El diputado provincial del Chaco y vicepresidente del interbloque oficialista Chaco Puede, Carlos Salom, entrevistado por Radio Natagalá, analizó la reciente reconfiguración de la Legislatura del Chaco, tras la asunción de nuevas autoridades y la redefinición de los equilibrios parlamentarios.
Durante el diálogo radial, el legislador subrayó su identidad profesional como eje permanente de su trayectoria pública y relativizó el carácter circunstancial de los cargos políticos.
En ese sentido afirmó: «Lo permanente es ser médico, lo circunstancial estar en cargos políticos», al tiempo que destacó el mandato conferido por sus pares para representar al interbloque en la nueva etapa institucional, junto a Iván Gyoker, tras una votación interna que incluyó a legisladores con mandato renovado y recientemente incorporados.
Salom explicó que la función asignada implica viabilizar conversaciones políticas hacia adelante, en representación de un espacio plural que mantiene una relación directa con el Poder Ejecutivo provincial.
En ese marco, precisó que el interbloque articula su trabajo con el gobernador Leandro Zdero y con la presidenta de la Legislatura, Carmen Delgado, en una dinámica orientada a sostener la gobernabilidad y ordenar la agenda parlamentaria.
La nueva composición del interbloque Chaco Puede reúne expresiones diversas del arco político provincial, incluyendo representantes de la Unión Cívica Radical (UCR), el PRO, Libertad Avanza, Nuevo País y sectores del peronismo.
Según explicó el diputado, esta heterogeneidad exige un delicado equilibrio interno y una práctica constante de negociación, especialmente en un escenario legislativo caracterizado por la paridad de fuerzas.
En ese contexto, Salom interpretó el resultado electoral como un mensaje claro de la ciudadanía. Al respecto sostuvo: «Las urnas fueron fantásticas», y agregó que el esquema de 16 legisladores por bloque obliga a asumir una lógica de acuerdos para alcanzar quórum y mayorías simples, pero también evidencia los límites para aprobar leyes que requieren mayorías agravadas, reforzando el rol de la presidencia de la Cámara como instancia definitoria.
CONSOLIDACIÓN DE DEUDAS Y NEGOCIACIÓN POLÍTICA
El primer gran desafío identificado por el vicepresidente del interbloque es el tratamiento del proyecto de consolidación de deudas enviado por el Poder Ejecutivo provincial.
Salom aclaró desde el inicio el alcance de la iniciativa al señalar: «Ojalá fuese con donación, entonces nos quedamos libres. Consolidación no más», descartando cualquier interpretación vinculada a una condonación de pasivos.
Según explicó, la propuesta busca ordenar deudas ya existentes y no habilitar nuevas obligaciones financieras. En ese sentido afirmó: «No es que estamos por hacer deudas a creencias por venir, sino que son a creencias que las tenemos», y remarcó que el objetivo central es «poner blanco sobre negro» para dotar de previsibilidad a la gestión en los dos años restantes del mandato del gobernador.
El legislador detalló que la provincia enfrenta una deuda estimada en hasta $300 mil millones, cifra que calificó como «colosal» para la estructura financiera chaqueña.
Comparó esa magnitud con los pedidos de endeudamiento realizados por otras jurisdicciones, señalando que en este caso se trata de compromisos ya asumidos, algunos heredados de gestiones anteriores y otros correspondientes al actual período de gobierno.
Asimismo, Salom sostuvo que la consolidación permitiría otorgar estabilidad a acreedores, prestadores, proveedores, contratistas y municipios, muchos de los cuales son gobernados por fuerzas de la oposición. Por ese motivo apeló a la «generosidad política» y a la «sensatez», y advirtió que la negociación no debe plantearse desde la lógica del «toma y daca», sino desde una mirada integral que contemple el impacto institucional y territorial.
Salud pública, vacunación y educación
Por otra parte, el diputado repasó su producción parlamentaria y señaló que durante el último año electoral se redujo la cantidad de iniciativas presentadas, aunque destacó que en el período anterior «presentamos 128 iniciativas de las cuales se aprobaron el 70% de las leyes».
Entre los proyectos que quedaron pendientes mencionó la regulación del uso de pantallas en el ámbito escolar y una iniciativa para incorporar sanciones en el Código de Faltas a padres o tutores que no vacunen a sus hijos. Sobre este último punto fue categórico al afirmar: «Soy pro-vacuna», y vinculó la falta de inmunización con casos recientes de enfermedades y fallecimientos evitables.
Salom cuestionó con firmeza los discursos antivacunas y señaló que «no hay aval científico» para ese tipo de posiciones. Recordó que las vacunas «desde 1776» han significado «millones y millones de vidas salvadas» y destacó que el calendario nacional argentino es «el más generoso del planeta», además de gratuito y obligatorio.
El legislador explicó que la inmunización no solo previene enfermedades infectocontagiosas, sino que fortalece el sistema inmunitario frente a otras patologías. En ese marco sostuvo que «activar nuestro sistema inmunitario» permite incluso una protección cruzada frente a enfermedades atípicas y ciertos tipos de cáncer, respaldando sus afirmaciones en fundamentos científicos.
Asimismo, vinculó la política sanitaria con la educación, señalando la necesidad de programas transversales que incluyan la donación de sangre y órganos.
En relación con los trasplantes, advirtió sobre el regreso de trasplantes hepáticos pediátricos asociados a hepatitis fulminante, fenómeno que atribuyó a la falta de vacunación y que, según afirmó, no se registraba desde hacía más de 15 años.
Debate bioético
Salom se refirió a los proyectos ingresados en el Congreso nacional vinculados a la eutanasia y al final de la vida. Desde su experiencia como médico cirujano y gastroenterólogo, señaló haber atravesado situaciones límite a lo largo de más de cuatro décadas de ejercicio profesional, muchas de ellas en contextos de terapia intensiva.
El diputado reconoció que aún no tiene una posición definitiva sobre la eutanasia, pero sostuvo que existen circunstancias extremas que requieren «un pensamiento más humano para el final de esta vida».
En ese sentido afirmó: «Muchas veces no es extender la vida, sino la agonía», y consideró legítimo aceptar la decisión de quien atraviesa un padecimiento irreversible.
Por otro lado, recordó que la Argentina cuenta con una ley de muerte asistida y que los nuevos proyectos apuntan a ampliar ese marco normativo. Si bien reconoció la tensión entre convicciones espirituales y religiosas, aclaró que «tampoco somos dioses», y que la medicina, además de científica, debe ser humana.
Consultado sobre la madurez social para dar este debate, expresó: «Yo creo que sí», aunque advirtió sobre el riesgo de desinformación y uso de noticias falsas. Comparó el proceso argentino con la experiencia de Uruguay, país al que definió con «un nivel educativo muy elevado» y una mayor continuidad en sus políticas públicas.
Finalmente, el legislador destacó que muchos debates que en países vecinos se resolvieron hace años recién comienzan a discutirse en la Argentina, lo que atribuyó a diferencias en los ritmos institucionales y educativos.
En ese marco, reafirmó la necesidad de asumir responsabilidades políticas y sociales de manera madura y sostenida.