir».
Como ejemplo, mencionó situaciones complejas en embarazos adolescentes: «Nos pasa con VIH y embarazo. Ahí tenemos que actuar sí o sí para evitar la transmisión al recién nacido. El consumo complica todo el abordaje».
Quintana hizo un llamado urgente a fortalecer la prevención: «Cuando diagnosticamos a un chico de 15, 16 o 17 años, ya estamos llegando tarde. Ese adolescente no aprendió a usar preservativo, perdió oportunidades previas de educación sexual».
Defendió, además, la implementación plena de la ESI: «La Ley de Educación Sexual Integral es una herramienta muy buena. No es demoníaca ni pervierte. Es clave para que los jóvenes incorporen hábitos de cuidado».
«No hay que tenerle miedo
a los preservativos»
Hacia el final, el especialista dejó un mensaje claro a la comunidad: «Si no se sabe usar un preservativo, hay que preguntar y practicar. No hay que tenerle miedo. La prevención salva vidas».
Recordó también viejas campañas de salud pública -como las del «chaque el cólera» o «use forro»- y advirtió que las nuevas generaciones desconocen esas experiencias, lo que representa un desafío para el sistema sanitario: «Tenemos dos generaciones que no tienen idea de lo que se trataba. El desafío es volver a instalar estos mensajes».
Quintana cerró la entrevista resaltando que la prevención debe ser una política constante: «La gente tiene que cuidarse. La educación y el diálogo son herramientas fundamentales».

