El Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) redefinió de manera sustancial su rol dentro del sector yerbatero tras la publicación de una resolución en el Boletín Oficial que modifica de forma integral su esquema de intervención.
La medida, difundida ayer, establece que el organismo dejará de regular aspectos centrales de la producción y el mercado de la yerba mate, concentrando su accionar exclusivamente en controles de calidad, trazabilidad y salubridad del producto final.
La decisión se formalizó a través de la resolución 146/2025, mediante la cual el Directorio del Inym avanzó en una depuración normativa profunda que dejó sin efecto disposiciones históricas que regían la actividad.
Se remarca que estas normas habían sido diseñadas para regular prácticas productivas, establecer sanciones y definir parámetros de calidad obligatorios en distintas etapas de elaboración de la yerba mate destinada al consumo.
Según el texto oficial, la nueva orientación del organismo responde a la necesidad de adecuar su funcionamiento a los lineamientos generales de desregulación impulsados por el gobierno nacional.
En este marco, se reafirma que el Inym no debe intervenir en la formación de precios ni condicionar la libre iniciativa privada, limitando su actuación a funciones de control que no distorsionen el mercado.
La resolución sostiene que el rediseño institucional busca modernizar el esquema regulatorio vigente, eliminar normativas consideradas obsoletas y simplificar procedimientos administrativos.
De este modo, se procura reducir cargas para los operadores del sector, promoviendo un entorno de mayor previsibilidad normativa y competitividad comercial.
DEROGACIÓN DE NORMAS HISTÓRICAS
Uno de los puntos centrales de la resolución 146/2025 es la derogación de tres resoluciones clave que habían estructurado durante más de dos décadas la regulación de la actividad yerbatera. Entre ellas, se destaca la eliminación de la resolución 15/2003, una de las normas más relevantes en materia de control de calidad y prácticas productivas.
La resolución 15/2003 establecía estándares específicos para la elaboración de la yerba mate, imponiendo sanciones a quienes incumplieran los parámetros fijados. Estos criterios abarcaban tanto el producto final como las condiciones en las que se desarrollaban las distintas etapas del proceso productivo, desde la cosecha hasta el acondicionamiento y transporte.
Entre las infracciones sancionadas por la norma derogada se encontraban el exceso de palo en la yerba elaborada, la presencia de elementos extraños o contaminantes, y el incumplimiento del Código Alimentario Argentino.
Asimismo, se penalizaban prácticas consideradas inadecuadas durante la cosecha, como el uso de machete, el pisoteo del material vegetal o la incorporación de hojas quemadas.
La normativa también prohibía la presencia de flores, frutos y otros residuos vegetales ajenos al estándar de calidad establecido, así como el transporte de personal sobre la yerba cosechada. Estas disposiciones buscaban garantizar condiciones mínimas de higiene, seguridad y calidad en la producción del producto destinado al consumo masivo.
Con la derogación de esta resolución, el Inym dejó sin efecto la obligatoriedad de cumplir con estos estándares específicos durante el proceso de elaboración.
De acuerdo con el nuevo esquema, quienes producen yerba mate ya no estarán sujetos a estas exigencias reglamentarias en las etapas previas a la comercialización.
CAMBIOS EN LOS CONTROLES PRODUCTIVOS
Además de regular aspectos de la yerba elaborada, la resolución 15/2003 también imponía límites sobre la composición de la yerba canchada. En particular, se controlaba el exceso de semillas, bayas y materiales extraños, así como las condiciones de higiene y seguridad en los establecimientos de secanza y estacionamiento.
La normativa derogada contemplaba inspecciones sobre la identificación de bolsas, el control de humedad y la correcta rotulación del producto, elementos considerados esenciales para asegurar la trazabilidad y la calidad del alimento. Asimismo, se supervisaban las condiciones edilicias y operativas de los secaderos y molinos.
Otro aspecto relevante era el monitoreo de la tenencia, molienda y reprocesamiento del palo, considerado un subproducto no apto para uso alimenticio. El Inym controlaba su manipulación para evitar su incorporación indebida al circuito de consumo humano.
También se fiscalizaba la presencia de animales, residuos y plagas en las playas de recepción de la materia prima, así como deficiencias en higiene y seguridad durante el quebrado, acondicionado y transporte del producto. Estas inspecciones formaban parte del esquema integral de control aplicado por el organismo.
Con la entrada en vigencia de la resolución 146/2025, estas facultades de control específico quedaron sin efecto. El nuevo enfoque establece que el Inym no intervendrá en estos aspectos productivos, limitando su actuación a verificaciones generales vinculadas a la calidad final, la trazabilidad y la salubridad.
» Fin de la intervención de precios
La redefinición del rol del Inym se inscribe en un proceso de desregulación más amplio que comenzó a materializarse meses atrás. En noviembre de 2025, el organismo ya había dejado de intervenir en la fijación del precio de la yerba mate mediante el decreto 812/2025.
Dicho decreto eliminó las facultades que el Inym tenía para establecer el precio de la materia prima que se pagaba a los productores, una atribución que había sido central en la política yerbatera durante años. Desde entonces, la determinación de precios quedó librada a las condiciones del mercado.
La resolución 146/2025 ratifica esta orientación y refuerza la idea de que el organismo no debe interferir en la dinámica económica del sector.
En este sentido, se establece de manera explícita que el Inym debe abstenerse de adoptar medidas que distorsionen la libre formación de precios.
El texto oficial remarca que la función del instituto debe circunscribirse a tareas técnicas y administrativas compatibles con un mercado desregulado. Esta definición implica un cambio estructural en el vínculo entre el Estado y la cadena productiva de la yerba mate.
El nuevo esquema busca alinear el funcionamiento del Inym con los principios establecidos por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, que impulsó una revisión general de los entes reguladores y sus competencias.
Impacto en el sector
La resolución 146/2025 también introduce modificaciones en el régimen sancionatorio vinculado a las declaraciones juradas presentadas por los operadores del sector. En este punto, se establece un nuevo procedimiento que simplifica los trámites y ajusta las sanciones a la normativa vigente.
Según el resumen oficial, la medida tiene como objetivo reducir cargas administrativas innecesarias y facilitar el cumplimiento de las obligaciones formales por parte de productores, industriales y comercializadores.
De este modo, se busca mejorar la eficiencia del sistema de control sin ampliar el alcance de la intervención estatal.
El Inym señaló que continuará verificando aspectos vinculados a la calidad, la trazabilidad y la salubridad del producto, en línea con las exigencias sanitarias generales.
Sin embargo, aclaró que estas tareas no implicarán la imposición de regulaciones productivas ni restricciones comerciales.
El organismo destacó que la adecuación normativa permitirá una mayor competitividad del sector yerbatero, al eliminar regulaciones consideradas obsoletas y alinear el marco institucional con las prácticas actuales del mercado.
La resolución concluye reafirmando el compromiso del Inym de adaptar su marco normativo a los lineamientos del gobierno nacional, consolidando un rol acotado y técnico que acompañe el desarrollo de la actividad sin interferencias en la iniciativa privada.