Desde la madrugada del pasado domingo, la provincia atraviesa un escenario climático complejo a partir de un sistema de tormentas que dejó precipitaciones excepcionales, provocó serios trastornos en la vida cotidiana y enciende alertas de cara a las celebraciones de Nochebuena y Navidad.
Con acumulados cercanos a los 200 milímetros en distintos puntos del territorio y una marcada persistencia de lluvias y tormentas eléctricas, el fenómeno impactó de lleno en Resistencia y en numerosas localidades del interior, donde se registraron anegamientos de calles y viviendas, suspensión del transporte público, caída de árboles y daños en la infraestructura urbana.
Este fue el caso de la misma Casa de Gobierno, donde el ejecutivo dispuso la suspensión de la actividad presencial en el edificio central, como consecuencia de los inconvenientes ocasionados en las instalaciones del como el ingreso de agua en los ascensores y en el subsuelo.
La medida se adoptó ante la imposibilidad de garantizar el normal desarrollo de las tareas habituales y con el objetivo de preservar la seguridad del personal.
También las intensas precipitaciones provocaron el desborde total del canal 16, en la intersección de avenida Soberanía Nacional y avenida Mac Lean, afectando de manera directa a barrios de la zona de la terminal y sectores aledaños de la capital chaqueña.
Sobre este panorama, el secretario de Coordinación Ejecutiva de la Municipalidad de Resistencia, Sergio Almirón, advirtió sobre la gravedad del fenómeno climático y sus consecuencias.
«El alto anegamiento colapsó los canales y el pronóstico no es alentador», señaló, al detallar que entre el domingo y la mañana del lunes se registraron alrededor de 201 milímetros acumulados, a los que se sumaron otros 78 milímetros caídos durante la jornada de ayer.
El funcionario explicó que las lluvias pusieron al límite canales estratégicos como Quijano, Soberanía y los troncales de Sagueso Norte, y si bien destacó que la ausencia de fuertes vientos alivió parcialmente la situación, alertó que las precipitaciones continuaron y que las complicaciones podrían extenderse durante las próximas horas.
lento desplazamiento
El meteorólogo Luis Romero, en contacto con Radio Libertad, explicó que el evento responde a un sistema de tormentas de gran extensión que afecta a buena parte de la región del Nordeste Argentino (NEA), con especial incidencia en el Chaco y Corrientes. «Ya van prácticamente 24 horas de mucha precipitación en distintos puntos del Chaco y particularmente en la capital, donde los montos pluviométricos en las últimas 36 horas superaron los 150 milímetros, lo cual es un volumen de agua muy destacado», señaló.
Romero indicó que el fenómeno no se limita al Chaco, sino que se extendió sobre Corrientes, Formosa y sectores de Santa Fe. «Es un sistema de tormentas que está afectando prácticamente a toda la región NEA, con el grueso del impacto concentrado en el Chaco y Corrientes», afirmó y precisó que en algunas localidades correntinas los acumulados superaron los 200 milímetros, valores poco habituales para tan corto período de tiempo.
Uno de los factores determinantes fue el lento desplazamiento del sistema, que generó lluvias persistentes sobre las mismas áreas durante varias horas. «Este sistema en estos momentos está teniendo un muy lento desplazamiento, por eso constantemente está arrojando precipitación en distintas zonas y hace que los acumulados se incrementen sustancialmente», explicó el especialista.
Si bien aclaró que este tipo de eventos forman parte de la dinámica climática estival, remarcó que el volumen de agua caída resultó especialmente significativo.
Colapso del drenaje
En Resistencia, el temporal dejó un panorama crítico durante las primeras horas del lunes. El subsecretario de Sistemas Hídricos, Sergio Vich, precisó que la lluvia comenzó cerca de las 2 del domingo y que, apenas dos horas después, ya se habían acumulado casi 100 milímetros. «En muy poco tiempo cayó una cantidad de agua muy superior a la que puede absorber el sistema», sostuvo.
El funcionario explicó que el sistema de desagües urbanos de la capital chaqueña está diseñado para soportar eventos de hasta 25 milímetros por hora, pero que cuando las precipitaciones superan ampliamente ese umbral y se concentran en pocas horas, el colapso resulta inevitable. «Ayer llovió prácticamente el doble de lo que el sistema puede manejar y, además, siguieron cayendo más de 60 milímetros después», indicó.
Las consecuencias se tradujeron en calles y avenidas intransitables, barrios enteros bajo agua y una fuerte afectación del tránsito. El transporte público debió suspender o modificar recorridos en varios sectores de la ciudad, se contempló la inasistencia de trabajadores en Casa de Gobierno, mientras que numerosos vecinos quedaron aislados por el avance del agua.
El temporal también provocó daños materiales significativos. Vich confirmó la caída de alrededor de 65 árboles, además de postes de luz, telefonía y cable en distintos puntos de Resistencia, lo que generó interrupciones en servicios básicos y riesgos para la circulación. Desde el municipio se activaron protocolos de asistencia y contención social, en coordinación con la provincia, para atender las situaciones más urgentes.
El funcionario volvió a advertir, además, sobre una problemática estructural que se agrava en este tipo de eventos extremos: la ocupación de zonas de alto riesgo. «Los mayores afectados son quienes viven en los bordes de las lagunas. El agua reclama su lugar y, cuando esos espacios están ocupados, el problema se multiplica», afirmó.
Como ejemplo, mencionó el desborde total de la laguna Francia y recordó que, al inicio de la gestión municipal, se detectó que el 75% de los bordes de las lagunas estaban usurpados, una situación que complica cualquier estrategia de mitigación.
El temporal que azotó al Chaco desde la madrugada del domingo dejó al descubierto, una vez más, la vulnerabilidad de amplios sectores urbanos frente a eventos climáticos intensos y la necesidad de reforzar políticas de ordenamiento territorial y obras de infraestructura.
Mientras tanto, la combinación de lluvias persistentes, alertas meteorológicas y un contexto económico sensible planteó un desafío adicional para las autoridades, los comerciantes y la población en general, en una semana atravesada por las celebraciones de fin de año.
Una Nochebuena con clima inestable
De cara a los próximos días, el panorama no muestra mejoras significativas. Romero advirtió que la inestabilidad se mantendrá durante buena parte de la semana, con lluvias y tormentas recurrentes.
Respecto a Nochebuena y Navidad, Romero llamó a la prudencia y a la planificación. «Para Nochebuena podemos tener un impasse en las lluvias, pero no va a ser general y no va a durar mucho», advirtió y sugirió «pensar en un plan B», ya que las precipitaciones podrían reactivarse durante la madrugada de Navidad o en las primeras horas del jueves.
«Probablemente alguno se quiera confiar de algunas pausas que se puedan dar, pero sepan que se pueden activar las lluvias y las tormentas, y son tormentas que se generan muy rápidamente», explicó. En tono coloquial, resumió la recomendación: «Mesa adentro», ante la alta probabilidad de chaparrones sorpresivos.
En cuanto a las temperaturas, el especialista descartó un alivio térmico en el corto plazo. Señaló que, si bien las máximas se mantendrían entre los 31 °C y 34 °C, el calor estaría atenuado por la nubosidad y las lluvias, aunque con un ambiente persistentemente húmedo y pesado. El ingreso de un frente frío recién se esperaba hacia el fin de semana, con un posible cambio en la masa de aire.
La previa navideña
Más allá de los daños visibles en la infraestructura urbana, el temporal también impacta de lleno en la actividad económica, en un momento clave para el comercio local.
Las lluvias persistentes y los anegamientos coincidieron con el inicio del pago del aguinaldo a jubilados, que comenzó ayer y continúa, y que el sector esperaba como un impulso para reactivar las ventas de cara a las fiestas.
Sin embargo, la imposibilidad de circular con normalidad, la suspensión del transporte y el cierre preventivo de numerosos locales en zonas afectadas atentaron contra ese repunte esperado.
Comerciantes del microcentro y de barrios periféricos señalaron que la afluencia de público fue mínima durante las jornadas más críticas del temporal, lo que generó preocupación en un contexto económico ya complejo.
La situación resultó especialmente sensible para rubros vinculados a las celebraciones de fin de año, como alimentos, bebidas, indumentaria y artículos para regalos, que concentran buena parte de sus ventas en los días previos a Nochebuena y Navidad.

